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La jueza Gómez Naar dejó la Asociación con graves denuncia

Aseguró que fue víctima de violencia institucional y de género. Junto con ella renunció la comisión directiva. 
Viernes, 28 de mayo de 2021 21:41

La jueza de la Cámara Civil y Comercial de Salta, Verónica Gómez Naar, renunció ayer a la presidencia y a la afiliación en la Asociación de Jueces de Salta, y con ella lo hicieron numerosos miembros de la actual comisión directiva.
La crisis se produjo inmediatamente después de que la asamblea de socios aprobara íntegramente la gestión del consejo directivo presidido por la magistrada. Los jueces dieron su visto bueno a los balances, estados contables y memoria de actuación. Luego del acto, la presidenta, los 7 consejeros titulares y los 2 suplentes, directores, la comisión de funcionarios letrados y numerosos adherentes renunciaron.
La sorpresiva decisión es un indicio de fragilidad en las relaciones que imperan entre los magistrados del Poder Judicial de Salta, cuyas divergencias (y según el texto de la renuncia, maniobras de grave calibre moral) parecen replicar en el seno de la entidad pujas de poder que atraviesan a toda la Justicia. Gómez Naar denuncia “continuas y sucesivas embestidas, nunca de frente y siempre por detrás (que) conforman la figura de violencia institucional como nunca pensé que podría suceder en una asociación de jueces; como también debo decir que he sido víctima de violencia de género, ya que los ataques se centraron luego en mi persona, apelando, entre otras cosas, a un vínculo conyugal extinguido hace 20 años”. La campaña de presiones destinadas a forzar su renuncia consistían en expresiones de descontento y malestar y operaciones para alentar a diversos asociados a desafiliarse. 
Al sintetizar su desempeño, la jueza menciona propuestas para “recuperar el prestigio y mejorar la imagen del Poder Judicial como v.g. la de asegurar un ingreso abierto, democrático e inclusivo”. Se refiere también a debates y seminarios destinados “a los derechos de los más vulnerables y de las comunidades indígenas, porque nos compete garantizar la inclusión en un pie de igualdad de todas las personas en la diversidad de su identidad, género, capacidades y preferencias”. Señaló también la propuesta de reforma al fuero de Personas y Familia, destinado a una mejor atención y garantía de esos derechos fundamentales y la organización de capacitaciones en perspectiva de género, en coordinación parental y prueba interdisciplinaria en el proceso de familia. “Pero claro, en esas mentes propias de una cultura que atrasa y discrimina ferozmente a las mujeres, si no es, claro, para seducirlas y dominarlas la mujer solo puede y debe ser propiedad de algún varón. No es mi caso”, asevera la jueza Gómez Naar. 
Aunque no da los nombres de las personas que presionaron para su renuncia, afirma que “hay un asociado fundador (quizás dos o tres) que quiere para la Asociación otros destinos, otros intereses y otros valores, y que desde el inicio ha obstaculizado permanentemente esta gestión... con el único propósito de desestabilizarme en el cargo; luego el ataque se volvió más bajo aún, afectando mi dignidad personal, involucrando en la maniobra a un integrante de la Comisión de Funcionarios, que acató ejecutar tales ardides, incomprensibles en el ámbito de un Poder Judicial. Mi límite es la decencia y la ética, no puedo responder con iguales armas estos ataques y operaciones”.
        

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La jueza de la Cámara Civil y Comercial de Salta, Verónica Gómez Naar, renunció ayer a la presidencia y a la afiliación en la Asociación de Jueces de Salta, y con ella lo hicieron numerosos miembros de la actual comisión directiva.
La crisis se produjo inmediatamente después de que la asamblea de socios aprobara íntegramente la gestión del consejo directivo presidido por la magistrada. Los jueces dieron su visto bueno a los balances, estados contables y memoria de actuación. Luego del acto, la presidenta, los 7 consejeros titulares y los 2 suplentes, directores, la comisión de funcionarios letrados y numerosos adherentes renunciaron.
La sorpresiva decisión es un indicio de fragilidad en las relaciones que imperan entre los magistrados del Poder Judicial de Salta, cuyas divergencias (y según el texto de la renuncia, maniobras de grave calibre moral) parecen replicar en el seno de la entidad pujas de poder que atraviesan a toda la Justicia. Gómez Naar denuncia “continuas y sucesivas embestidas, nunca de frente y siempre por detrás (que) conforman la figura de violencia institucional como nunca pensé que podría suceder en una asociación de jueces; como también debo decir que he sido víctima de violencia de género, ya que los ataques se centraron luego en mi persona, apelando, entre otras cosas, a un vínculo conyugal extinguido hace 20 años”. La campaña de presiones destinadas a forzar su renuncia consistían en expresiones de descontento y malestar y operaciones para alentar a diversos asociados a desafiliarse. 
Al sintetizar su desempeño, la jueza menciona propuestas para “recuperar el prestigio y mejorar la imagen del Poder Judicial como v.g. la de asegurar un ingreso abierto, democrático e inclusivo”. Se refiere también a debates y seminarios destinados “a los derechos de los más vulnerables y de las comunidades indígenas, porque nos compete garantizar la inclusión en un pie de igualdad de todas las personas en la diversidad de su identidad, género, capacidades y preferencias”. Señaló también la propuesta de reforma al fuero de Personas y Familia, destinado a una mejor atención y garantía de esos derechos fundamentales y la organización de capacitaciones en perspectiva de género, en coordinación parental y prueba interdisciplinaria en el proceso de familia. “Pero claro, en esas mentes propias de una cultura que atrasa y discrimina ferozmente a las mujeres, si no es, claro, para seducirlas y dominarlas la mujer solo puede y debe ser propiedad de algún varón. No es mi caso”, asevera la jueza Gómez Naar. 
Aunque no da los nombres de las personas que presionaron para su renuncia, afirma que “hay un asociado fundador (quizás dos o tres) que quiere para la Asociación otros destinos, otros intereses y otros valores, y que desde el inicio ha obstaculizado permanentemente esta gestión... con el único propósito de desestabilizarme en el cargo; luego el ataque se volvió más bajo aún, afectando mi dignidad personal, involucrando en la maniobra a un integrante de la Comisión de Funcionarios, que acató ejecutar tales ardides, incomprensibles en el ámbito de un Poder Judicial. Mi límite es la decencia y la ética, no puedo responder con iguales armas estos ataques y operaciones”.
        

Solidaridad y críticas

Ayer el Inadi expresó su solidaridad con la doctora Verónica Gómez Naar por “los agravios inadmisibles por su condición de mujer”. El texto de la renuncia, no obstante, pone en evidencia la persistencia de signos de machismo en el Poder Judicial.
Invocando las demandas de funcionarios que no son jueces, cuya inclusión requeriría un cambio de estatuto, la exdirectora de la Comisión de Funcionarios, secretaria de un tribunal oranense, Analía Briones, no se refirió a las denuncias de violencia de género pero calificó de “falsas y ofensivas” las expresiones de la presidenta renunciante. Aunque no explicitó si hablaba en nombre de los “fundadores” señalados por la jueza, reconoció que “hemos decidido, junto a numerosos colegas, renunciar a la Asociación y conformar otra, independiente, que nos nuclee, en una comunidad de respeto, igualdad y equidad, representando nuestros intereses”.
 

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