Después de haber pasado dos meses en plena remodelación ayer a la noche reabrió La Ventolera Espacio de Arte (O’Higgins 585). La directora del espacio, Andrea García, contó que con la ampliación de la sala, posibilitada por un subsidio del Instituto Nacional del Teatro, recuperaron la capacidad para albergar 27 espectadores que tenían antes de la pandemia, pero teniendo en cuenta que ahora deben cumplir con el distanciamiento social para frenar la posible transmisión del Covid-19.
García, heredera de una tradición artística familiar -su padre es el poeta y titiritero José García Bes y su abuelo Carlos Luis “Pajita” García Bes-, señaló que todos le dieron su apoyo para que exista La Ventolera.
“Los primeros años son los más difíciles cuando alguien abre un proyecto cultural, porque es el momento en que la gente está germinando y si no se tiene mucho apoyo es muy difícil que crezca”, sintetizó. Luego agregó que si bien se inició junto con su hermana Juliana, su “gran alegría” es que el proyecto haya trascendido el círculo parental. Ahora el equipo está conformado por 15 personas y se ha constituido en una asociación civil.
Sin embargo, el viento en las alas del espacio independiente ha sido, sin dudas, su atinada capacidad de gestión.
“El proyecto de La Ventolera lo pensamos como trabajadoras. Entonces es difícil pensar en ser artista y vivir de esto sin pensar en que debe haber una gestión por detrás. También peleamos por que existan derechos culturales para toda la sociedad, porque en nuestro caso mi hermana y yo teníamos una familia por detrás que nos apoyaba, y nosotras deseamos que toda la sociedad pueda acceder a la cultura, que sea artista si así lo desea y que pueda generar y consumir arte”, destacó Andrea.
Además, señaló que propugnan que los Estados salvaguarden las condiciones de vida dignas de los artistas, para que puedan expresarse y producir, manteniendo políticas de infraestructura e inversión que no dependan de manejos discrecionales.
“Nosotros, no solo desde este espacio, sino con otros colectivos luchamos para que apoyen a la cultura porque si no es muy difícil que pueda desarrollarse plenamente. Lo que te permiten las leyes es un presupuesto anual, que cambien los gobiernos y que el presupuesto no sea de un gobierno, sino una política de Estado. Peleamos para que existan esos derechos, que son derechos, pero si no se transforman en leyes no se ejercen”, explicitó.
“Cuando entra la ventolera te despeina, te cambia la mirada, te transforma de algún modo, y pone la mente a generar proyectos posibles”, definió García, y aunque en pandemia habían suspendido los talleres, el servicio de biblioteca y los espectáculos, también se habían prometido volver fortalecidos en cuanto pudiesen.
“Los artistas tienen muchos deseos de encontrarse con el público, así es que hemos tenido muchos pedidos para hacer funciones”, dijo.
Anoche se realizó la función de “Rapsodia de lujuria y cuernos”, una obra de títeres para adultos, lo que podría extrañar al público no conocedor.
“Es poco común, pero hay obras para niños y adultos. A la gente le cuesta entender que pueda haber títeres para adultos. Son propuestas mágicas que tienen que ver con el mundo adulto. La gente se conecta nuevamente con la magia, con poder ver vida donde no la hay, se conecta con algo especial y vinculado con la infancia”, expresó.
Hoy subirá a escena “Panchito Mendefua”, a las 18.30 y para todo público. Desde Córdoba vino a representarla el teatro de títeres La Pareja. “Panchito Mendefua”, de Daniel di Mauro, es una farsa inspirada en el cuento del escritor valenciano José Rafael Pocaterra, y narra las peripecias de un muchacho en situación de calle. Enamorado de Margarita, sueña con un futuro juntos y con la ayuda de los niños del público se le presentará una oportunidad de concretarlo.
El 24 será el turno de “Secreta receta con cancioneta”, de Luciana Rajal y Andrea García, destinada a los niños. Una abuela que cocina recetas mágicas está a punto de probar la empanada que cumple los deseos. Inesperadamente llega de visita su nieta, Marcelina, una niña entrañable y algo revoltosa. La abuela intenta preservar su secreto, pero en un descuido Marcelina prueba la empanada y cumple su propio deseo, se convierte en princesa.
Mientras que el 25 se reestrenará “Aklla Sumaq. La elegida por su belleza”, a las 19 y a las 21, de La Otra Vuelta Artes Escénicas.
En todos los shows se debe mantener el distanciamiento social y respetar el protocolo usando barbijo o tapabocas.
García contó que la pandemia también les aguó los planes del anhelado festival nacional de títeres, que se iba a realizar en mayo, y con el que se proponían recorrer espacios públicos haciendo funciones. No será posible ahora, porque varios elencos iban a trasladarse desde Tucumán, provincia con una situación sanitaria diferente a la de Salta, pero se reprogramó para septiembre.
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Después de haber pasado dos meses en plena remodelación ayer a la noche reabrió La Ventolera Espacio de Arte (O’Higgins 585). La directora del espacio, Andrea García, contó que con la ampliación de la sala, posibilitada por un subsidio del Instituto Nacional del Teatro, recuperaron la capacidad para albergar 27 espectadores que tenían antes de la pandemia, pero teniendo en cuenta que ahora deben cumplir con el distanciamiento social para frenar la posible transmisión del Covid-19.
García, heredera de una tradición artística familiar -su padre es el poeta y titiritero José García Bes y su abuelo Carlos Luis “Pajita” García Bes-, señaló que todos le dieron su apoyo para que exista La Ventolera.
“Los primeros años son los más difíciles cuando alguien abre un proyecto cultural, porque es el momento en que la gente está germinando y si no se tiene mucho apoyo es muy difícil que crezca”, sintetizó. Luego agregó que si bien se inició junto con su hermana Juliana, su “gran alegría” es que el proyecto haya trascendido el círculo parental. Ahora el equipo está conformado por 15 personas y se ha constituido en una asociación civil.
Sin embargo, el viento en las alas del espacio independiente ha sido, sin dudas, su atinada capacidad de gestión.
“El proyecto de La Ventolera lo pensamos como trabajadoras. Entonces es difícil pensar en ser artista y vivir de esto sin pensar en que debe haber una gestión por detrás. También peleamos por que existan derechos culturales para toda la sociedad, porque en nuestro caso mi hermana y yo teníamos una familia por detrás que nos apoyaba, y nosotras deseamos que toda la sociedad pueda acceder a la cultura, que sea artista si así lo desea y que pueda generar y consumir arte”, destacó Andrea.
Además, señaló que propugnan que los Estados salvaguarden las condiciones de vida dignas de los artistas, para que puedan expresarse y producir, manteniendo políticas de infraestructura e inversión que no dependan de manejos discrecionales.
“Nosotros, no solo desde este espacio, sino con otros colectivos luchamos para que apoyen a la cultura porque si no es muy difícil que pueda desarrollarse plenamente. Lo que te permiten las leyes es un presupuesto anual, que cambien los gobiernos y que el presupuesto no sea de un gobierno, sino una política de Estado. Peleamos para que existan esos derechos, que son derechos, pero si no se transforman en leyes no se ejercen”, explicitó.
“Cuando entra la ventolera te despeina, te cambia la mirada, te transforma de algún modo, y pone la mente a generar proyectos posibles”, definió García, y aunque en pandemia habían suspendido los talleres, el servicio de biblioteca y los espectáculos, también se habían prometido volver fortalecidos en cuanto pudiesen.
“Los artistas tienen muchos deseos de encontrarse con el público, así es que hemos tenido muchos pedidos para hacer funciones”, dijo.
Anoche se realizó la función de “Rapsodia de lujuria y cuernos”, una obra de títeres para adultos, lo que podría extrañar al público no conocedor.
“Es poco común, pero hay obras para niños y adultos. A la gente le cuesta entender que pueda haber títeres para adultos. Son propuestas mágicas que tienen que ver con el mundo adulto. La gente se conecta nuevamente con la magia, con poder ver vida donde no la hay, se conecta con algo especial y vinculado con la infancia”, expresó.
Hoy subirá a escena “Panchito Mendefua”, a las 18.30 y para todo público. Desde Córdoba vino a representarla el teatro de títeres La Pareja. “Panchito Mendefua”, de Daniel di Mauro, es una farsa inspirada en el cuento del escritor valenciano José Rafael Pocaterra, y narra las peripecias de un muchacho en situación de calle. Enamorado de Margarita, sueña con un futuro juntos y con la ayuda de los niños del público se le presentará una oportunidad de concretarlo.
El 24 será el turno de “Secreta receta con cancioneta”, de Luciana Rajal y Andrea García, destinada a los niños. Una abuela que cocina recetas mágicas está a punto de probar la empanada que cumple los deseos. Inesperadamente llega de visita su nieta, Marcelina, una niña entrañable y algo revoltosa. La abuela intenta preservar su secreto, pero en un descuido Marcelina prueba la empanada y cumple su propio deseo, se convierte en princesa.
Mientras que el 25 se reestrenará “Aklla Sumaq. La elegida por su belleza”, a las 19 y a las 21, de La Otra Vuelta Artes Escénicas.
En todos los shows se debe mantener el distanciamiento social y respetar el protocolo usando barbijo o tapabocas.
García contó que la pandemia también les aguó los planes del anhelado festival nacional de títeres, que se iba a realizar en mayo, y con el que se proponían recorrer espacios públicos haciendo funciones. No será posible ahora, porque varios elencos iban a trasladarse desde Tucumán, provincia con una situación sanitaria diferente a la de Salta, pero se reprogramó para septiembre.