Silvia Bustos Rallé se desempeña como jueza de Menores en el Distrito Centro desde hace 33 años. En todo ese tiempo le tocó resolver desde hurtos y robos hasta violaciones y homicidios que implican a niños, niñas y adolescentes. Inició su carrera como fiscal Penal hace más de cuatro décadas. Fue además defensora oficial en el fuero Civil y a mediados de la década del 80 se convirtió en la primera jueza de Minas en toda Latinoamérica. En diálogo con El Tribuno se pronunció a favor de reducir la edad de imputabilidad para los menores que delinquen.
En Salta se prorrogó dos veces ya la aplicación del nuevo Régimen Procesal Penal Juvenil por falta de infraestructura. ¿Qué opina?
Yo creo que la falta de infraestructura es lo que esta afectando a todo el país, la falta de dinero, porque hay que nombrar más asesores, defensores. Yo en mi juzgado tengo fiscal propio pero no tengo defensor. Uso los defensores de los otros dos juzgados. O sea, el Juzgado de Menores 3, que es el último que se creó, tiene fiscal y defensor. Mi juzgado, que es más antiguo, no tiene defensor. Entonces mi temor es que lleguemos a septiembre, que ya no queda nada, y no haya dinero, se tenga que prorrogar y ya la ley queda sin vigencia.
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Silvia Bustos Rallé se desempeña como jueza de Menores en el Distrito Centro desde hace 33 años. En todo ese tiempo le tocó resolver desde hurtos y robos hasta violaciones y homicidios que implican a niños, niñas y adolescentes. Inició su carrera como fiscal Penal hace más de cuatro décadas. Fue además defensora oficial en el fuero Civil y a mediados de la década del 80 se convirtió en la primera jueza de Minas en toda Latinoamérica. En diálogo con El Tribuno se pronunció a favor de reducir la edad de imputabilidad para los menores que delinquen.
En Salta se prorrogó dos veces ya la aplicación del nuevo Régimen Procesal Penal Juvenil por falta de infraestructura. ¿Qué opina?
Yo creo que la falta de infraestructura es lo que esta afectando a todo el país, la falta de dinero, porque hay que nombrar más asesores, defensores. Yo en mi juzgado tengo fiscal propio pero no tengo defensor. Uso los defensores de los otros dos juzgados. O sea, el Juzgado de Menores 3, que es el último que se creó, tiene fiscal y defensor. Mi juzgado, que es más antiguo, no tiene defensor. Entonces mi temor es que lleguemos a septiembre, que ya no queda nada, y no haya dinero, se tenga que prorrogar y ya la ley queda sin vigencia.
¿Cuántos chicos hay en el Centro de Jóvenes en Conflicto con la Ley de Castañares?
En este momento hay 23. Hay muchos chicos que están con prisión domiciliaria. Yo no la uso porque la ley es clarita en qué casos se da. Los chicos que están privados de su libertad, estudian, se tratan de recuperar. El problema que más afecta a los menores es el de la droga. Cada vez hay más chiquitos que están consumiendo sustancias prohibidas. Por otra parte, ahora tenemos el problema de que los chicos no pueden ir al consultorio del psicólogo para que los trate, se los trata vía virtual, por la pandemia. Si nosotros los grandes cuando estamos frente a un televisor nos distraemos y hacemos alguna otra cosa, con más razón los chicos, entonces está costando salir.
¿Cuántos chicos están con prisión domiciliaria?
Seis o siete. Yo no tengo ninguno. Aparte tenemos ahora el pabellón de menores en el Servicio Penitenciario, que se volvió a crear y que es fuera de muros, digamos, destinado tan solo a los menores que han cumplido 18 años, porque antes cuando cumplían los pasábamos a la Alcaidía, pero ahí estaban todos juntos con mayores. No había un pabellón propio para estos chicos. Ahora sí lo tenemos en Villa Las Rosas. Lo creó el Ministerio de Seguridad. Hace un mes que está funcionando. En este momento debe haber tres jóvenes.
“Las causas que más me marcan son los homicidios y el abuso sexual a niños. Yo les pido a los padres que tengan un tiempito para dialogar con sus hijos en sus casas”.
¿A qué edad se inician en las drogas?
Ahora se están iniciando chiquitos. Antes usted podía hablar de menores desde los 14 años y uno decía realmente es chico, pero ahora hay de ocho años, que están en la primaria y que están en la droga. Se drogan porque ven a los padres, a los hermanos hacerlo y sin saber realmente qué es lo que hacen.
¿Cuales son los principales motivos por las que los chicos están alojados en el Centro de Jóvenes en Conflicto con la Ley Penal?
Los amigos, las amistades con las que se juntan, no ir al colegio. Yo les pregunto y me dicen: “No tengo nada que hacer”, o “para festejar algo” y si usted se pone a pensar, no es que yo quiera discriminar o atacar a alguien que se llama papá y mamá, pero estoy próxima a cumplir 33 años como jueza de Menores y los menores se crían más conmigo que en la casa. Que un chico de ocho, nueve, 14 años, diga que no tiene nada que hacer y que ni siquiera aspira a decir que va a jugar al fútbol, que es lo que le gusta a la mayoría de los chicos que siguen un ídolo del deporte, es complejo.
Esto pasa porque mamá y papá no controlan las amistades, el colegio, los festejos y falta algo esencial en las casas: el diálogo. Esto es importante porque así empiezo a conocer a mi hijo o hija. El “vení hijo contame” es fundamental, porque los chicos saben que tienen una oreja que los escucha. Hoy esto no existe.
¿Hay en la provincia otras alternativas de tratamiento para los chicos en conflicto con la ley que no sean la privación de la libertad?
Sí, hay. A los chicos les damos para que estudien, que estén en hogares, por ejemplo, el Michel Torino, que es de semilibertad y que es el único que pertenece a la Justicia. No se olvide que nos fueron cerrando institutos como el de San Lorenzo y La Merced, en los que teníamos divididos por edades. En el Michel Torino debe haber seis chicos en este momento. Salen, van a los colegios de Cerrillos. Se les enseña deportes, artística, para que tengan una salida de vida. Los otros hogares pertenecen a la Secretaría de la Niñez y Familia.
¿Cómo son las condiciones de alojamiento en estos centros? En 2015 la Corte de Justicia le ordenó a la Provincia mejorarlas...
Al hogar Michel Torino lo habían cerrado y la doctora Guillen, fiscal Penal de Menores acá en este juzgado, presentó un recurso de amparo ante la Corte para que se abra el instituto Michel Torino con todas las condiciones y se abra bien el Centro de Menores en Castañares y el Instituto Tránsito, que está ubicado en la calle Bolívar, destinado a mujeres. La Corte aceptó ese recurso de amparo y me nombraron para que investigue y controle cómo iban las obras. Todo se cambió, se arregló. Cada chico tiene su cama con sus sábanas, ahora en estas épocas invernales tienen sus frazadas, calefactores. Se les dan las cuatro comidas. Lo que pasa es que por ahí las instalaciones no duran porque los chicos dañan mucho. Se descuidó un carcelero y ya rayan toda la pared, la escriben. Hay que estar permanentemente reparando y pintando.
El juez Ramón Haddad citó a declarar a niños con el argumento de que lo habilita una ley vigente de la dictadura. ¿Qué consideraciones puede hacer al respecto?
Yo le voy a aclarar algo. Para mi el doctor Haddad es una muy buena persona. Es honesto y responsable. No le digo más sobre la causa porque está abierta y no quiero que se tome como que yo lo estoy beneficiando. La ley de la que hablan y hablaron políticos y todos, que me extraña, es la Ley 22.278. Sí, es antigua, pero es la ley que está en vigencia y es nacional y los jueces no podemos dejar de aplicarla porque es una ley que lleva sus años. Y las leyes provinciales, sobre todo el régimen que hemos dictado acá que hablamos al principio, que yo participé en la elaboración de esa ley, tiene que respetar la ley nacional.
¿No tiene que primar el criterio del bien superior del niño o de la Convención Internacional de Derechos del Niño?
Es que siempre prima el interés superior del niño. Esta ley, que dicen que fue dictada en la época de la dictadura, es cortita; nos divide a qué chicos le podemos poner una condena o sea una pena y a qué chico no lo podemos condenar, sea el delito que sea, pero en ninguna ley, en ninguna convención ni nada dice que al chico no podemos hablarlo y ver por qué está cometiendo hechos malos, porque no se tiene que olvidar la sociedad que el Juzgado de Menores tiene un objetivo, que es recuperar y rehabilitar al menor para que sea una persona útil para sí mismo, su familia y la sociedad. Yo no le puedo decir a un chico de 13 años que cometió un delito como una muerte o una violación “seguí violando, seguí matando que cuando tengas 16 años nos volvemos a encontrar”. No, tengo que tratar de recuperarlo porque algo anda mal en ese chiquito que está haciendo que cometa hechos aberrantes.
¿Qué piensa de la ley de imputabilidad? Está frenado el tema en el Congreso y hay voces a favor y en contra.
He dicho en notas periodísticas anteriores de El Tribuno que hay que bajar la edad de imputabilidad porque la franja de 14 y 15 años es usada para delinquir porque generalmente la usan los mayores, no hablo de menores. El chico es utilizado como llave para ingresar a una casa por el ventiluz, por ejemplo. Es la herramienta para abrir el lugar donde quieren cometer un hecho. Esos chicos cometen y vienen, pero claro, no se los puede imputar, solo tomar una declaración. No les puedo hacer juicio, no los puedo condenar y el chico cree que lo que esta haciendo es bueno. No, hay que hacerle ver que no debe dejarse usar y debe recuperarse. Ahora yo le podría decir también que hay muchos chicos de 13 años que son utilizados para delinquir, pero yo la bajaría a 14. Yo participé también en aquel entonces con la doctora Sonia Escudero cuando era senadora nacional para presentar ese proyecto, nada más que no sé qué pasa que nunca se trata el tema.
¿Cómo es ser jueza de Menores durante 33 años?
Yo diría que trabajar en Menores es triste, porque generalmente las víctimas siempre son menores y el imputado también. A una le da pena que ese chico se esté arruinando la vida. Entonces ahora desde la Asociación de Jueces queremos juntarnos todos los jueces a hacer que la Justicia se cumpla en el verdadero rol, que se respeten los derechos de todos pero también sepamos que cada derecho tiene una obligación o deber, y hay que cumplirlos, que respetemos la libertad de cada persona y que cada vez sea más segura y fuerte la administración de la Justicia. Además es importante que los jueces estemos en permanente capacitación. Yo siempre quise ser jueza de Menores. Nunca me presenté a concurso para ir más arriba y creo que la vocación de servicio que presenté siempre en ayudar tanto al imputado como a la víctima, en guiarlos a los padres, es lo que me ha ido haciendo adquirir experiencia, porque cada chico, cada familia, es un mundo diferente del que uno aprende.
¿Alguna causa la marcó?
Generalmente las causas que más me marcan son los homicidios, cuando me matan chicos. Ir y ver el cadáver de un chico es triste, duele y también el abuso sexual a nenas y nenes, que ahora hay muchisimos. Al robo, las lesiones, las estafas, los daños, una ya esta acostumbrada, pero la muerte y el abuso infantil duelen.
¿Cómo se puede prevenir?
Yo les pido a los padres que tengan un tiempito para dialogar con sus hijos, para cuidar con quien se juntan, qué hacen, dónde van. Eso nos va a ayudar a sacar a todos los menores y adolescentes de esto que estamos viviendo. Sobre todo de algo que los esta matando, que es la droga.
Asume en la Asociación de Jueces, tras la renuncia de la presidenta anterior. ¿Cómo será su presidencia?
Yo voy a tratar de estar al lado de mis colegas el mayor tiempo posible, sobre todo de la Comisión de los Consejeros, que representan a todos los distritos, para tratar de cumplir con los objetivos que tiene la Asociación y la lista única ganadora “Afianzar la Justicia” con la que me presentaron mis colegas, porque yo no me ofrecí.
La Asociación de Jueces es sumamente importante porque posibilita que estemos juntos todos y hagamos conocer a la sociedad qué función cumple el juez y cuál es la función del fiscal, que son diferentes.