Con un poco de retraso en las lluvias, pero con la garantía infaltable de los desbordes estivales, el río Bermejo volvió a inundar parajes de Rivadavia Banda Sur, dejando a algunas de las poblaciones criollas y wichis en un total aislamiento como consecuencia de los anegamientos en los caminos internos.
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Con un poco de retraso en las lluvias, pero con la garantía infaltable de los desbordes estivales, el río Bermejo volvió a inundar parajes de Rivadavia Banda Sur, dejando a algunas de las poblaciones criollas y wichis en un total aislamiento como consecuencia de los anegamientos en los caminos internos.
La situación recuerda a lo que se produce año tras año para esta época, cuando las lluvias obligan a los habitantes de la región a cambiar sus hábitos de vida y hasta migrar de sus hogares y abandonar sus pertenencias buscando resguardo de las aguas.
En esta oportunidad, y pese al retraso en las lluvias, la crecida del Bermejo dejó aislados a los habitantes de los parajes La Esperanza (de población wichi y criolla) y San Felipe (wichi) con la intransitabilidad de las vías terrestres que se vieron completamente anegadas, mientras las lluvias se mantienen en esa región de la provincia con pronóstico de continuidad.
Dalmiro Acosta, un poblador de San Felipe, se comunicó con El Tribuno y advirtió sobre la gravedad de la situación en caso de que las precipitaciones continúen, y recordó que años anteriores los pobladores tuvieron que ser asistidos a través de helicópteros con complicados puentes de asistencia aérea.
"Tenemos un trayecto de casi 2 kilómetros de agua, que es un camino que comunica con la ruta principal . Este trecho está totalmente inundado debido el desborde del río. Esta parte del camino está a casi 2 kilómetros de San Felipe. Es el único camino donde los habitantes de la zona circulan para poder llegar al pueblito de Rivadavia Banda Sur en busca de alimentos o mercadería para la familia", indicó Dalmiro.
Posterior a las inundaciones, los problemas siguen en las zonas afectadas, ya que reestablecer el estado de los caminos demora al menos tres meses. Esto sin contar que en muchas ocasiones el agua provoca el derrumbe de las viviendas en las comunidades y deja a mucha gente sin hogar.
El vecino advirtió sobre el agravamiento del problema en caso de que la inundación se prolongue por más tiempo. Cuando el agua que sale del río Bermejo pasa por San Felipe, por la ruta 13 y por varios kilómetros, va arrasando todo. Esto impide que la gente salga a cazar y a pescar, lo que profundiza la crisis en tiempo de las inundaciones para las poblaciones que viven de estas actividades.
Por otro lado, Dalmiro también se refirió a la cuestión sanitaria. "Esta situación es de cada año y si hay alguna persona enferma es algo que se complica aún más para la familia. No contamos con visitas de médicos. Lo peor es que el monte alrededor está todo con agua y tampoco se puede salir a pescar. Es un tema muy complicado", aseguró el poblador.
La asistencia
En las inundaciones de febrero del año pasado y con la persistencia de las lluvias, el Gobierno de la Provincia se vio obligado a instrumentar un plan de ayuda aérea para llevar alimentos a las poblaciones aisladas, que de otra manera no tenían cómo subsistir.
Pero posterior a las inundaciones los problemas siguen en las zonas afectadas, ya que demora casi tres meses en reestablecerse el estado de cosas previo al desborde, para que la gente pueda volver a circular con vehículos por dichos caminos, salir al pueblo y normalizar su vida.