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Cruda realidad: "Nosotros vivimos a guiso y sopa"

Duro relato de una mujer que está a cargo de un comedor de la zona sudeste.
Domingo, 06 de junio de 2021 02:01

Para saber qué están comiendo la mayoría de los salteños recurrimos a Cristina Mamaní, quien encabeza el comedor "Por una Sonrisa", del barrio Primera Junta. Ella cocina además en un comedor que se armó en Coronel Moldes.

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Para saber qué están comiendo la mayoría de los salteños recurrimos a Cristina Mamaní, quien encabeza el comedor "Por una Sonrisa", del barrio Primera Junta. Ella cocina además en un comedor que se armó en Coronel Moldes.

En la sudeste de la capital brinda alimentos a más de 130 personas y en el valle a 125 niños. Es la indicada para contar cómo hacen el milagro de multiplicar los alimentos.

"En estos tiempos la verdura es fundamental. Yo siempre digo que la comida debe tener la combinación de color y sabor. A nosotras nos ayudan los puesteros del Cofruthos, que siempre nos dan una mano", dijo la mujer y contó: "Nosotros vivimos a guiso y sopa. No nos da para más".

Aseguró que hasta la solidaridad de los salteños viene a la baja. Ellos claman por un pedazo de carne de vaca que nunca llega. En diálogo con El Tribuno brindó algunas de sus recetas para dar de comer a tantas personas.

"Compramos lo que podemos de puchero común. Por la zona lo venden a 100 pesos el kilo aproximadamente. Juntamos 300 o 400 pesos y con eso más la buena acción de los carniceros, que saben para qué compramos, tenemos la carne que la hacemos hervir para sacar caldo para la sopa. Con la carne hacemos guiso o salsas. Esto es todos los días. A los guisos le ponemos todas las verduras que tenemos y las salsas van con polenta o con fideos. De postre se come muy poco de frutas, y lo que más se hace es el anchi", contó la mujer.

"Muchas veces una siente impotencia porque el puchero que compramos es el más barato, ese que no tiene carne, que es puro hueso, y así cocinamos. A veces tenemos leche y hacemos un arroz con leche para que rinda más", contó llorando.

Frutas y verduras

El precio de las verduras tiene otra lógica y se maneja por las heladas, las lluvias, las sequías. Sin embargo, las ventas en los mercados también están bajas. El Tribuno realizó una visita al mercado San Miguel y los puesteros informaron sobre las bajas notables en las ventas.
En la semana que terminó los precios de las verduras estuvieron muy buenos y se recomendaba comprar todo lo verde. Desde las paltas a 200 pesos el kilo, hasta las espinacas y acelgas a 70 pesos el atado.
El tomate había bajado su precio a 50 pesos el kilo, tras estar a 100 durante el confinamiento. Lo que más conviene y rinde es el zapallo amarillo que se vende hasta 3 kilos por 100 pesos.
Las frutas están caras. La mandarina se mantiene a 150 la docena, lo mismo que las bananas.
 

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