¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
23 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La vuelta del trueque: Cambian ropa, cosméticos y trabajo por los alimentos

La mayoría no puede pagar en el almacén del barrio, o en el súper. Los intercambios se promocionan vía grupos de Facebook y se concretan mayoritariamente en ferias del conurbano bonaerense.
Miércoles, 21 de julio de 2021 08:54

Muchas necesidades conviven en un mismo lugar. Un albañil ofrece trabajo a cambio de mercadería; una joven promociona cosméticos y pide comida; un hombre muestra un par de zapatillas usadas y avisa que quien le ofrezca un “combo” de aceite, azúcar y arroz se las lleva. Existe un denominador común: la demanda de alimentos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Muchas necesidades conviven en un mismo lugar. Un albañil ofrece trabajo a cambio de mercadería; una joven promociona cosméticos y pide comida; un hombre muestra un par de zapatillas usadas y avisa que quien le ofrezca un “combo” de aceite, azúcar y arroz se las lleva. Existe un denominador común: la demanda de alimentos.

En tiempos en que dos salarios mínimos no alcanzan a cubrir una canasta básica alimentaria, el trueque vuelve a ganar terreno. Símbolo de la crisis de 2001, cuando ferias vecinales, clubes de barrio, galpones y baldíos se convirtieron en puntos de intercambio, ahora las redes sociales son el lugar donde se acuerdan transacciones que luego se concretan en algún sitio convenido o en “ferias solidarias”, donde el dinero tampoco es protagonista.

“Este fenómeno empezó a crecer nuevamente donde están las ferias. Cuando no se vende nada, la gente empieza a trocar cosas. Y lo llamativo es que la mayoría de las cosas que se cambian son por comida. Al menos en La Matanza, donde yo suelo estar, se ve mucho eso”, señaló a Todo Noticias Héctor “Toty” Flores, diputado por el ARI y dirigente social.

En el distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires funcionan clubes de trueque en Gregorio de Laferrere, González Catán, Rafael Castillo y Virrey del Pino, entre otras localidades. ”Trueque sin dinero solo alimentos, Laferrere Mac y Oeste, Catán, Casanova”, con 38 mil miembros, es uno de los más numerosos. También está el “Trueque del Km 35 al 47, solo trueque sin dinero”, que reúne a 17 mil usuarios. Y el “TruequeLaferrere”, con 5 mil integrantes.

Cuenta Flores que “acá en el barrio, un hombre cambió una estufa por comida. Lo vi el otro día. Yo conozco el vecino y no creo que le sobre una estufa”. Y remata: “Hay gente que prefiere pasar frío antes que pasar hambre”.

“Cambio trabajo por mercadería”

Facebook es la plataforma donde empezó a proliferar el fenómeno. Por estas horas, escribir “trueque” en el buscador es un ejercicio aparentemente habitual para mucha gente: así lo entiende la red social, que indica que se trata de una búsqueda “popular ahora”. 

El paso siguiente ofrece un menú de opciones: grupos de trueque “abiertos”, donde en cuestión de segundos se puede ofrecer o pedir determinado bien; o “cerrados”, donde los administradores agregan o no a los potenciales interesados.

Una vez adentro de alguno de los grupos, la oferta y la demanda es tan grande que incluso un scrolleo intenso dificulta observar publicaciones de días anteriores. Los intercambios de lo que sea a cambio de comida se viven minuto a minuto. Cada espacio tiene sus propias reglas: en algunos se acepta dinero; otros son trueque al cien por cien. Hay usuarios que incluso apelan a “vivos” en Facebook donde las protagonistas son ferias americanas montadas para la ocasión: entonces una mujer empieza a exhibir ropa mientras pide comida a cambio. Los videos de TikTok funcionan con el mismo propósito. Y la modalidad también circula a través de grupos de WhatsApp.

“Cambio trabajo por mercadería, por algo de mi interés o lo que puedan darme. Soy electricista domiciliario y me doy maña para arreglar microondas u hornitos eléctricos”, ofrece uno de los tantos trabajadores afectados por la destrucción de la economía informal, un proceso que se vio intensificado por la pandemia: gente que día a día salía a buscar el sustento y encontró un obstáculo demoledor en las restricciones. Otro de los intercambios populares es comida por comida: personas que ofrecen cartones de leche a cambio aceite o azúcar, o aquellos que piden trocar yerba por fideos.

“El Gobierno evidentemente tiene la visión de que la situación se arregla con planes sociales. Y la realidad es mucho más complicada. La inflación no da tregua y se ve principalmente en el precio de los alimentos”. Veinte años después, el trueque vuelve a asomar como una desoladora opción para quienes no pueden pagar en el supermercado la comida de todos los días.

PUBLICIDAD