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Aprovechaba el régimen de visitas para violar a su hija

Fue condenado a 26 años de cárcel por los abusos sexuales durante cinco años.
Miércoles, 02 de junio de 2021 02:36

Un tribunal oral condenó a 26 años de prisión a un padre que violó a su hija menor de edad durante un lustro cuando se la llevaba por el régimen de visitas. Fue condenado por violar a otro niño que había quedado a su cuidado mientras su madre salió a trabajar, y por golpear hasta fracturarle la mandíbula a una mujer por celos.

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Un tribunal oral condenó a 26 años de prisión a un padre que violó a su hija menor de edad durante un lustro cuando se la llevaba por el régimen de visitas. Fue condenado por violar a otro niño que había quedado a su cuidado mientras su madre salió a trabajar, y por golpear hasta fracturarle la mandíbula a una mujer por celos.

Los jueces del tribunal número 29 dispusieron la condena, que excede en un año a la prevista para el delito de homicidio contra Daniel Alejandro Ledezma, próximo a cumplir 44 años de edad y alojado en la cárcel de Ezeiza. Los jueces Ramos Padilla, Gustavo Goerner y Cecilia Maiza dictaron la condena por los delitos de "abuso sexual simple reiterado, abuso sexual con acceso carnal reiterado y agravados por ser el padre de la víctima menor de 13 años, lesiones graves y abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por el encargado de la guarda". El fiscal de juicio, Sandro Abraldes, había pedido la pena de 32 años de cárcel.

Los jueces ordenaron, además, "la extracción del perfil genético para ser remitido al Banco de Datos Genéticos, una vez firme el fallo", para integrar el denominado "registro de violadores". Según la imputación, "se le atribuye al encausado el haber abusado sexualmente de su hija en reiteradas oportunidades, entre los años 2011 y 2016, en los distintos domicilios en los que éste residía y en circunstancias en que se llevaba a la menor con motivo del régimen de visitas informal que había acordado con su expareja y madre de la niña". Según se resaltó en el fallo, mientras abusaba de ella le decía que "lo que hacía estaba bien, que era su sangre y nadie la amaría más que él. Le profería que la mataría a ella o a su madre, que golpearía al padrastro o que publicaría ciertas fotografías si negaba a llevar a cabo tales actos", se señaló.

Los abusos terminaron cuando la niña cumplió los 12 años y "comenzó a oponerse a visitas a su progenitor", pero la situación permaneció oculta hasta fines de 2017, cuando su madre descubrió un chat en el que la pequeña "develaba los sucesos" a un amigo virtual.

 

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