A muchas personas les resulta difícil sacarse de la cabeza a alguien que los lastimó y ya no está en sus vidas, y pasan gran parte del día rumiando los mismos pensamientos negativos. Volverse obsesivo con respecto a otro se debe a que nos cuesta elaborar la pérdida. Como resultado, se genera un "apego emocional", ya sea porque se extraña por la positiva o por la negativa, o porque se siente mucha bronca por lo sucedido.
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A muchas personas les resulta difícil sacarse de la cabeza a alguien que los lastimó y ya no está en sus vidas, y pasan gran parte del día rumiando los mismos pensamientos negativos. Volverse obsesivo con respecto a otro se debe a que nos cuesta elaborar la pérdida. Como resultado, se genera un "apego emocional", ya sea porque se extraña por la positiva o por la negativa, o porque se siente mucha bronca por lo sucedido.
¿Qué podemos hacer cuando esto nos ocurre? Básicamente estas tres acciones:
1. Tener "contacto cero" con esa persona que nos dañó, evitando, en la medida de lo posible, cualquier tipo de interacción cercana.
2. Pedirle a un amigo o amiga de confianza: "Si ves que vuelvo a estar con él o ella, ayudame, acompañame, recordame que me hizo mucho daño y no necesito mantener un vínculo que me siga lastimando".
3. Desprenderse de todas las cosas que representen a esa persona. Puede ser desde un regalo hasta una carta, es decir, cualquier objeto que vuelva a activar el recuerdo y nos empuje a unirnos nuevamente.
Por supuesto, para la salud mental y física, uno tiene que tomar la decisión de perdonar a quien lo lastimó, lo cual no implica minimizar ni olvidar lo que pasó. Es más bien decir: "Ya me lastimaste una vez, no voy a permitir que me sigas lastimando". Perdonar es, en realidad, liberar a un esclavo y descubrir que ese esclavo somos nosotros. Perdonar es cerrar una etapa para construir hacia adelante. Por lo general, una persona queda ligada con un ex o una ex, o con alguien que la lastimó, porque no puede visualizar nada hacia adelante. Pero, para avanzar en la vida a pesar de las dificultades que tengamos que enfrentar, tenemos que construirnos un futuro. Y para ello, no deberíamos permitir que nuestra vida gire alrededor de alguien que solo nos produjo malestar.
¿Por qué a algunos les cuesta tanto "sacarse a alguien de la cabeza", aunque eso les siga causando dolor emocional?
Fundamentalmente, porque hay una búsqueda inconsciente de poder sobre el otro debido al enojo y la tristeza que sienten frente a lo ocurrido. Entonces, el hecho de llamarlo y buscarlo de manera obsesiva, o de pensar en esa persona todo el tiempo, solo tiene la intención de doblegar para molestar y castigar. Allí no hay un vínculo sano, pues no se reconoce al otro en su voluntad.
Cuando somos capaces de cerrar bien un vínculo que ya no funciona, sea de pareja o de amistad, estamos habilitados para seguir adelante y no quedarnos atascados. Esto implica conservar todo lo lindo que recibimos del otro, y que también le dimos, y dejar atrás los momentos tristes. Es saldar esa relación y quedar "mano a mano", como dice el tango, para disfrutar nuevas vivencias.