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Roban hasta la leña para cocinar en una escuela: "un niño con hambre no puede aprender"

Un establecimiento de Pichanal, que educa y alimenta a más de 900 alumnos, es abatido por las noches por malvivientes que recuperan la libertad de un día para otro. Su directora pide ayuda, se siente abandonada y ya no sabe qué hacer.
Sabado, 22 de mayo de 2021 19:45

Sucede todas las noches. Malvivientes ingresan a una escuela de Pichanal, Jesús de Nazareth, y no solo lo vacían sino también destrozan todo al paso. 

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Sucede todas las noches. Malvivientes ingresan a una escuela de Pichanal, Jesús de Nazareth, y no solo lo vacían sino también destrozan todo al paso. 

La directora del establecimiento, Raquel Vargas, ya no sabe qué hacer. Se siente impotente y abandonada por las autoridades. Y lo que es peor, asegura que cuando los delincuentes son capturados, son liberados al otro día. 

"Nos roban y destruyeron documentación. Me dolió, me sentí impotente, lloré de bronca porque rompen legajos de los niños, libros de actas, documentos de archivo que siempre hacen falta", lamentó Vargas en diálogo con El Tribuno.

"Nos sacan el armario, los chicos no pueden dejar nada en las aulas. Se cambian las cerraduras y dura un día, rompen los focos, todo destruyen", continuó. 

La escuela educa y alimenta a 930 niños y responde por otros 120 pequeños de jardín de infantes. Está ubicado en el barrio Nueva Jerusalén, donde la pobreza y la delincuencia van de la mano.

"Acá los robos y destrucciones son continuos, siempre digo que si el año tiene 365 días, acá roban 400 veces al año", dice Raquel.

La directora contó que desde el área de Seguridad provincial tomaron conocimiento y se implementó una guardia policial permanente. Pero cuando los efectivos hacen el relevo, a las 6 de la mañana (el móvil se retira hasta el pueblo y regresa con el nuevo personal en un lapso de 20 minutos), los malvivientes aprovechan para ingresar y saquear.

"Pusimos a un sereno y lo golpearon, a la policía la apedrean, le rompen los móviles, en enero le rompieron la cabeza a uno de los chicos, la Policía hace su trabajo, pero estamos en esta situación".

Raquel Vargas luego denunció que una fiscal que tiene jurisdicción en Pichanal no atiende los reclamos de la comunidad educativa. "La policía los detiene (a los ladrones), pero la fiscal lo libera. El error es de la fiscal, la fui a buscar y nunca me atiende por una razón u otra. Le dije a los padres comprometidos, que vayamos y hagamos carteles en la fiscalía, porque esta señora se tiene que mover", exclamó. 

La docente también detalló la otra cara de una dura realidad: la comercialización de droga y la adicción. “Acá hay mucha gente adicta, la escuela es como un centro de venta, compra y consumo. La Policía hizo un relevamiento y nos damos cuenta que las madres mandan a los alumnos y alumnitas a vender droga”.

Explicó que se roban hasta las leñas que el establecimiento recibe como donación, un elemento fundamental con el que se cocina todo los días, incluido los sábados.

"Me dio tanta bronca que fui a buscar a una de esos chicos con un palo y me atendió la madre, que tiene prisión domiciliaria. Esa casa es un caedero, donde van todos, porque acá hay varias bandas que entran roban y rompen todo en la escuela".

Necesidades extremas

Raquel explicó la situación social en el barrio Nueva Jerusalén es de extrema pobreza. “Acá hay mucha necesidad y le damos de comer a los chicos. Vienen hasta los sábados porque son gente de muchas necesidades. Los niños vienen en busca de comida, quieren comer y tengo que pedir colaboración a los finqueros, al ingenio, al frigorífico, para que nos alcance”. 

La docente dijo que desde el Gobierno se recibe el subsidio del comedor con tardanza y que muchas veces el proveedor cobra con precios actualizados. “Le buscamos la vuelta y la manera que esto funcione”. 

"Me la tengo que rebuscar, un niño no aprende si tiene la panza vacía a las 8 de la mañana, le pasa a cualquier ser humano", añadió. 

Raquel agradeció a su vez el grupo de trabajo con el que cuenta, "es un gran equipo de maestros".

También destacó el trabajo de la Policía que realiza campañas por donación de ropa para los alumnos. "Un niñito vino en pleno frío con la remerita mojada, con los maestros le hicimos juegos, le dimos té, le dimos abrigo, pero no se puede dejar esa ropa en el establecimiento porque al otro día la roban". 

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