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La UNSa enseña a cuidar la energía, el agua y reducir los residuos

La casa de altos estudios aborda el cambio climático y destaca la necesidad de aplicar un sistema de gestión ambiental para controlar la generación de residuos y el consumo de recursos.
Sabado, 12 de junio de 2021 16:03

La Universidad Nacional de Salta trabaja en como dar respuesta al cambio climático. Este es una realidad que afecta a todas las regiones del mundo y que ha traído nuevos desafíos a los procesos de desarrollo económico y social, en particular en los países en desarrollo como la Argentina. Enfrentar este complejo problema requiere integrar un dispositivo de acciones que van desde la implementación de medidas de
mitigación y adaptación, ya que si bien sus causas son globales, las consecuencias son locales, hasta el desarrollo de un marco jurídico y reglamentario local, nacional e internacional.
La universidad encara la innovación tecnológica y el cambio cultural que necesita un financiamiento específico. En ese marco, es imprescindible que el gobierno, la sociedad civil, los sectores privado, académico, científico y la sociedad en general, actúen en conjunto para dar respuesta a este fenómeno que cada vez nos azota con mayor frecuencia e intensidad.
Si bien existen evidencias de las consecuencias del cambio climático como el derretimiento los glaciares y la elevación nivel del mar, en algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes, y en otras se registran olas de calor y sequías. Las medidas de adaptación ameritan realizar un diagnóstico de estas consecuencias. La universidad intervino, analizó dichos eventos identificó daños y propuso medidas preventivas frente a futuras catástrofes, tal es el caso de las inundaciones en Tartagal en 2009.

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La Universidad Nacional de Salta trabaja en como dar respuesta al cambio climático. Este es una realidad que afecta a todas las regiones del mundo y que ha traído nuevos desafíos a los procesos de desarrollo económico y social, en particular en los países en desarrollo como la Argentina. Enfrentar este complejo problema requiere integrar un dispositivo de acciones que van desde la implementación de medidas de
mitigación y adaptación, ya que si bien sus causas son globales, las consecuencias son locales, hasta el desarrollo de un marco jurídico y reglamentario local, nacional e internacional.
La universidad encara la innovación tecnológica y el cambio cultural que necesita un financiamiento específico. En ese marco, es imprescindible que el gobierno, la sociedad civil, los sectores privado, académico, científico y la sociedad en general, actúen en conjunto para dar respuesta a este fenómeno que cada vez nos azota con mayor frecuencia e intensidad.
Si bien existen evidencias de las consecuencias del cambio climático como el derretimiento los glaciares y la elevación nivel del mar, en algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes, y en otras se registran olas de calor y sequías. Las medidas de adaptación ameritan realizar un diagnóstico de estas consecuencias. La universidad intervino, analizó dichos eventos identificó daños y propuso medidas preventivas frente a futuras catástrofes, tal es el caso de las inundaciones en Tartagal en 2009.

Gestión ambiental


Una forma sistemática y documentada de caminar hacia la sustentabilidad es aplicar un sistema de gestión ambiental. La universidad se encuentra trabajando en este aspecto para controlar los aspectos ambientales tales como generación de residuos, consumo de agua y energía, los que impactan directa e indirectamente en el ambiente. 
En un mundo en el que el desarrollo humano y la calidad de vida dependen fuertemente de la energía eléctrica, la misma debe generarse de forma sostenible, en la cantidad y calidad necesaria para satisfacer las necesidades humanas, mantener y mejorar la vida en la sociedad y propender al desarrollo de los territorios en especial aquellos con niveles de pobreza inaceptable.
“El estudio, la investigación y la incorporación de sistemas automatizados de medición y supervisión del uso de la energía mediados por Internet de las Cosas, junto con la aplicación de técnicas modernas de inteligencia artificial permitirán que la Universidad lleve adelante sus políticas de compromiso con los Objetivos del Desarrollo Sustentable , además de ser agente de cambio, a través de sus egresados, en todos los sectores de la vida social”, comentó el ingeniero Miguel Ángel Salom, docente de la Facultad de Ingeniería.
El agua es un recurso natural esencial y su demanda es creciente. Comprende un recurso estratégico para la actividad productiva. A nivel institucional, el agua se utiliza para beber, riego, sanitarios, limpieza en general, lavado de manos, servicios de alimentación y laboratorios. El manejo de los recursos hídricos debe realizarse con un enfoque integrador y global, coherente con la política de protección ambiental,
promoviendo la gestión conjunta de la cantidad y calidad del agua.
La universidad tiene como meta garantizar la gestión sostenible del agua, en la que hace hincapié uno de los ODS: “Garantizar la disponibilidad del agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.”

Gestión de residuos eléctricos y electrónicos

Los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) son ampliamente utilizados en el predio universitario. Es un desafío para la universidad plantear una gestión integral de estos aparatos cuando pasan a residuos (RAEEs). La clave se encuentra en la reparación de los equipos dados de baja para su donación, alargando su ciclo de vida. Sin embargo, el aprovechamiento de los constituyentes valiosos tiene un significativo potencial económico, tal es el caso de la fracción metálica de la placas de circuitos integrados: 0,3% de plata, 0,04% de oro y 0,02% de paladio. Es importante considerar el contenido de sustancias peligrosas en los residuos que es del orden del 7% e incluye sustancias que afectan a la salud que deben tratarse eliminando el riesgo. En la región, los residuos son mal gestionados sin cuidado de sus constituyentes peligrosos. Su solución requiere del conocimiento y la tecnología que pueden aportar los profesionales universitarios.
La universidad cuenta con la Resolución 024/2010 en la que se establece las prácticas correctas para la gestión de los residuos peligrosos generados allí. Esta se realiza teniendo en cuenta las distintas etapas desde su generación. 
Con relación al circuito de los residuos, se organiza la gestión en el marco de la reglamentación para que el correcto etiquetado y almacenamiento se realice en forma obligatoria. La adecuada gestión interna se recomienda con carácter voluntario.


 

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