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Quioscos de barrio, al borde de la suspensión de pagos

La obligación de cerrar a las 18 afecta a los comercios más chicos.
Jueves, 27 de mayo de 2021 01:22

Los comerciantes de los barrios de Salta, esos que tienen quioscos, los denominados "24 horas", maxiquioscos o los viejos almacenes que atienden por una ventanita están al borde del colapso económico e insisten en que el nuevo "confinamiento" no hace otra cosa que darles un golpe más en una situación crítica. La restricciones implican que solo pueden abrir hasta las 18 los que abastecen de artículos de primera necesidad.

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Los comerciantes de los barrios de Salta, esos que tienen quioscos, los denominados "24 horas", maxiquioscos o los viejos almacenes que atienden por una ventanita están al borde del colapso económico e insisten en que el nuevo "confinamiento" no hace otra cosa que darles un golpe más en una situación crítica. La restricciones implican que solo pueden abrir hasta las 18 los que abastecen de artículos de primera necesidad.

"El confinamiento llegó justo a fin de mes. Si antes no venían a comprar; ahora menos", dijo una vecina que tiene quiosco con verdulería en el barrio Santa Ana.

El dueño de un "24 horas" de la zona sur de Salta capital estimó que la reducción horaria genera una baja del 40 por ciento en las ventas. "Estamos desesperados y aún no sabemos si estas medidas se extenderán", dijo el hombre.

La disposición establece que los comercios de proximidad, como ser los quioscos o despensas barriales, al estar entre los exceptuados alcanzados por el decreto nacional, pueden trabajar sin límites de horario pero, después de las 18, no pueden atender clientes de manera presencial. Para seguir vendiendo después de este horario deben hacerlo con un sistema de pedidos por mensajería y envíos.

Si la pregunta está dirigida a las pérdidas registradas desde el 20 de marzo del 2020, cuando comenzó el primer Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), la respuesta es más trágica. "Nosotros vendemos un 70 por ciento menos desde que llegó esta pandemia con su cuarentena. Ya estamos al borde de la suspensión de pagos y eso es muy grave para toda la cadena del comercio salteño. Por ahora tenemos un atraso importante... vamos pagando como sea. A los preventistas le pedimos disculpas, pero le vamos pagando como vamos vendiendo", dijo el comerciante.

Y los distribuidores tienen que recorrer más las calles para conseguir un poco de ventas. Lo que agrava la situación es que algunos tienen complicaciones para llegar a los barrios por los controles.

"Lo peor es que mucha mercadería se nos comenzó a vencer porque hay pocas ventas. Lo mismo sucede con los gastronómicos que compran insumos para su cocinas y se les pasan, a nosotros también se nos vence la mercadería", dijo un quiosquero de la popular zona oeste.

En la zona norte la situación parece más complicada. Una comerciante que se encuentra en el punto tripartito entre Lugones, Castañares y Ciudad del Milagro explica que no hay más margen. "Yo a las 18 cierro el negocio, pero vendo por la reja. No me importa casi nada ya la disposición del Gobierno que sea. Acá los comerciantes vemos qué hacen los otros y hacemos hasta que nos dejan. Y si viene alguien a cuestionar le decimos que tenemos que trabajar para comer. Porque no puede ser justo que nos corten el trabajo justo en el horario en el que todos salen de trabajar y se quieren comprar algo para comer o tomar. Nosotros estamos con las puertas cerradas. Entonces, estamos llegando a un punto en que ya nada nos importará y abriremos hasta el horario que teníamos antes porque necesitamos trabajar para sobrevivir", dijo la mujer.

Los que dejaron de vender

Los pequeños negocios que ofrecen artículos de librería y de temporada dejaron de vender. La suspensión de las clases presenciales y virtuales detuvieron toda la actividad. En muchos locales de barrio el tiempo y el espacio quedaron suspendidos. 
En el barrio Aráoz no se vende ni un mapa. “No solo no se vende ni una cartulina sino que, como no hay festejos de cumpleaños, tampoco nos compran regalos. Mucho menos bijouterie y adornos ... nada de nada. Estamos resistiendo como podemos y es probable que muchos de nuestro rubro sigan desapareciendo”, dijo la propietaria de un local ubicado en la calle Diario El Pregón, al sur de la ciudad.

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