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Para decidir hay que saber

Martes, 29 de junio de 2021 02:13

En el Estado argentino se registra una devoción especial por el manejo e intromisión en los asuntos públicos, sin que el funcionario tenga el conocimiento de cómo funcionan. Por lo cual el Estado no puede fijar el precio de un producto o servicio, si al mismo tiempo no controla sus costos.

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En el Estado argentino se registra una devoción especial por el manejo e intromisión en los asuntos públicos, sin que el funcionario tenga el conocimiento de cómo funcionan. Por lo cual el Estado no puede fijar el precio de un producto o servicio, si al mismo tiempo no controla sus costos.

* El cierre súbito de las exportaciones cárnicas implica una decisión desordenada, inconsulta y fuera de todo criterio de comercialización y exportación por parte de un país productor.

* La falta de un plan ganadero efectivo para cumplir el compromiso oficial de incrementar de 3 a 5 millones de toneladas las exportaciones.

Cuadro de situación

- Aumento del 70% frente al 48,8% del IPC. Caída del consumo de carne en 2020 por debajo de 50 kg/cápita.

- Exportaciones argentinas en 2020, US$3.126 millones, frente a los US$ 14.000 millones de la soja, producto más exportado. China consume carne de bajo precio e industrializa.

- En 1977 había 2,3 cabezas de ganado por habitante; en 2020 = 1,2 cabezas.

- En 2020 registraba 54,5 millones de cabezas, frente a los 61 millones de 2005.

 

Nunca debe tomarse una medida relativa a un sector productivo sin consultar a las empresas, los gremios y las entidades.

Sin credibilidad y garantías jurídicas no habrá inversión, la carne va a seguir subiendo en el mercado interno y se perderán divisas y empleo.

Limitar las exportaciones un 50% para reducir el precio interno argentino es indicador de la ignorancia del Gobierno nacional sobre el asunto en cuestión, que involucra una enorme proyección negativa para la Argentina.

De acuerdo con lo declarado para el sector por el Gobierno nacional, referido a desórdenes tributarios, indisciplina de comercialización y un ordenamiento empresarial necesario en la actividad, incluyendo asimismo la propia fiscalización responsable por parte de los organismos de sanidad, comercio y aduana, constituye ello un conjunto muy atendible de preocupaciones, por cierto. Siempre y cuando se analice sobre la experiencia y con conocimiento técnico. Pero nunca disponiendo de antemano una lisa y llana suspensión de las exportaciones de carne a los principales mercados del mundo, de un día para el otro. Esa destrucción de las posibilidades de crecimiento evidencia incapacidad de conducción, irresponsabilidad, oficios innecesarios de los ministros actuantes y absoluta anomia presidencial.

El Gobierno nacional y los gobiernos de provincias productoras, conjuntamente con la totalidad de las organizaciones rurales vinculadas a la actividad ganadera, deberían reunirse, acordar una agenda permanente de trabajo conjunto y arribar finalmente a la aprobación de un plan ganadero proyectado a no menos de tres décadas. Ello permitiría, de manejarse bien las políticas de aplicación, tanto por parte del Estado como las de los sectores productivos, comercializadores y laborales, arribar a un marco productivo sustentable, capaz de alcanzar las 5 millones de toneladas de exportación de las afamadas carnes argentinas. No existe otro camino coherente y posible.

Finalmente, para ello se deberían organizar sólidamente las regiones NOA, NEA, Litoral y Pampeana, con sus provincias integrantes, para ayudar al Gobierno nacional a implementar un programa de esta magnitud e importancia, proveedor no únicamente de divisas sino, asimismo, de fuente de trabajo y bienestar social. ("Robar es un delito, pero arruinar el país es traicionar a la Patria", Gral. José de San Martín)

 

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