Inspirándose en el filme “Avengers. Endgame” (2019) el artista plástico Mario Estrada (43) creó la serie “Avengers”, que estará expuesta hasta fin de mes en el local 8 de El Palacio Galerías (Mitre 37 y Caseros 662). Estrada nació en Chicoana, estudió la Licenciatura en Criminalística en La Plata (Buenos Aires), ejerció como perito dibujando rostros y fue policía de Seguridad hasta que optó por el retiro voluntario.
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Inspirándose en el filme “Avengers. Endgame” (2019) el artista plástico Mario Estrada (43) creó la serie “Avengers”, que estará expuesta hasta fin de mes en el local 8 de El Palacio Galerías (Mitre 37 y Caseros 662). Estrada nació en Chicoana, estudió la Licenciatura en Criminalística en La Plata (Buenos Aires), ejerció como perito dibujando rostros y fue policía de Seguridad hasta que optó por el retiro voluntario.
“Avengers” está compuesta por doce retratos en acrílico realizados con una técnica figurativa y realista. Los lienzos de 1,20 por 1 metro captan las transformaciones profundas de los principales vengadores cuando el grupo de héroes se enfrenta a un enemigo al que desconoce si derrotará. Thanos consiguió activar el poder completo del Guantelete del Infinito y al chasquear sus dedos aniquiló a la mitad de las personas sobre la Tierra, diezmando también las líneas de los superhéroes.
Preside la muestra el rostro del actor Robert Downey Jr. como Tony Stark/Iron Man, usando su armadura electromecánica. En sus pupilas el espectador puede leer su inevitable camino hacia el altruismo.
Luego Scarlett Johansson como Natasha Romanoff/Black Widow. espía altamente capacitada y exagente de SHIELD. La heterocromía de sus ojos da cuenta del trasfondo abusivo y de control mental de su pasado y de su deseo de sacrificarse para recuperar a su familia.
A su lado, Jeremy Renner como Clint Barton/Hawkeye/Ronin, el mejor amigo de Natasha, el maestro arquero y exagente de SHIELD, con el ceño fruncido tras haberse convertido en el vigilante Ronin, luego de la desaparición de su familia y en una faceta autodestructiva.
En la misma senda de ruina, asolamiento y pérdida irreparable, Chris Hemsworth como Thor, ex rey de Asgard. Salvo que ahora la deidad nórdica empuña la Stormbreaker y se ha convertido en un alcohólico con sobrepeso, gobernante de los refugiados de Asgard en Tønsberg (Noruega) y con un ojo de vidrio desde “Thor: Ragnarok”.
También Mark Ruffalo como Bruce Banner/Profesor Hulk, el genio que, debido a la exposición a la radiación gamma, adquiere al enfurecerse una fuerza ingente y una apariencia monstruosa. Aquí en el retrato de Estrada, totalmente equilibrado y en disonancia con sus desmotivados compañeros.
Mario Estrada posa junto al cuadro de Tony Stark, que preside su muestra. Pablo Yapura
Por último, Chris Evans como Steve Rogers/Capitán América, el líder de Avengers, un veterano de la Segunda Guerra Mundial llevado a protohombre por la acción del suero experimental del supersoldado. Él está plasmado sobre el lienzo con el agotamiento propio de quien no puede perder la esperanza.
Estrada cuenta a El Tribuno que los retratos no son meras descripciones de la figura de una persona, sino una combinación de sus rasgos externos e internos.
“Es lo que uno pudo captar y luego canalizar en un retrato, sumado a la simetría, las sombras, para lograr un acercamiento a la realidad, para que parezca que la pintura tiene vida”, destaca.
Recambio
Loki, el Hombre Araña, Pantera Negra, Gamora, Doctor Strange también integran la serie, pero al estar en el limbo o muertos sus retratos tienen un fondo diferente. “¿Quién no quisiera ser el Capitán América? Siempre tiene la fuerza necesaria, el valor y es incorruptible”, analiza al pasar Estrada y, aunque no lo dice, quien lo escucha puede emparentar su vocación de servicio con la del vengador. “Siempre me gustó defender a la sociedad y el bien común y en ese momento (se refiere a cuando eligió ser miembro de la Policía de la Provincia) creí que era una forma de brindarle seguridad a la gente. Lo mismo mi trayectoria en la pericia… Pero sentí que mi tiempo dentro de la fuerza había finalizado. Uno tiene una familia y nunca estaba para ellos”, reflexiona como padre de tres hijos, que heredaron su genio, aunque por el momento transitan sus estudios universitarios y secundarios.
Pensando en ellos vuelve por un rato a su niñez, etapa de la vida en la que ya demostraba aptitudes para el arte, “que se fueron notando más durante la escolaridad formal”, dice.
Esta es su segunda exposición en el Kiosco de Arte de El Palacio Galerías. La anterior, en 2019, previa a la pandemia fue una serie figurativa expresionista, influenciada por el arte pop, en la que retrató a figuras como Lionel Messi, Madonna y Frida Kalho, entre otros.
“Mi trabajo se nutre de mi relación como artista y la actualidad, abreva de áreas como la poesía, la filosofía, el cine, la música. Trabajo con distintas técnicas, tratando de lograr la correspondencia con el público. Como temas exploro la naturaleza, lo cíclico, el cambio, el retorno, un bagaje de ideas que se ven plasmadas con distintas técnicas como el dibujo, la fotografía, la escultura y la instalación”, describe.
En febrero de 2020 participó de Los Diablos en El Palacio”, una muestra de pintura y fotografía, en la que además de exponer pintó en vivo. También del 19 de junio al 25 de julio del año pasado su trabajo formó parte de la Muestra Internacional de Artistas Plásticos de Sophie Espacio de Arte, en Pianópolis (Uruguay), junto a artistas de ese país, Alemania, Austria y Argentina.
También dedicado al paisajismo, el muralismo y el diseño de interior, Estrada apunta desde su lugar de artista emergente: “Aún no puedo decir que el arte es un modo de vida porque recién empiezo, pero he tenido buenas retribuciones con la venta de cuadros. No se venden todos los días, pero ayuda bastante”. En el pasado, en su otra vida, los dibujos de rostro condensaban los rasgos fisionómicos característicos de personas sospechadas de haber cometido un hecho criminoso, a partir de la descripción verbal de las víctimas o testigos. Un joven pasa con su madre y su hermana y aplasta la nariz contra el vidrio que resguarda a Tony Stark. “¡Lo necesito en mi vida!”, exclama, entusiasmado como el niño que aún es y rodeado de las risas de sus familiares. Estrada no interviene, pero seguramente aprecia esa devolución -inocente de la presencia del autor- con la que su trabajo se completa. Y ese candor del transeúnte devenido en espectador le marca la huella a la reflexión final del artista: “Ahora me siento libre para hacer lo que me gusta y es lo que les digo a todos: que elijan lo que elijan lo hagan con pasión”.