Ocurrió hace 208 años. Era un sábado de verano, como hoy, y llovía. El 20 de febrero de 1813 marcó un hito importantísimo en la historia de la patria. Este logro fundamental para la independencia es sinónimo de Manuel Belgrano, una figura a la que los estudiosos definen como inabarcable y resaltan en un nuevo aniversario de la victoria. "Fue el primero de los patriotas que hizo hincapié en que debía haber una real igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer" contó el presidente del Instituto Belgraniano de Salta, Jorge Amado Skaf,
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Ocurrió hace 208 años. Era un sábado de verano, como hoy, y llovía. El 20 de febrero de 1813 marcó un hito importantísimo en la historia de la patria. Este logro fundamental para la independencia es sinónimo de Manuel Belgrano, una figura a la que los estudiosos definen como inabarcable y resaltan en un nuevo aniversario de la victoria. "Fue el primero de los patriotas que hizo hincapié en que debía haber una real igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer" contó el presidente del Instituto Belgraniano de Salta, Jorge Amado Skaf,
Al mando del Ejército Patriota, Belgrano había llegado a Salta unos días antes, tras protagonizar el éxodo jujeño, uno de los más renombrados en la historia mundial, vencer en el combate de Las Piedras y triunfar en la Batalla de Tucumán, en septiembre de 1812. Durante esta última había derrotado a las tropas realistas del brigadier Juan Pío Tristán.
Tras unos meses, volvió a perseguir a los realistas, que habían llegado a Salta e instalaron sus cañones en la zona de El Portezuelo, por entonces el único acceso a la ciudad desde el sudeste. Cuenta Jorge Amado Skaf que, cuando venía Belgrano hacia Salta con los patriotas persiguiendo a los realistas de Pío Tristán, se encontraron dos pequeñas avanzadas de los ejércitos en Cobos.
"Al enterarse los realistas que venía avanzando hacia Salta Belgrano, le contaron a Tristán pero los oficiales que lo asesoraban le dijeron: "Miré, no va a prosperar lo de Belgrano y su gente porque llueve mucho, además tenemos los cañones en los Portezuelos, todo cerrado. No van a poder'", relató.
En esa época las ruedas de los carromatos solían enterrarse en el barro. Se trababan y no podían avanzar. La travesía era muy difícil. Pero fue gracias al capitán José Apolinario Saravia, apodado "Chocolate" por el color de su piel, que se desplegó una estrategia que llevaría al éxito.
"Chocolate Saravia le dijo a Belgrano: "Mi general, como es imposible penetrar por Los Portezuelos dado que está todo el ejército realista allí nosotros sin que nos vean podemos rodear los cerros y aparecer por atrás sigilosamente hasta llegar a la Casa de Castañares, hasta el casco de la estancia de mi padre y allí podemos instalarlo y preparar la batalla. En el acto Belgrano autorizó todo", relató Skaf.
Parte de los soldados se vistieron como paisanos, otros se camuflaron como habitantes de la zona o llevando leña. "Hicieron todo ese rodeo a la vuelta bastante difícil por sendas, picaditas y se abrieron paso como pudieron porque no había ningún camino. Así llegaron a la casa histórica de Castañares", dijo Skaf.
Así fue como se preparó en Castañares la batalla. Belgrano había llegado el 18 de febrero y dos días después se produjo el máximo triunfo de las armas patriotas en el suelo salteño, suelo que en aquel entonces era el de las Provincias Unidas. Entre los dos ejércitos que se enfrentaban en la batalla había alrededor de 7.000 hombres de armas.
"Por la cantidad de hombres, animales, cañones, elementos bélicos, es la batalla más grande y su importancia radica en que a partir del triunfo de Salta nunca más los realistas lograron ese cometido que tenían de penetrar hacia Córdoba y luego hacia Buenos Aires", precisó el presidente del Instituto Belgraniano de Salta.
Pero no tan solo ocurrió esto por el triunfo de Salta sino también por la acción posterior del general Martín Miguel de Güemes. "Hay que recordar que todo lo que se hizo para lograr la ansiada libertad de la independencia fue de consuno en el llamado plan continental entre los generales San Martín, Belgrano y Güemes", afirmó Skaf.
Tras el triunfo del general Belgrano en la Batalla de Salta, los realistas se retiraron y juraron que no iban a usar las armas contra la patria.
La figura de Belgrano
El general Manuel Belgrano fue abogado, el primer gran economista del país y educador. Tenía toda una concepción de la vida impregnada en un profundo humanismo y cristianismo. Fue constitucionalista. "Hay que recordar que él redactó el Reglamento de los Pueblos de las Misiones cuando fue la campaña de Paraguay, cuando se dirigía hacia allí y ese reglamento tiene un sentido de protoconstitución porque si leemos el preámbulo de la Constitución Nacional vemos que algunas palabras que usó Belgrano las podemos encontrar en la Constitución", detalló Skaf.
Y añadió: "Ese Belgrano multifacético, poliglota, traductor, fue militar por obligación, por imperio de las circunstancias. El no era militar de carrera, de formación académica sino que era un abogado que tomó la responsabilidad de conducir por la circunstancias que se presentaron, sin embargo era un hombre de proverbial humildad y sabía escuchar los consejos. Aparte era muy perspicaz, inteligente. Tomaba decisiones correctas junto a su estado mayor y sus oficiales, lo cual le valió los triunfos que tuvo".
Skaf destacó que el triunfo de la batalla de Salta se debió también a personas de distintos lugares de lo que eran en esa época las Provincias Unidas. Para rememorar este triunfo, hoy por la mañana se realizará el tradicional desfile en la zona del monumento 20 de Febrero.
"Mucha gente combatió, incluso del Alto Perú, tanto hombres y mujeres porque también hay que decir que Belgrano fue el primero de los patriotas que hizo hincapié en que debía haber una real igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer y que ambos deben instruirse por igual".
"Era un hombre humilde y desinteresado, a tal punto que murió sin un peso. Todo lo que tenía lo legó a la patria y pese a haber nacido rico, porque su padre era un empresario muy poderoso en el puerto, murió tan pobre que hubo que usar un pedazo de mármol de la cómoda de su madre para ponerle una lápida. Ni siquiera tenía ropa y por eso se lo vistió con un hábito de cura, de la orden de los Dominicos porque tenía un hermano cura. Todas esas cosas pintan de cuerpo entero lo que era, un Belgrano por el que uno no termina de sorprenderse", finalizó Skaf.