El alerta se instaló en Iruya, el pequeño pueblo ubicado en el norte de la provincia, a 300 kilómetros de Salta capital, donde el número de contagios de COVID-19 en relación a su densidad poblacional obligó a un cierre de actividades, incluidas las clases presenciales en todos los niveles educativos.
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El alerta se instaló en Iruya, el pequeño pueblo ubicado en el norte de la provincia, a 300 kilómetros de Salta capital, donde el número de contagios de COVID-19 en relación a su densidad poblacional obligó a un cierre de actividades, incluidas las clases presenciales en todos los niveles educativos.
Según los reportes oficiales, Iruya registró hasta el momento 27 casos, de los cuales 20 aún están activos, mientras que otros 14 se encuentran internados en el hospital Ramón Carrillo de esa localidad.
Fuentes hospitalarias, en contacto con El Tribuno, informaron anoche que el aumento de los casos en el corto plazo fue el detonante para que el COE local adoptara drásticas medidas.
Solo dos médicos
A pesar de contar con camas para atender el incremento de los enfermos, el personal de salud resulta absolutamente insuficiente para brindar atención en caso de que sigan aumentado los contagios que necesiten internación hospitalaria.
Existen 20 camas extras ubicadas en el albergue del hospital y aún hay lugar en otras dependencias, pero solo se cuenta con dos médicos para la atención de los enfermos. Uno de ellos atiende patologías diversas y el otro está dedicado exclusivamente a la atención de los 14 pacientes internados con COVID, pero al mismo tiempo debe efectuar el seguimiento médico de los casos aislados en los domicilios y asistirlos vía telefónica y hacerles el seguimiento farmacológico.
Las luces de alerta en el pueblo se encendieron el pasado 31 de marzo y desde ese momento el Comité Operativo de Emergencias de la localidad decidió aplicar una serie de medidas restrictivas. Tras el reporte sanitario que contabilizó el aumento de los casos positivos en los últimos días, se concluyó que había al menos 4 focos de contagios, por lo que de igual manera se decretó la circulación comunitaria del virus.
Ante esta situación, se decidió que se suspendan las clases presenciales en todos los niveles. También se prohibieron todas las actividades que aglomeren personas y se aplicó la ley seca para evitar las reuniones sociales. Todas estas medidas entraron en vigencia de inmediato y se informó que regirán hasta un nuevo aviso del Comité de Emergencia de Iruya.
Francisco Aguilar, presidente del COE provincial, estuvo ayer en el lugar y supervisó la atención que se está brindando a los pacientes. Por el aumento de casos, adelantó que se realizará un operativo de testeo masivo el próximo miércoles y jueves y se instalará un generador de oxígeno, material que también es escaso en la zona.
Autoridades de Salud admitieron que, por la densidad poblacional, la situación epidemiológica en Iruya se tornó "compleja", por lo que Francisco Aguilar viajó al lugar y se reunió con la gerente del hospital local, Marisol Gutiérrez.
El funcionario recorrió las instalaciones y verificó el estado de los pacientes internados. "Me encontré con un hospital impecable, un equipo de salud perfectamente organizado, que cubre un área operativa enorme y cuenta con los recursos necesarios para brindar un atención adecuada", indicó.
Epidemiología de la Provincia realizará el testeo masivo en la zona, con el objetivo de detectar mas focos de contagios.
Intendente internado
Entre los 14 pacientes internados en el hospital Ramón Carrillo se encuentra el intendente de Iruya, Eugenio Herrera, cuyo estado de salud es estable. Mientras tanto el resto de su familia se encuentra aislada en su domicilio. A través de sus redes sociales el hospital pidió ayer a toda la comunidad que concurran los sintomáticos por un lado y contactos estrechos de los pacientes positivos en barrio La Tablada, el domingo de 9 a 12, para hisopados y tests rápidos.