Víctor Villanueva es un sobreviviente. Venció a la COVID-19 tras permanecer internado casi un mes en un hospital, la mitad de ese tiempo conectado a un respirador artificial.
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Víctor Villanueva es un sobreviviente. Venció a la COVID-19 tras permanecer internado casi un mes en un hospital, la mitad de ese tiempo conectado a un respirador artificial.
Tiene 48 años, es el creador y jefe del cuerpo de Bomberos Voluntarios "La Brigada Solidaria", en barrio Grand Bourg, y luchó muchas veces contra las llamas, pero ahora ganó su batalla más difícil, la del coronavirus.
Contó que los primeros días de septiembre del año pasado, su dotación comenzó a sanitizar lugares críticos como centros de salud, pasarelas, puentes y negocios. "Creo que me contagié cuando fui a sanitizar un hospital", expresó Villanueva a El Tribuno.
El 8 de ese mes empezó con síntomas de fiebre y tos. Un médico lo asistió de forma virtual y le recetó medicamentos. "Pero el 14, día del cumpleaños de mi hijo, no podía respirar bien. Empecé a sentirme mal. El 15 mi personal me llevó con sirenas al hospital Papa Francisco. Una bombera, Sofía, me controlaba. Estaba saturando a 56. Me costaba muchísimo respirar", relató.
En aquel entonces se registraba el pico de contagios y muertes por coronavirus en Salta.
Una vez en el hospital lo examinaron y luego le dijeron que había que intubarlo. Su cuadro se había complicado por obesidad y neumonía bilateral.
"Les dije que sí, mandé mensajes de WhatsApp a todos mis familiares: mi señora Gabriela, mis cinco hijos y mis cinco nietitos despidiéndome porque pasaba a terapia. Cerré los ojos, todo era blanco, me dormí como en las películas y no me acordé de más nada", expresó.
El hombre estuvo 14 días en coma inducido. "Lo que sí recuerdo es que tuve un montón de pesadillas. En uno de los sueños se me apareció mi papá, que ya falleció. Yo me sentía todo hinchado, cansado y le dije: "Papi llevame porque no doy más', pero después me llegó un WhatsApp de mi señora y mis cincos hijos que me decían: "Te queremos, vos sos fuerte, sos un guerrero', entonces dije: "No me voy a dormir'".
Víctor asegura que ese fue el momento en el que se despertó y cambió totalmente.
Motivación
"Tenía una motivación, comencé a hacer los ejercicios que me indicaban los kinesiólogos que se portaron rebien. Los enfermeros que iban a lavarme y curarme se sorprendieron de mi cambio después de ese WhatsApp, pero resulta que yo no tenía ningún celular. Habían sido solo sueños", dijo.
Nunca recibió plasma y los médicos le dijeron que se mantuvo vivo porque su corazón latía. "Yo quería seguir viviendo y en mi cabeza yo quería salir, estar con mi familia, ver a mi cuartel. Un montón de veces había soñado que me daban el alta, pero me despertaba y caía en la realidad de que seguía internado", manifestó.
El 12 de octubre de 2020, los kinesiólogos le dijeron que si podía pararse se iría a su casa. "Me temblaban las piernas y solo podía mover el brazo derecho, pero me paré", recordó.
Así fue como le concedieron la internación domiciliaria, porque si bien se había salvado de la COVID-19, en el hospital corría riesgo de otras infecciones. "Esa tarde me dijeron que estaba dado de alta y yo no lo podía creer. Tuve que usar silla de ruedas. Me hicieron un cartel que decía: "Vencí al COVID'. Cuando pasé la puerta, los chicos de enfermería me gritaban don Víctor se va, felicidades. Ellos me habían tomado mucho cariño. Los médicos estaban chochos porque fui el primero en salir de la sala B del hospital. Ahí todos los días moría gente".
Contó que al salir del hospital sintió que volvía a nacer. "Volví a sentirme vivo. La primera noche en mi casa, en el barrio Mosconi, no quería dormirme porque tenía miedo de volver a amanecer en el hospital. Al otro día, cuando me desperté acaricié las paredes de mi cuarto para saber si era un sueño y al final era mi casa", relató.
Volvió a trabajar, pero de manera muy pasiva porque sufrió secuelas, heridas en la piel por el tiempo de internación. Por ese motivo tuvo que afrontar una cirugía.
Redes
Su caso tuvo amplia repercusión en las redes sociales, donde cientos de usuarios pidieron oraciones por él.
"Estoy agradecido por tanto cariño de gente que no conozco. Hace poquito fui a comprar a un corralón y una señora se me acercó y emocionada me dijo: "Usted es el bombero, qué lindo verlo bien'", expresó visiblemente conmovido y con lágrimas en su rostro.
"No sé si me lo merezco, pero para mí es algo muy lindo. Es algo que hace que me levante todos los días y quiera ser bombero y devolver el cariño a la gente, ayudar y salvar vidas que es lo único que quizá sé hacer".
Víctor bajó 25 kilos y asegura que adquirió hábitos saludables después de lo que le pasó. "Me acostumbré a tomar agua, cosa que antes no hacía", dijo.
Está convencido de que lo salvó su fe. "Creí que iba a salir y cuando me estaba dando por vencido apareció mi familia. El creer que yo podía fue lo que me salvó. Y esto de ser bombero, de nunca darme por vencido por más grandes que sean las llamas también me dio las fuerzas para poder salvarme", finalizó.
Solicitan el boleto
Los bomberos voluntarios de Salta se organizaron para pedir el boleto gratuito para poder viajar a trabajar. A principios de año presentaron una nota a Saeta, pero no obtuvieron respuesta aún. “Hay muchos que les cuesta llegar a los cuarteles”, aseguró el jefe del cuerpo de la Brigada Solidaria, Víctor Villanueva.
“Lo nuestro es voluntario, no tenemos sueldo. Por lo menos que nos contemplen para que los chicos puedan hacer guardia”, agregó.
Ayer, los bomberos realizaron una feria barrial al lado de la iglesia María Inmaculada en el Grand Bourg. Es que se mudaron hace tres meses a un nuevo predio ubicado más al centro del barrio; por lo que el grupo de vecinos se acercó a ver qué necesitaban y organizaron la feria. Villanueva dio charlas de primeros auxilios.