El paso de Diego Maradona como entrenador de Racing no fue bueno. Una victoria, 6 empates y 5 derrotas marcaron el breve paso de Pelusa por el Cilindro. La ausencia de resultados y el dolor reciente que había provocado la eliminación de Argentina en el Mundial de Estados Unidos representaban algunos argumentos de los hinchas que manifestaban su disconformidad en las tribunas.
Los fanáticos de la Academia soñaban con ver al Coco Basile, uno de los ídolos más queridos del club, alzar el trofeo más codiciado del planeta en el país del norte, pero la maldita efedrina quebró la ilusión del pueblo albiceleste.
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El paso de Diego Maradona como entrenador de Racing no fue bueno. Una victoria, 6 empates y 5 derrotas marcaron el breve paso de Pelusa por el Cilindro. La ausencia de resultados y el dolor reciente que había provocado la eliminación de Argentina en el Mundial de Estados Unidos representaban algunos argumentos de los hinchas que manifestaban su disconformidad en las tribunas.
Los fanáticos de la Academia soñaban con ver al Coco Basile, uno de los ídolos más queridos del club, alzar el trofeo más codiciado del planeta en el país del norte, pero la maldita efedrina quebró la ilusión del pueblo albiceleste.
Todavía permanece en el recuerdo colectivo la imagen del Diez elevando sus dos dedos mayores en respuesta a los insultos y reproches que recibía de los espectadores que se encontraban en las gradas, cuando Nacho González le atajó un penal al Indio Molina en la cancha de Ferro.
Alguna vez, el Turco García le reveló a Infobae que fue él quien impulsó la llegada de Diego a Avellaneda y convenció al presidente del club, Juan De Stéfano, para que Maradona siguiera ligado al fútbol durante la sanción deportiva que había recibido por el caso de doping en 1994.
Detrás de la llegada del Pibe de Oro a Racing hubo un plan secreto en el dirigente: la idea era que fuera el director técnico hasta que cumpla la suspensión, para luego ponerse los cortos en la Academia. Y, para ello, el entrenador debía resistir hasta septiembre de 1995 (había asumido el 6 de enero). Pero los tiempos no acompañaron al revulsivo proyecto, y en las elecciones de ese año Osvaldo Otero asumió la presidencia. Y Maradona decidió dar un paso al costado en solidaridad hacia De Stéfano.
Incluso el propio protagonista había dicho públicamente en una entrevista con Fernando Niembro que en caso de tener la posibilidad de volver a jugar, no tendría inconvenientes en hacerlo en la Academia.
— Si sos técnico de Racing en septiembre y Diego es jugador, ¿Diego lo pondría a Maradona?— preguntó el periodista.
— Sí, yo me pongo, lo que pasa es que lo va a tener que decidir Carlitos Fren— respondió el astro surgido de Fiorito.
Con el paso del tiempo, las heridas fueron sanando. Y la admiración por el mejor futbolista de todos los tiempos selló el sentimiento colectivo que mantienen los hinchas en la actualidad: el orgullo de haber tenido en su institución a la leyenda internacional.
Por tal motivo, la dirigencia actual decidió instalar el mosaico de Maradona en el Cilindro. La postal representa al astro en su faceta de entrenador durante los días que estuvo al frente de la Academia.
Se trata de un trabajo realizado por la agrupación Comando Maradona, integrado por Gonzalo López Lluch, Gabriela Pereyra, Paula Soto y Facundo Cardozo que ya inauguró diversas obras en La Bombonera, Argentinos Juniors, Temperley, Parque Chas y La Boca, entre otros lugares.
“Queremos hacer a Maradona en todos los equipos. Si bien no jugó en todos los clubes, la imagen de Diego en el 86 es simbólica para todos los argentinos”, le dijo a Infobae Gonzalo López Lluch, quien a pesar de su simpatía por Independiente reconoció que fue un placer elaborar la figura del astro con los colores de su clásico: “Avellaneda tiene la cultura de la pelota. Es una ciudad en la que hay dos canchas divididas por 500 metros. Es la Capital Nacional del Fútbol. O mejor dicho, el lugar donde florece el fútbol. Y Racing se ganó el respeto de todos por ser el primer campeón del mundo”.
En el discurso del artista se vislumbra una pasión que va más allá de los colores. Él reconoce que “Independiente dio sus pasos a nivel internacional antes de que Argentina ganara su primer Mundial”. “Como le pasaba a Diego, tengo un sentimiento en el que prevalece lo argentino. Maradona siempre defendió a los argentinos llevando la bandera a lo más alto, y la realidad es que somos todos compatriotas. Los que buscan establecer las diferencias, lo hacen más por ignorancia que por orgullo”, explicó.
Para su satisfacción, el próximo mes en el Libertadores de América tendrá la posibilidad de combinar su trabajo con el club de sus amores, dado que el Rojo también contará con un mural de Diego junto a Bochini, en lo que significará la continuidad de un homenaje eterno hacia el mejor futbolista de todos los tiempos. Lo mismo ocurrirá en Excursionistas, donde la máxima figura estará acompañada por René Houseman, Gimnasia de La Plata, Huracán y Sacachispas.
“A Diego le hubiera gustado jugar en todos los equipos. Y nosotros queremos cumplirle el deseo”, subrayó López Lluch con la felicidad que le representa la aceptación que tienen sus obras en los diversos clubes del país.
Todos los 25 de cada mes se inauguró un mural en homenaje a Diego. Y la tradición continuará. Aquella locura que comenzó por un grupo de 4 locos artistas busca transformarse en una tendencia que perdure en el tiempo. Hoy es el turno de Racing, donde se escuchan las melodías del Sueño del Pibe a cargo del intérprete Ushi Cerviño. “Avellaneda encierra la historia de los inmigrantes, del grito de gol, del vermouth con la radio transmitiendo los partidos. Es el empedrado, la zapatilla rota, el sacrificio. Es Maradona”.
En el Cilindro, donde se encuentra el popular hongo a metros del estacionamiento y muy cerca de la puerta 10, quedará para siempre la figura de Diego. La obra perdurará en el tiempo. Como el legado que dejó Pelusa. Porque los goles que él improvisó, nunca más se volverán a repetir.