El ascenso de Valentina Raposo fue meteórico. En enero inició el año con la idea de ganarse un lugar en Las Leoncitas y ya se convirtió en una Leona. Fueron seis meses de muchas emociones que la catapultaron a ser parte del proceso olímpico del seleccionado argentino de hockey sobre césped que comenzará competir este fin de semana en los Juegos Olímpicos de Tokio.
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El ascenso de Valentina Raposo fue meteórico. En enero inició el año con la idea de ganarse un lugar en Las Leoncitas y ya se convirtió en una Leona. Fueron seis meses de muchas emociones que la catapultaron a ser parte del proceso olímpico del seleccionado argentino de hockey sobre césped que comenzará competir este fin de semana en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Valentina sigue alimentando deseos y, entre tantos, está ganar la medalla de oro que le es tan esquiva a Las Leonas. Estuvo cerca en Sídney 2000, también en Londres 2012, pero el lugar para el oro sigue estando vacío en el atril del equipo hoy conducido por Carlos "Chapa" Retegui.
El experimentado entrenador formó un equipo que balancea la experiencia de jugadoras históricas, como la defensora Noel Barrionuevo o la arquera Belén Succi, con figuras noveles como Raposo, Eugenia Trinchinetti o Micaela Retegui (hija del entrenador).
"Ser parte de Las Leonas me genera mucho orgullo, responsabilidad y compromiso, poder vestir y defender la celeste y blanca creo que es una felicidad inigualable", señaló Raposo sobre lo que significa vestir la celeste y blanca del seleccionado mayor.
Hoy descuenta las horas en la Villa Olímpica, donde está instalada desde principios de esta semana. Desde allí le contó a El Tribuno un poco de lo que vive a horas del debut contra Nueva Zelanda (0.15 del lunes).
"Es increíble, son varios edificios que por lo general hay dos países. Nosotros estamos con Italia, y son dormitorios de 6 personas que están buenísimos. La realidad, es tremendo todo, en el comedor te cruzás con todos los deportistas y es una locura. La vista que hay es como de película, los edificios enormes. Estoy disfrutándolo mucho", contó Raposo sobre el diario vivir en la Villa Olímpica, su hogar mientras duren los Juegos.
"Este es mi sueño, sin dudarlo. Desde chica siempre quise ser Leona y poder cumplirlo tan rápido creo que todavía no logro asimilarlo del todo. Desde enero siento una mezcla de emociones increíbles y vivir mi primer juego olímpico con la celeste y blanca creo que es único e inexplicable. Estoy muy agradecida de todo, espero aprender mucho y disfrutarlo", agregó la salteña.
Su rápido ascenso
Valentina, defensora formada en Popeye, inició el año con una convocatoria a una concentración nacional de Las Leoncitas en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) de Buenos Aires. Allí jugó unos amistosos contra el seleccionado mayor de India, que llegó a nuestro país preparándose para los Juegos de Tokio. La salteña fue titular en los dos juegos y hasta convirtió un gol en el último amistoso.
Después de ese encuentro fue el propio Chapa Retegui quien se acercó a Raposo y le dijo que no iba a regresar a Salta, sino que iba a pasar al seleccionado mayor. "Me llamó el Chapa y me dijo de entrenar con Las Leonas. No lo podía creer, estaba súper feliz porque recién habíamos terminado de jugar con el Junior y que me diga que me quedaba a entrenar, aumentó mi felicidad al triple", contó la jugadora de Popeye sobre ese momento.
Fue toda una sorpresa para Valentina, pero frente al desafío no dudó y siguió su camino. Se sumó a Las Leonas, participó en diferentes concentraciones en nuestro país y una en San Diego, California.
El debut absoluto en la mayor llegó en la serie que jugaron frente a Alemania en el Cenard a principios de abril; allí nuevamente Valentina sorprendía ingresando como titular en los dos encuentros, en el primero Argentina ganó en la serie de penales australianos y el segundo fue derrota.
Jugar esos partidos fue parte del sueño que se completará durante los próximos días en la capital japonesa y con la chance de ganar una medalla.