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Crudas revelaciones de la enfermera de Maradona: no había desfibrilador ni oxígeno

En sus más de 6 horas de declaración ante la Justicia en la causa por la muerte del astro, la trabajadora complicó aún más a los médicos y al entorno del 10. 
Jueves, 17 de junio de 2021 21:48

La enfermera que atendía a Diego Maradona en su internación domiciliaria declaró ante la Justicia que la única indicación que tenía de los médicos era la de administrarle la medicación, que le dijeron que no eran necesarios los controles y que en la casa de Tigre donde el exfutbolista falleció en noviembre pasado no había ningún acondicionamiento para la patología cardíaca que presentaba, que definió como “una bomba de tiempo”.

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La enfermera que atendía a Diego Maradona en su internación domiciliaria declaró ante la Justicia que la única indicación que tenía de los médicos era la de administrarle la medicación, que le dijeron que no eran necesarios los controles y que en la casa de Tigre donde el exfutbolista falleció en noviembre pasado no había ningún acondicionamiento para la patología cardíaca que presentaba, que definió como “una bomba de tiempo”.

La indagatoria a Dahiana Gisela Madrid (36), que duró más de 6 horas, dejó crudas revelaciones que se desconocían hasta ayer en la causa por el fallecimiento del astro, el 25 de noviembre pasado.

Madrid contó que el 13 de noviembre, primer día que fue a trabajar a la casa del barrio San Andrés, fue la primera y única vez que pudo tener contacto personal con Maradona, tomarle los signos vitales y bañarlo, pero que ya el día 16, cuando fue por segunda vez, el propio paciente la echó e incluso amenazó con tirarle “por la cabeza” un cargador de celular.

Por esa razón Madrid explicó que nunca entraba a la habitación del 10 y que la mayoría del tiempo estaba “afuera, debajo de las plantas o sentada en el living” sin hacer ruido.

“Me habían dicho que nosotros los enfermeros estábamos para dar la medicación en tiempo y forma para que el paciente no se automedique, que no era necesario que se controle”, afirmó la imputada ante los fiscales Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, que fueron los dos miembros del equipo fiscal que la indagaron por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”.

Cuando los fiscales le preguntaron quiénes daban las indicaciones, Madrid respondió que su coordinador era Mariano Perroni (40), otro de los imputados que hoy será indagado, que los responsables del domicilio eran el sobrino de Maradona, Jonathan Espósito, y Maximiliano Pomargo, asistente personal del 10 y cuñado del abogado Matías Morla, y que los médicos eran Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.

Tal como el pasado lunes había declarado el otro enfermero imputado, Ricardo Almirón (38), del turno noche, Madrid explicó que nadie le informó los antecedentes de salud de Maradona: “Las patologías que tenía el paciente me enteré después. Cuando llegué al domicilio pregunté si teníamos una epicrisis y me dijeron que no. Si vos sos un paciente cardíaco, sabés que sos una bomba de tiempo, pero no había ningún acondicionamiento para la patología del paciente. Lo único que había era control de signos vitales. Un termómetro y un saturómetro”, afirmó Madrid, en torno a las falencias que había en la casa de Tigre para una supuesta internación domiciliaria.

También dijo que “faltaba un desfibrilador, un tubo de oxígeno, un ‘abocat’ -un dispositivo que se usa para pasar medicación por vía- y no había tampoco un monitor cardíaco. que era necesario siendo él un paciente cardíaco”. 
 

El accidente que intentaron ocultar

Madrid también contó sobre la caída que Maradona sufrió el 18 de noviembre en su habitación y que ella recomendó “llevarlo a una guardia o a una clínica para que le realicen una tomografía”, pero que Maxi Pomargo, cuñado de Morla, se negó.

Sobre el día del fallecimiento, reconoció que nunca entró a la habitación y criticó a Cosachov, al comentar que notó que la psiquiatra “no estaba haciendo bien a las maniobras de RCP”, por lo que continuó ella con las tareas.

También complicó a Perroni y a la médica Nancy Forlini, de quienes dijo que en el informe póstumo redactaron cosas que no habían sucedido.

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