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Cecilia: emprendedora, maso terapeuta, vendedora, fletera y mucho más

La historia de una mujer de Rosario de la Frontera que día a día lucha por llevarle el pan a sus hijos. “No hay tiempo para deprimirse”, afirma.
Sabado, 01 de mayo de 2021 12:22

María Cecilia Cienfuegos Salim tiene 45 años y dos hijos, antes y también durante la pandemia, supo reinventarse de mil y unas maneras, con el único objetivo de salir adelante y llevarle el pan a sus hijos.

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María Cecilia Cienfuegos Salim tiene 45 años y dos hijos, antes y también durante la pandemia, supo reinventarse de mil y unas maneras, con el único objetivo de salir adelante y llevarle el pan a sus hijos.

Ella es una emprendedora que hoy tiene su kiosco, al estilo turco, denominado El Rincón. Allí vende, si no es todo, casi todo: desde alimentos para celiacos, panchuques, sándwiches, perfumes, ropa, sahumerios hasta fragancias elaboradas por ella misma.

En pandemia, empezó con su local junto a una amiga, vendiendo ropa y objetos usados. Además de eso, con su camioneta también hace viajes de fletes y lleva a domicilio cualquier encargo de su local.

“Como hago aromaterapia, en un inicio comencé elaborando perfumes esenciales, para difusores de ropa, telas, también sahumerios”, relató Cecilia en diálogo con El Tribuno.

El derrotero

“Después puse un pequeño negocio en una casita que yo tenía, pero la misma no tenía ni luz ni agua, en el lote de Los Abuelos. Allí comenzamos con una amiga y vendíamos de todo, ropa usada, calzados, objetos de decoración, de todo, vendíamos lo que encontrábamos”, recordó con alegría pese a las dificultades iniciales.

También vendían regalería y bijouterie fabricada por ella misma, pero luego en la pandemia intentaron robar el negocio tuvo que regresar a su casa, hasta ver cómo seguía con el negocio, entonces, se les ocurrió hacer viajes de fletes.

“Salía, hasta hoy, en mi camioneta a hacer viajes para todos lados, a Dios gracias que todo el mundo me llamaba o me recomendaba. No me puedo quejar porque siempre he tenido ayuda de la gente que me seguía eligiendo en cada emprendimiento”, aseguró.

Terapias alternativas

Entre otros de los trabajos que realiza, Cecilia contó que “desde el 2015 realizo terapias de reiki y maso terapia”.

“En pandemia sigo trabajando de esto, y por supuesto que con todas las medidas y los protocolos para que el paciente esté tranquilo, cuidado y seguro, como corresponde para evitar algún contagio”, afirmó la mujer. Paralelamente, Cecilia, trasladó el kiosco a su casa.

La emprendedora contó que busca darle soluciones todo el tiempo a la gente. “También trato de tener lo que me piden, por ejemplo en pandemia, la gente me pedía un mazo de cartas de loba y se lo llevaba a domicilio”, aseguró. Actualmente pudo alquilar un local en zona céntrica, en calle Figueroa Alcorta Nº 110, de la ciudad de Rosario de la Frontera.

“Este nuevo local, justo está a la par de la parada de colectivos de la segunda sección, allí vendo lo mismo de antes y le agregué golosinas, perfumes de imitación, todo tipo de sahumerios, incluso los importados, también bijouterie y más, es un negocio de turco”, expresó.

“Lo que me pedís, si no lo tengo, te lo consigo”, agregó con optimismo. La fortaleza de esta mujer es muy grande. Consultada sobre su  forma de reinventarse y realizar tantas actividades de manera paralela, Cecilia señaló: “Lo que siempre me digo a mi misma, es que la fortaleza no hay que perderla nunca”.

“En la vida, hay veces que estamos arriba y otras abajo, pero la fe, la fortaleza y las ganas para salir adelante es fundamental en todos los ámbitos de la vida. Todos los días doy gracias a Dios por lo poco o mucho que tenga”, agregó la mujer.

Siguiendo con su relato, la emprendedora contó que “todo es para mí un aprendizaje, y ver a mis hijos crecer, es lo que me ayuda en el día a día para no rendirme, a trabajar para que a ellos nada les falte. Ellos son un motor que me impulsa a remarla y a reinventarme”.

En un relato acongojado, dijo que cuando uno tiene que alimentar a los hijos, no hay tiempo para deprimirse.

 

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