Invitada a Debo Decir, por América, Ernestina Pais reflexionó sobre la pandemia del coronavirus y cómo ésta afectó a la sociedad en general. “Nos pasa que este año no lo entendimos. Tal vez, no es que lo borramos. Pero yo no lo entendí”, comenzó diciendo la periodista. Y luego confesó: “Mi hijo dejó de ir al colegio virtualmente. Tiene 17 años recién cumplidos, mide un metro noventa y es una bestia. Y hay un punto en el cual yo ya no le puedo decir qué hacer. Sólo le puedo decir qué sentir o adónde aspirar”.
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Invitada a Debo Decir, por América, Ernestina Pais reflexionó sobre la pandemia del coronavirus y cómo ésta afectó a la sociedad en general. “Nos pasa que este año no lo entendimos. Tal vez, no es que lo borramos. Pero yo no lo entendí”, comenzó diciendo la periodista. Y luego confesó: “Mi hijo dejó de ir al colegio virtualmente. Tiene 17 años recién cumplidos, mide un metro noventa y es una bestia. Y hay un punto en el cual yo ya no le puedo decir qué hacer. Sólo le puedo decir qué sentir o adónde aspirar”.
Madre de Benicio, fruto de su pareja con Alejandro Guyot, Ernestina dio su visión sobre lo que pasa con su hijo y con los jóvenes de su generación. “Siempre cuando hablo con él, me dice si el mundo se va a terminar. Ellos crecieron en un mundo que tiene una fecha de caducidad. Que yo no entiendo, pero que él vive”, aseguró la periodista.
Entonces, Luis Novaresio, conductor del ciclo, le preguntó a Pais si el motivo por el cual el adolescente había dejado el colegio era por no poder tener clases presenciales. Y ella no dudó en responder: “La virtualidad no es para todos. Hay niños que pueden conectar, porque su capacidad de concentración es determinada. Y hay niños que no”.
Virgina Lago, otra de las invitadas del programa remarcó la importancia del hecho de “compartir” y dijo que eso era “incomparable”, en especial, en esa etapa de la vida. “El colegio es estar con los chicos, con los amigos, es crecer juntos...Es aprender en sociedad”, explicó. Y Ernestina lo graficó diciendo: “Yo a su edad había dado el primer beso. Y él no puede darse el primer beso”.
Intrigado, Novaresio le preguntó si por esta decisión de no seguir cursando el joven había quedado “libre”. Y Pais le explicó: “No, no repiten. Sólo que, para poder terminar el secundario, tienen que rendir todas las materias. O sea que no hay como una espada de Damocles que te diga: No, mirá, si no hacés esto no vas a poder.... No, lo van a poder hacer. El tema es que tengan el deseo. Y para mí el deseo es como el motor de todo. Entonces, si da lo mismo aprobar que no aprobar, el deseo se va como diluyendo”.