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No me gusta cumplir años: el sentimiento de culpa infantil

Bernardo Stamateas reflexiona sobre una condición de muchas personas y de la que no siempre se habla. 
Sabado, 03 de abril de 2021 17:28

“No me gusta cumplir años”, comentan algunas personas. ¿La razón? Se deprimen y entristecen, en lugar de sentir deseos de festejar y pasar un día especial. ¿Por qué hay gente que, cuando cumple años, se siente mal? Entre los muchos factores que podemos mencionar, uno de ellos es porque, en el fondo, siente culpa.

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“No me gusta cumplir años”, comentan algunas personas. ¿La razón? Se deprimen y entristecen, en lugar de sentir deseos de festejar y pasar un día especial. ¿Por qué hay gente que, cuando cumple años, se siente mal? Entre los muchos factores que podemos mencionar, uno de ellos es porque, en el fondo, siente culpa.

Tal vez, cuando la persona nació, alguien cercano sufrió. Por esa razón, no puede celebrar el día de su nacimiento. Probablemente también abiertamente mamá (o papá) le dijo: “Yo esperaba un varón (o una nena) y naciste vos”. O: “Cuando vos naciste, mi cuerpo se deformó”. O: “Vos fuiste un accidente, no te buscamos ni te deseamos”. O: “El día que naciste, papá se fue”. O: “Por tu culpa, no pude estudiar y realizarme”. Mensajes de este tipo, explícitos o implícitos, hacen que la persona sienta que, cuando nació, alguien sufrió. 

Otro factor muy común es haber sido “el preferido”, “la preferida”. Toda vez que alguien es preferido por otro, hay alguien más que sufre. Tal vez la persona fue preferida sobre sus hermanos por su mamá o su papá, o algún abuelo; entonces siente: “Yo fui más amado y otros sufrieron por mi culpa”. O al revés: “Mi hermano, o mi hermana, fue preferido/a y yo sufrí mucho por eso”. La sensación inconsciente de quien no es preferido es: “Yo no valgo, no fui querido, fui rechazado”. 

En otras circunstancias, cuando en la familia hay dolor porque alguien se enfermó o se murió, la sensación es: “¿Cómo yo puedo ser feliz cuando hay alguien sufriendo a mi alrededor por esta tragedia?”. Si papá o mamá se mueren, dicha situación hace que el pensamiento infantil exprese: “Fue por mi culpa”. La culpa es un sentimiento, por lo general inconsciente, que nos lleva a creer que “no nos merecemos ser felices.

En relación con el cumpleaños, la culpa nos hace decir: “No merezco celebrar; no merezco pasarla bien; no merezco superar a mis padres; no merezco conectar con la alegría”. Surge la mayoría de las veces una necesidad de castigo. La persona siente inconscientemente que necesita sufrir y se autoboicotea todo lo bueno que la vida le ofrece.

Entonces, si no puedo conectar con la alegría, ¿qué debería hacer? Aquí es muy importante racionalizar todo esto (si es necesario con ayuda profesional) y entender que nadie hace sufrir a nadie. Cada persona es libre para tomar sus propias decisiones. En muchas ocasiones, los conflictos de papá o de mamá son proyectados en los hijos. De manera que “no pude estudiar por vos” debería leerse como “no me animé a estudiar”. Y “vos me hiciste sufrir” como “vengo sufriendo en otra área de mi vida y, como no la puedo identificar, lo proyecto en vos”. Si no te gusta cumplir años, si te cuesta conectar con el placer, recordá que cada ser humano es responsable de sus propios pensamientos, sentimientos y acciones. Vos, como todos los demás, merece celebrar, disfrutar, compartir con otros y ser feliz. Que nadie te haga creer lo contrario.

 

 

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