Pese a que los datos del empleo formal privado en Salta al final del primer trimestre de este año marcan una continuación del ciclo de recuperación que arrancó en diciembre pasado, una de las principales actividades laborales de la provincia como es la construcción comenzó a mostrar signos de retroceso. El rubro venía en franco crecimiento desde hace cinco meses y tuvo un tropiezo en marzo, cuando tuvo una caída en los indicadores de trabajo registrado del 1,6% en relación a febrero, según los datos del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric). Fue una de las dos únicas provincias con números negativos en las comparaciones intermensuales junto a San Luis (-3,5%).
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Pese a que los datos del empleo formal privado en Salta al final del primer trimestre de este año marcan una continuación del ciclo de recuperación que arrancó en diciembre pasado, una de las principales actividades laborales de la provincia como es la construcción comenzó a mostrar signos de retroceso. El rubro venía en franco crecimiento desde hace cinco meses y tuvo un tropiezo en marzo, cuando tuvo una caída en los indicadores de trabajo registrado del 1,6% en relación a febrero, según los datos del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric). Fue una de las dos únicas provincias con números negativos en las comparaciones intermensuales junto a San Luis (-3,5%).
En marzo había 6.545 obreros de la construcción con aportes previsionales en Salta. Comparado con igual mes de 2020, cuando ingresó la COVID-19 a estas latitudes, representa un crecimiento del 2,7%.
En cuanto a la cantidad de empresas constructoras registradas, el último informe del Ieric da cuenta de que en abril quedaban 425 contratistas y subcontratistas en pie, 55 firmas menos que un año atrás.
Trabajo privado
A excepción de la construcción, las otras actividades de la provincia continuaron hasta marzo en el camino de la recuperación (lenta) que se sostiene en las comparaciones intermensuales sin estacionalidad (es decir, sin las variables ocupacionales características de cada mes) desde diciembre del año pasado, según los registros sobre empleo privado del Ministerio de Trabajo de la Nación. No es difícil errar en el pronóstico de que esa serie positiva se cortará cuando aparezcan los índices de abril y mayo, que es cuando volvieron a aplicarse las restricciones relacionadas con la pandemia.
En el tercer mes del año, la cartera laboral registró 113.500 trabajadores formales privados en la provincia. Son 600 más que en febrero y 1.500 por encima de enero.
Si bien la cifras generan expectativas, todavía están muy lejos de lo que sucedía antes de la llegada de la pandemia, cuando también se venía en un ciclo negativo. En la relación interanual, en marzo pasado se perdieron 2.800 puestos de trabajo, lo que representó una caída del 2,4%.
Coincidencia
A nivel nacional, el empleo registrado en empresas del sector privado creció 0,3% en marzo respecto de febrero, sobre una base desestacionalizada, lo que reflejó el mayor incremento desde abril de 2015 y conformó el tercer mes consecutivo de crecimiento, según datos del Ministerio de Trabajo.
Un reciente estudio de la dependencia nacional destacó que el empleo asalariado registrado en empresas de más de 10 personas ocupadas creció en marzo en relación al mes anterior, acumulándose tres meses de variaciones positivas consecutivas, la secuencia más larga desde 2017.
Luego, en abril, el Ministerio de Trabajo advierte que se detuvo el proceso de recuperación, en consonancia con la aplicación de mayores restricciones a la circulación por el aumento de los casos de coronavirus.
Expectativa por un programa
El Gobierno nacional lanzó el viernes pasado el Programa Federal de Fortalecimiento de la Reactivación Productiva, que tiene como objetivo la promoción del empleo y la generación de nuevos puestos de trabajo en cada provincia que se adhiera.
La iniciativa consiste en un subsidio para facilitar a las empresas que contraten empleados, a los que el Estado les hará un aporte en sus sueldos.
Según lo dispuesto, los montos máximos de los aportes no reembolsables (ANR) mensuales por contratación que se podrán otorgar a quienes resulten beneficiarios, se establecerán en cada convocatoria específica en función de los promedios salariales de cada región.
En esa línea, el Comité Ejecutivo del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep) deberá efectuar las acciones necesarias para llevar adelante el financiamiento de los beneficios a otorgarse en el marco del nuevo programa. En tanto, las secretarías de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa serán, en forma conjunta, la autoridad de aplicación del programa.
Desde el Ministerio de Desarrollo de la Nación aclararon que las convocatorias específicas podrán, entre otras características, segmentarse por provincia, actividad económica y el período de contrataciones a ser considerado. Además, establecerá el cupo de puestos de trabajo, así como los montos de los beneficios a ser otorgados en cada una de ellas.
Se otorgarán ANR a las empresas por cada trabajador contratado por tiempo indeterminado y a jornada completa, hasta un cupo total de nuevas contrataciones que será determinado en cada convocatoria para cada provincia.
Cada cupo dará derecho a gozar de un ANR de hasta 36 pagos mensuales consecutivos y hasta diciembre de 2024.