El Gobierno nacional apuntó con dureza a la Corte Suprema de la Nación luego del fallo a favor de mantener las clases presenciales. Primero fue el presidente Alberto Fernández, luego la vice Cristina Kircher; a ellos se le sumaron los ministros Nicolás Trotta (Educación) y Martín Soria (Justicia).
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El Gobierno nacional apuntó con dureza a la Corte Suprema de la Nación luego del fallo a favor de mantener las clases presenciales. Primero fue el presidente Alberto Fernández, luego la vice Cristina Kircher; a ellos se le sumaron los ministros Nicolás Trotta (Educación) y Martín Soria (Justicia).
Hoy el que salió a cuestionar el falle es viceministro de Justicia, Juan Martín Mena. “Formen un partido y ganen las elecciones. Así se gobierna, pero no desde un despacho judicial, y menos cuando están en riesgo la vida y la salud de los argentinos”, señaló en clara alusión a la Corte Suprema de la Nación.
“Estos muchachos están muy cebados; alguien, que tiene nombre y apellido, el gobierno de Mauricio Macri, en los últimos años los invitó a jugar un juego de poder del cual parece que todavía no pudieron volver a la normalidad de sus funciones”, cuestionó el funcionario nacional en radio El Destape.
Para Mena, el fallo de la Corte “una vez invade esferas de otros poderes del Estado, como lo han hecho en los últimos años”, y consideró que es “bastante inexplicable, y confuso, en cuestión que es de política partidaria”. “La Corte pareciera que se ve obligada a definir cuestiones políticas por vía de sentencias judiciales, y eso me parece alarmante”, agregó.
“La Corte se mete con un objetivo netamente político a embarrar la cancha, pero con vidas en juego. Vamos a seguir ejerciendo todas las potestades para administrar el país, no nos vamos a detener porque la cabeza del Poder Judicial esté queriendo meterse en una disputa política”, insistió Mena.