¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

26°
28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Dejemos atrás el “o” y vayamos por el “y”

“Todos, aun cuando no seamos conscientes de ello, albergamos pensamientos de limitación”, advierte Bernardo Stamateas.
Sabado, 22 de mayo de 2021 18:58

Muchas veces nos ocurre que estamos encerrados en un doble vínculo. Entonces, si hago A, pierdo B; y si hago B, pierdo A. Supongamos que te regalan dos camisas: una blanca y una roja. Elegís ponerte la blanca y te preguntan: “¿No te gusta la roja?”. Ahora decidís usar la roja y te preguntan: “¿No te gusta la blanca?”.
Una situación así es una encerrona mental. Porque si escojo una opción, pierdo la otra. En ocasiones, incluso sin ser conscientes de ello, nos armamos este tipo de encerronas a nosotros mismos. Decimos: “Yo quiero ser independiente”, pero nos perdemos de depender de otros sanamente, de pedir ayuda cuando la necesitamos. Pero, por otro lado, si decidimos pedir ayuda, no logramos disfrutar de nuestra independencia. ¿Cómo resolvemos este dilema de las encerronas mentales? ¿Recordás el famoso cuento de los dos burros que querían comer? La famosa fábula de los dos burros atados por la misma soga cuenta que querían comer el heno que tenían delante de ellos a cada costado. Estos animales se peleaban por ver quién comía primero y no dejaban de tirar para su lado. Hasta que finalmente se dieron cuenta de que, si ambos comían primero de un lado y luego del otro al mismo tiempo, podrían saciarse rápidamente. Y así lo hicieron. Para evitar las encerronas mentales que tanto daño pueden llegar a hacernos, tenemos que pensar en esa mala palabra brevísima conocida en todo el mundo: “o”. “O trabajo o me dedico a mi familia”. “O estudio o salgo con mis amigos”. “O me comprometo en esta relación o sigo disfrutando de mi libertad”. Todos la usamos, en especial, cuando nos encontramos en medio de dos opciones que parecen irreconciliables. Esta palabra, que considero una mala palabra porque no nos permite accionar para llegar a la meta, tenemos que reemplazarla por la palabra “y”. Entonces diremos: “Voy a trabajar y también voy a disfrutar de mi familia”. “Voy a estudiar y también voy a encontrar tiempo para salir con mis amigos”. “Voy a comprometerme con esta persona que amo y voy a seguir teniendo mis espacios personales”. Suena diferente, ¿no? Todos, aun cuando no seamos conscientes de ello, albergamos pensamientos de limitación. Se trata de imágenes fijas negativas que nos han sido transmitidas desde la niñez en nuestra familia de origen. Esta estructura de pensamiento nos convierte en adultos que dependen de la opinión de los demás y no son capaces de tomar buenas decisiones que nos conduzcan al éxito. Es por ello que muchos tienen esta idea que dice que no podemos estudiar y pasar tiempo de calidad con la gente querida, o pedir ayuda y a la vez ser autónomo. Entonces acabamos encerrados en nuestra propia mente. No es fácil, pero si estamos dispuestos a trabajar en nosotros mismos, podemos aprender a elegir las mejores opciones y a llevar una vida equilibrada donde nada quede excluido. Un simple cambio de conjunción, “o” por “y”, puede obrar maravillas y permitirnos seguir creciendo y avanzando hacia la concreción de todos nuestros proyectos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Muchas veces nos ocurre que estamos encerrados en un doble vínculo. Entonces, si hago A, pierdo B; y si hago B, pierdo A. Supongamos que te regalan dos camisas: una blanca y una roja. Elegís ponerte la blanca y te preguntan: “¿No te gusta la roja?”. Ahora decidís usar la roja y te preguntan: “¿No te gusta la blanca?”.
Una situación así es una encerrona mental. Porque si escojo una opción, pierdo la otra. En ocasiones, incluso sin ser conscientes de ello, nos armamos este tipo de encerronas a nosotros mismos. Decimos: “Yo quiero ser independiente”, pero nos perdemos de depender de otros sanamente, de pedir ayuda cuando la necesitamos. Pero, por otro lado, si decidimos pedir ayuda, no logramos disfrutar de nuestra independencia. ¿Cómo resolvemos este dilema de las encerronas mentales? ¿Recordás el famoso cuento de los dos burros que querían comer? La famosa fábula de los dos burros atados por la misma soga cuenta que querían comer el heno que tenían delante de ellos a cada costado. Estos animales se peleaban por ver quién comía primero y no dejaban de tirar para su lado. Hasta que finalmente se dieron cuenta de que, si ambos comían primero de un lado y luego del otro al mismo tiempo, podrían saciarse rápidamente. Y así lo hicieron. Para evitar las encerronas mentales que tanto daño pueden llegar a hacernos, tenemos que pensar en esa mala palabra brevísima conocida en todo el mundo: “o”. “O trabajo o me dedico a mi familia”. “O estudio o salgo con mis amigos”. “O me comprometo en esta relación o sigo disfrutando de mi libertad”. Todos la usamos, en especial, cuando nos encontramos en medio de dos opciones que parecen irreconciliables. Esta palabra, que considero una mala palabra porque no nos permite accionar para llegar a la meta, tenemos que reemplazarla por la palabra “y”. Entonces diremos: “Voy a trabajar y también voy a disfrutar de mi familia”. “Voy a estudiar y también voy a encontrar tiempo para salir con mis amigos”. “Voy a comprometerme con esta persona que amo y voy a seguir teniendo mis espacios personales”. Suena diferente, ¿no? Todos, aun cuando no seamos conscientes de ello, albergamos pensamientos de limitación. Se trata de imágenes fijas negativas que nos han sido transmitidas desde la niñez en nuestra familia de origen. Esta estructura de pensamiento nos convierte en adultos que dependen de la opinión de los demás y no son capaces de tomar buenas decisiones que nos conduzcan al éxito. Es por ello que muchos tienen esta idea que dice que no podemos estudiar y pasar tiempo de calidad con la gente querida, o pedir ayuda y a la vez ser autónomo. Entonces acabamos encerrados en nuestra propia mente. No es fácil, pero si estamos dispuestos a trabajar en nosotros mismos, podemos aprender a elegir las mejores opciones y a llevar una vida equilibrada donde nada quede excluido. Un simple cambio de conjunción, “o” por “y”, puede obrar maravillas y permitirnos seguir creciendo y avanzando hacia la concreción de todos nuestros proyectos.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD