La tapa de revista es esa plataforma sobre la que se coloca a alguien para ponerlo en un lugar preeminente. El sitial consagratorio de toda actividad pública. El podio al que se aspira para convertirse en una celebridad. También el indicador de qué vende o no. Ya salieron las tapas de revistas del grupo “Yo mujer, cuerpos reales”, cuya primera exposición se había presentado en el Polo Integral de las Mujeres el último Día Internacional de la Mujer.
Tanto de la muestra inicial como de esta participan Yésica Cáceres, Ivana Sarmiento, Verónica Lema, Romina Humacata, Victoria Liendro y Giuliana Burgos. Estas primeras modelos voluntarias fueron retratadas por el fotógrafo Sebastián Marucci. Y ahora captadas por el fotógrafo Pablo Oriz. El objetivo es poblar las redes sociales de imágenes con una valoración positiva sobre los cuerpos diversos de las mujeres. La promotora de Salud Karina Brito contó que “intentamos deconstruir los estereotipos clásicos de belleza que tenemos y mostrar la belleza desde otro lugar” y con ello hizo referencia a las denominadas medidas perfectas 90-60.90 que rigen la industria de la moda y el 1,75 mínimo de estatura que norma la alta costura.
También a los programas editores de fotografías que retocan e invisibilizan “imperfecciones” que en muchas ocasiones son marcas de episodios de vida importantes como el paso por la maternidad, el tránsito de una edad a otra o el paso de una contextura física a otra.
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La tapa de revista es esa plataforma sobre la que se coloca a alguien para ponerlo en un lugar preeminente. El sitial consagratorio de toda actividad pública. El podio al que se aspira para convertirse en una celebridad. También el indicador de qué vende o no. Ya salieron las tapas de revistas del grupo “Yo mujer, cuerpos reales”, cuya primera exposición se había presentado en el Polo Integral de las Mujeres el último Día Internacional de la Mujer.
Tanto de la muestra inicial como de esta participan Yésica Cáceres, Ivana Sarmiento, Verónica Lema, Romina Humacata, Victoria Liendro y Giuliana Burgos. Estas primeras modelos voluntarias fueron retratadas por el fotógrafo Sebastián Marucci. Y ahora captadas por el fotógrafo Pablo Oriz. El objetivo es poblar las redes sociales de imágenes con una valoración positiva sobre los cuerpos diversos de las mujeres. La promotora de Salud Karina Brito contó que “intentamos deconstruir los estereotipos clásicos de belleza que tenemos y mostrar la belleza desde otro lugar” y con ello hizo referencia a las denominadas medidas perfectas 90-60.90 que rigen la industria de la moda y el 1,75 mínimo de estatura que norma la alta costura.
También a los programas editores de fotografías que retocan e invisibilizan “imperfecciones” que en muchas ocasiones son marcas de episodios de vida importantes como el paso por la maternidad, el tránsito de una edad a otra o el paso de una contextura física a otra.
Ivana Sarmiento, en la ficcional revista Moon. Pablo Oriz
Karina explicó -citando a Elina Matoso, profesora titular en la carrera de Artes de la UBA que “la construcción de nuestro cuerpo en la sociedad actual se ve modificada por ciertos patrones o cánones propuestos por los medios de comunicación. Esta cultura mediática es la que construye una imagen modélica del cuerpo donde la sociedad ha de reflejarse. Cada sociedad construye un modelo cultural del cuerpo que la refleja’”. Brito también trajo a colación el artículo “Figuraciones del cuerpo femenino en el siglo XXI. La imagen femenina como cuerpo descarnalizado en las propuestas gráficas de una cultura light” -que fue publicado en Cuadernos del Centro de Estudios de Diseño y Comunicación Nº 38-. Allí enuncia su autora, Claudia del Carmen Herrera Ramos, que “al trabajar la performance del cuerpo del siglo XXI, podemos observar cómo la persona tiende a autorrechazarse, es decir; el sujeto se autocastiga en relación a la apariencia e imagen de su cuerpo. Vive en una mezcla de satisfacción e insatisfacción constante, puesto que nunca termina de elaborar y reelaborar su apariencia bajo las pautas de belleza estética y física propuestas por el fenómeno de la moda, los medios y el mercado”. Con ese cuerpo perfecto e ideal que todo consumidor añora en su pensamiento y que se vuelve real en ese mundo fantasioso y utópico del discurso emitido por los medios el grupo de Karina Brito tiene una grave diferencia de opinión. Por ello crearon su campaña gráfica en tapas de revistas ficticias sin rehuir de la sensualidad y las poses acostumbradas en estas publicaciones.
Verónica Lema posa como una modelo profesional en Trébol.
“Yo mujer...” está en línea con el movimiento Body Positive, que apareció, según el sitio Comenzar de Nuevo A.C., como consecuencia de años de vivir bajo la presión social sobre el cuerpo ideal, el cual está definido por las artistas y modelos de moda, quienes llevan a las adolescentes a desarrollar un deseo en muchos casos, inalcanzable de delgadez. “Trabajamos en esta ocasión ‘Los cuerpos que no son tapa’, deseando romper los clásicos estereotipos de belleza de una sociedad que marca con sus palabras a cientos de mujeres desde muy pequeñas, y pensando en la belleza que cada una posee, física e internamente. Deseamos romper el molde ficticio, para mostrar una realidad, un mensaje de aceptación en primer lugar, utilizando como medio la fotografía para lograr el propósito”, definió Brito.
Perspectiva trans
Victoria Liendro (42), una de las integrantes del grupo, comentó que a las mujeres trans como ella les falta apropiarse de espacios simbólicos.
“Mientras menos agravios o estereotipos prejuiciosos pesen sobre las vidas de las personas trans, sobre nuestros itinerarios y nuestros cuerpos, más van a poder vernos desde otro lado”, definió. Agregó que paso a paso y con mucho esfuerzo están ganando los ámbitos deportivos, políticos y artísticos; y todo ello vuelve pronosticable una sociedad con igualdad de derechos. “Esos son espacios de conquista simbólicos y con lo simbólico también me remito a por qué no ver el día de mañana a una pareja formada por una mujer trans y un varón CIS (persona cuya identidad de género coincide con el sexo que le asignaron al nacer) transitando por las calles juntos, saliendo a pasear con sus mascotas, acompañando a sus hijos e hijas al club, al colegio. Y me quedo con esta frase: También tengo derecho a ello’”, expresó.
Y recordó el primer “por qué no” de que tuvo plena conciencia, cuando era una adolescente. “Yo empezaba a sentirme distinta de aquellos roles, expectativas, juegos, grupos y colores que se me asignaban. Quería estar en un lugar, pero no podía, no me dejaban. El deporte fue ese lugar al que me impidieron entrar. Básicamente me depositaron en el fútbol, en el equipo de varones. El deporte es un lugar esquivo para las disidencias y las identidades trans. Por eso mi transitar por el deporte es tardío, aunque se convirtió en un lugar que hoy disfruto plenamente”, destacó volviendo comprensible la presencia en su tapa de la pala de pádel que empuña.
Victoria Liendro, identificada con el rojo y el deporte.
El otro elemento destacable es el body rojo, un color que para ella está ligado a su temperamento y a su “impronta desafiante sobre la vida”, el “por qué no” que salió a colación cuando se vistió de Victoria por primera vez antes los ojos de su madre. “Cuando me vio ‘montada’, como se dice en el ambiente, me preguntó por qué, qué me había pasado, y le dije: ‘Si no te gusta, me voy de la casa’. Ese ‘por qué no’ en el deporte me hace disfrutar de que mi voz signifique en el marco del colectivo sumar a más voces y presencias”, señaló.
“Respeto esta campaña para que más mujeres nos animemos a sacarnos fotos. Esta campaña es una contraposición a lo que vimos hasta el momento y ojalá llame la atención para que más editores, comunicadores y gráficas retraten más cuerpos diversos. Una mujer transexual salteña, a los 40, morocha me hace estar contenta en lo personal, pero también sabiendo que tiene una simbología política de mostrar los cuerpos diversos”, concluyó. Para ver la fotos hay que seguir el Instagram @yomujer.cuerposreales.