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La pandemia examina a la Universidad

Miércoles, 09 de junio de 2021 02:53

El COVID-19 también impuso que durante el 2020 las universidades estuvieran desiertas y, en lo que va del 2021, sufrieran muchas restricciones (aunque no hayan elevado su voz como otros sectores también afectados). A pesar de los protocolos para la vuelta a la presencialidad, el regreso al Campus fue a medias; se continuó con la bimodalidad en muchos casos o la educación a distancia en otros; muy pocas aún adoptaron el modelo híbrido tal vez por la inversión que requiere y lo que implica en readecuación de recursos aunque sí, en otras, se acogieron a trabajar por "burbujas "cuando el desarrollo tecnológico institucional no las acompañaba en esta etapa crítica.

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El COVID-19 también impuso que durante el 2020 las universidades estuvieran desiertas y, en lo que va del 2021, sufrieran muchas restricciones (aunque no hayan elevado su voz como otros sectores también afectados). A pesar de los protocolos para la vuelta a la presencialidad, el regreso al Campus fue a medias; se continuó con la bimodalidad en muchos casos o la educación a distancia en otros; muy pocas aún adoptaron el modelo híbrido tal vez por la inversión que requiere y lo que implica en readecuación de recursos aunque sí, en otras, se acogieron a trabajar por "burbujas "cuando el desarrollo tecnológico institucional no las acompañaba en esta etapa crítica.

Las prácticas en general se están tratando de resolver con la necesaria presencialidad, pero, en general, las evaluaciones y exámenes finales, para muchas, siguen en formato virtual. Las dificultades también se extienden al ámbito administrativo para muchas de ellas por no poder adecuar su organización interna al nuevo escenario; el teletrabajo no funcionó totalmente en varias y la tarea relacionada con la registración académica fue muy difícil para muchas lo cual está produciendo, por ejemplo, una cuantía de amparos por atrasos en la expedición de títulos en el fuero contencioso administrativo federal ya que en muchos casos no se está cumpliendo el plazo establecido en el artículo 40 de la Ley de Educación Superior, que establece que los títulos "deberán ser expedidos en un plazo no mayor a los 120 días corridos contados a partir del inicio del trámite de solicitud de título"; esto afecta a los que finalizaron y rindieron su última materia pues ven interrumpida la posibilidad de continuar con posgrados, insertarse en el mercado laboral o, simplemente, matricularse en el Colegio profesional respectivo.

A diferencia de lo que pasa con las escuelas en el mundo, que han generado movimientos importantes para centrar la atención en la necesidad de que los gobiernos den prioridad a la reapertura de las mismas por el impacto en el aprendizaje y condiciones de los niños que asisten, no pasa lo mismo con las Universidades.

Tal vez porque están pudiéndose adaptar a esta realidad, con dificultades, pero lo están haciendo y porque la situación y expectativas de los jóvenes son distintas.

La mayoría de las instituciones tenían sus plataformas y campus virtuales aunque no se los utilizaba masivamente antes de la pandemia; pero luego tomaron protagonismo, al igual que las herramientas relacionadas con la virtualidad que permiten dictar clases, tomar exámenes y hasta realizar los Actos de Colación; así por ejemplo, en nuestra Provincia la situación sanitaria no opacó la graduación de más de 1.700 alumnos durante el 2020 en la Ucasal quienes participaron de la colación virtual.

Hay muchos ejemplos universitarios que dan cuenta que las tecnologías que se implementaron y la buena predisposición de los docentes y estudiantes hizo que la pandemia no truncara la cursada para muchos estudiantes de Universidades públicas y privadas que pudieron terminar sus estudios on line.

El ritmo de reacción a la pandemia fue desigual en el ámbito universitario en general, pero casi todas van tomando la misma dirección impulsando a los docentes a utilizar y mantener el formato on line; diseñan planes sobre la forma de proceder con las practicas que no puedan hacerse bajo este formato para que se puedan hacer bajo una modalidad presencial restringida, pautas sobre los mecanismos de evaluación, para que sean más flexibles, adaptación de calendarios académicos y continuidad de trabajos de tesis, entre otras adecuaciones.
El COVID-19 está haciendo que las casas de altos estudios estén transformando radicalmente su funcionamiento.

 

 

Universidad y gasto público 

En el nivel universitario hay alrededor de 2,3 millones de alumnos de los cuales el 80% está matriculado en universidades públicas y el 20% restante en privadas. 
El gobierno invierte mucho en educación superior pero esta pandemia pondrá en tela de juicio seguramente el funcionamiento adecuado y si se está enseñando lo correcto para el mundo 4.0. 
El gasto en transferencia a las 57 universidades nacionales como porcentaje del PBI fue del 0,74% para el 2018 pero para una oferta prácticamente presencial; hasta el 2019 sólo se contaba con 185 carreras a distancia de pregrado y grado y 58 de posgrado en las universidades nacionales con una matrícula total de 68 mil alumnos aproximadamente (4% del total matriculado en el régimen estatal); el presupuesto por alumno para el 2019 alcanzó los $76.120 pero para una universidad pensada para la presencialidad; más del 90% de las transferencias que se les realizan son utilizadas para el pago de salarios (tanto docentes como no docentes) pero el desempeño, en general, no acompaña el esfuerzo: la graduación es baja; en promedio, Argentina tiene 6 egresados cada 100 estudiantes mientras que otros países de la región es más del doble; además el 51% de los estudiantes de universidades publicas nacionales no aprueba más de una materia por año y tan solo el 14,8% aprueba 6 o más materias, que son las necesarias para llevar la carrera al día; en promedio hay casi 12 alumnos por cada docente en las universidades públicas nacionales; el personal creció alrededor del 12% desde el año 2013 lo cual es elevado si se lo contrasta con la evolución del empleo registrado del sector privado para el mismo período el cual ascendió un 2,3%. 
Esto significa que en los últimos 5 años, antes de la pandemia, por cada empleo privado registrado creado hubo casi 5 nuevos docentes de universidades nacionales. 
Hasta antes de la pandemia muchas se habían resistido a las carreras y cursos on line porque generalmente se consideraba que para obtener un título era necesaria la vida en el Campus. Probablemente ahora tengan que modificar y actualizar su oferta como así también sus modalidades. El peso de la educación a distancia era mayor en las privadas antes de la pandemia y quizás por este motivo varias pudieron brindar respuestas más rápidas; aglutina mayor oferta de carreras y alumnos en la modalidad; casi el 25% de la matrícula total corresponde a la modalidad a distancia en este sector.
La pandemia nos está tomado examen. Habrá que preparanos para aprobar.
 
 

 

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