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Con la guardia alta en Orán

La familia y el entrenador de Ramón Quiroga apoyarán desde el norte. Los allegados más íntimos del boxeador esperan por los Juegos Olímpicos.
Miércoles, 23 de junio de 2021 02:07
La familia Quiroga, Gabriel con el diario El Tribuno, su mamá en el centro y el profe Juan Carlos Videla.

Ramón “Hormiga” Quiroga hará historia al competir en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero detrás del boxeador hay una historia que contar, una familia humilde, momentos clave en su vida, la aparición de la droga y la fuerza de voluntad para apostar por el boxeo como una salida a los excesos.
Ramón nació un 27 de agosto de 1997, en San Ramón de la Nueva Orán, es el más chico de ocho hermanos que crió su madre Josefa Quiroga, quien tuvo que salir adelante con sus hijos pese a las adversidades.
De pequeño, Ramón era un chico inquieto y en plena adolescencia empezaron los primeros dolores de cabeza para doña Josefa y sobre todo para su hermano Gabriel.
El Tribuno llegó hasta el barrio 12 de Octubre donde vive la familia Quiroga y charló con su madre, quien es hipoacúsica, su hermano Gabriel y Juan Carlos Videla, el primer entrenador de boxeo que tuvo el ahora representante olímpico.
Gabriel contó como comenzó su historia en el boxeo.
“Quería que esté cerca mío, era una forma de controlarle los tiempos, no nos criamos juntos y vi la situación en la que se encontraban mis hermanos. A él lo mandábamos a comprar pan y volvía la 5 de la tarde, se escapaba con la plata del pan, le preguntaba donde estaba y nunca me respondía. Un día lo seguí y se encerraba en un cíber, después también se juntó con un grupo de chicos de adolescentes y andaban en malas cosas”, comentó Gabriel, quien además agregó: “Hablé con él, estaba en una situación que le gustaba la joda, se había empeorado todo y decidí llevarlo a entrenar boxeo. La primera semana que lo llevé, él se escapaba. Cuando hizo su primer guanteo le gustó mucho, pensó que podía cambiar su realidad. Trabajamos mucho y la actitud del profe (Videla) fue muy grande”.

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Ramón “Hormiga” Quiroga hará historia al competir en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero detrás del boxeador hay una historia que contar, una familia humilde, momentos clave en su vida, la aparición de la droga y la fuerza de voluntad para apostar por el boxeo como una salida a los excesos.
Ramón nació un 27 de agosto de 1997, en San Ramón de la Nueva Orán, es el más chico de ocho hermanos que crió su madre Josefa Quiroga, quien tuvo que salir adelante con sus hijos pese a las adversidades.
De pequeño, Ramón era un chico inquieto y en plena adolescencia empezaron los primeros dolores de cabeza para doña Josefa y sobre todo para su hermano Gabriel.
El Tribuno llegó hasta el barrio 12 de Octubre donde vive la familia Quiroga y charló con su madre, quien es hipoacúsica, su hermano Gabriel y Juan Carlos Videla, el primer entrenador de boxeo que tuvo el ahora representante olímpico.
Gabriel contó como comenzó su historia en el boxeo.
“Quería que esté cerca mío, era una forma de controlarle los tiempos, no nos criamos juntos y vi la situación en la que se encontraban mis hermanos. A él lo mandábamos a comprar pan y volvía la 5 de la tarde, se escapaba con la plata del pan, le preguntaba donde estaba y nunca me respondía. Un día lo seguí y se encerraba en un cíber, después también se juntó con un grupo de chicos de adolescentes y andaban en malas cosas”, comentó Gabriel, quien además agregó: “Hablé con él, estaba en una situación que le gustaba la joda, se había empeorado todo y decidí llevarlo a entrenar boxeo. La primera semana que lo llevé, él se escapaba. Cuando hizo su primer guanteo le gustó mucho, pensó que podía cambiar su realidad. Trabajamos mucho y la actitud del profe (Videla) fue muy grande”.

  • La aparición del PF Videla

Juan Carlos Videla llegó hace años a Orán desde Mendoza y es el formador de Ramón en el pugilismo.
“Ramón tenía su rebeldía, pero también era un pibe loco por el entrenamiento. Por ahí no venía, yo salía a buscarlo y lo encontré drogandose, me dijo: ‘No lo voy a hacer mas viejo’ y le dije ‘ya la conociste, listo, ya está’, le dije que era una cagada y eso le hizo un click. Él mismo me dijo: ‘Yo me tengo que ir de acá’. Soy muy amigo de Pablo Chacón (exboxeador) y lo llamé para mandarlo a entrenar a Mendoza, le dije que Ramón era amateur pero que tenía unas condiciones impresionantes. Desde ahí se le puso en la cabeza ser boxeador, es un trabajo que él mismo hizo”, comentó el Chileno, como le dicen en el norte.
“En Orán no tenemos la estructura, lo tenemos que hacer viajar para crecer, Ramón fue campeón argentino dos veces. Lo seguimos siempre desde que fue a la Liga Mundial de Boxeo en Cuba, a los juegos Panamericanos. Hay gente que dijo montón de cosas para que el deportista crezca pero se borraron, gracias a la familia él se mantiene, nunca rompió el vínculo con su familia. Yo ya me siento orgulloso, me mandan mensajes y yo les agradezco a todos lo que hicieron que Ramón esté ahí, mucha gente de acá, gente común, me decían: ‘Tengo zapatillas para Hormiga’, eso se valora mucho más”, comentó Videla.

  • El aguante de mamá

Josefa Quiroga tiene 57, es la madre de Ramón y es hipoacúsica. Su hijo Gabriel, hizo de intérprete para que ella transmita lo que siente por su hijo. 
“Me daba dolores de cabeza, pero cuando lo veo festejo a mi manera, abrazo su foto. Estoy esperando el momento para verlo, era tremendo cuando era chico y ahora cuando lo veo en la tele tengo miedo que le peguen en la nariz”, expreso Josefa.
“A mi madre le gusta el deporte, siempre lo siguió por la tele, por el diario, y se emocionó al verlo lejos y que está bien. Antes de ser profesional Ramón quería hacer su carrera de amateur y soñaba con ir a los Juegos Olímpicos. Río de Janeiro fue su primera decepción, ya que no lo convocaron, se la tuvo que bancar pero ahora se siente feliz, contento, con esa energía de querer cumplir su sueño, siempre lo dijo, incluso antes de llegar a la escuela de Chacón”, sostuvo Gabriel.

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