Se vivó un Domingo de Ramos nuevamente excepcional, aunque ahora hubo reducida presencia de fieles frente a la Catedral Basílica de Salta.
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Se vivó un Domingo de Ramos nuevamente excepcional, aunque ahora hubo reducida presencia de fieles frente a la Catedral Basílica de Salta.
Hubo ramos de palmas, de olivos y romero para ser bendecidos en misas que comenzaron desde las 8. En su homilía, monseñor Mario Antonio Cargnello fue muy duro con la ley del aborto legal y apuntó a todos los sectores.
Tras la lectura de los Santos Evangelios, que hacen referencia a la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, Cargnello utilizó la metáfora de la Santa Biblia que hace referencia a la preferencia por ingresar a la ciudad en un asno y no en un caballo.
"Jesús podría haber elegido un caballo para entrar como un rey, pero eligió un asno que es un animal trabajador, pacífico y manso. El asno es un símbolo de servicio. Pone su vida al servicio de los demás. En cambio el caballo es un símbolo de fuerza, de prepotencia. Y Jesús es un rey de un tiempo nuevo dedicado al servicio", dijo el religioso.
Aborto
Desde esa posición, a continuación hizo referencia al gerente del Hospital Público Materno Infantil, Federico Mangione, que durante la última semana brindó entrevistas y habló sobre el trabajo que se realiza en el nosocomio luego de la puesta en marcha de la ley de aborto legal.
"La ley del aborto pone en evidencia la profunda hipocresía que atraviesa la cultura de la muerte, que crece aceleradamente también en nuestro país. De ello es muestra cualificada la falaz ley del aborto aprobada para ganar votos cuyas consecuencias destructoras ya se manifiestan", dijo Cargnello.
Tomando -según dijo- palabras de Mangione, el sacerdote afirmó: "Ya pidieron aborto embarazadas de 38 semanas. Esto significa extraer un niño o niña con vida y matarlo. Yo me pregunto, ¿quién puede hacerlo si tiene un mínimo de conciencia de su misión al servicio de la vida humana? ¿Puede una ley humana imponerse sobre el precepto natural que dice: no matarás?".
Monseñor marcó, según su punto de vista, las consecuencias de la aprobación de la ley de aborto legal: Apuntó que "muchos médicos han presentado la objeción de conciencia".
Y acá viene la acusación más grave: "Aumentan las enfermedades de transmisión sexual. La aprobación y generalización de las prácticas anticonceptivas de primera instancia (píldoras anticonceptivas, preservativos, etc.) han impulsado la consideración y el ejercicio de una sexualidad sin compromiso, irresponsable y paulatinamente descuidada. Esto se ha aumentado con la posibilidad de recurrir al aborto".
Por otro lado, reprochó "el fracaso de una educación sexual fundada en una concepción de la persona humana que no tiene en cuenta la dignidad de la misma arraigada en la transcendencia".
Para el oficio de las 10 ya se esperaba un pronunciamiento del líder de la Iglesia Católica sobre un tema de la actualidad.
Antes de comenzar con la orden del día que marcan los festejos del Misterio Pascual, Cargnello tomó el micrófono y advirtió a los creyentes presentes sobre calle España, no más de 100 personas, que mantengan siempre presente las recomendaciones del protocolo para evitar contagios de coronavirus. "Debemos tener cuidado cumpliendo con el protocolo como condición para manifestar nuestra fe. Yo le pido a los políticos que definen las restricciones de la cuarentena que no le teman a las actividades de la Iglesia", dijo el monseñor.
Palo a los legisladores
“Abortar después de la 11ª semana es romper un niñito que ya va formando su sistema óseo, quebrarlo para que se muera. Un legrado se convierte en una Gillette que corta con el riesgo de dejar a la mujer imposibilitada para ser madre en el futuro. Este es el panorama”, señaló de forma cruda Cargnello en su homilía.
Luego el sacerdote fue más allá y se hizo una serie de preguntas apuntándole a los que aprobaron la ley.
“¿Qué juicio podemos hacer acerca de quienes aprobaron la ley hablando de ‘fenómeno’ o ‘larva’ o ‘amasijo de células’ al describir al niño en el vientre de su madre?”, dijo y agregó: “¿Puede un ciudadano honesto, un católico consciente, no tener en cuenta esta terrible realidad al emitir su voto que ha de elegir sus autoridades?”.
Y finalizó: “¿Pueden las autoridades de cada uno de los poderes del Estado seguir ignorando las terribles consecuencias de una falaz ley inicua?”.