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El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, dialogó con El Tribuno sobre los programas de asistencia social que llegan a Salta, como Tarjeta Alimentar y Potenciar Trabajo.
Se refirió a la importancia del sistema que busca reforzar la alimentación de niños, niñas y adolescentes y habló sobre la necesidad de que mejore la calidad nutricional, mediante el aumento de consumo de leche, carnes, frutas y verduras.
Arroyo dijo que el precio de los alimentos es el problema más grave que hay en la actualidad y habló sobre la idea de que se abran mercados populares en Salta, en los que los productores les vendan directamente a los consumidores.
Contó sobre los proyectos para urbanizar asentamientos y construir jardines para niños de 45 días a 5 años, como una forma de generar trabajo y colaborar con las familias.
El funcionario mencionó que se avanzó con obras para llevar agua segura a las comunidades wichi, pero aseguró que “falta más”. Buscan crear una línea de Potenciar Trabajo para comunidades indígenas.
Se conoció que el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación invirtió en Salta más de 10 mil millones de pesos desde enero de 2020 hasta mayo último... ¿En qué medida aumentó la inyección de dinero desde su cartera desde que asumió?
El año pasado empezamos con un presupuesto de 84 mil millones de pesos y terminamos con 240 mil millones: casi triplicamos el presupuesto original.
Del presupuesto del año pasado, el 80 por ciento fue para asistencia alimentaria. En medio de la pandemia más dura, del mayor cierre de actividades, pasamos de tener 8 millones de personas que recibían asistencia alimentaria a 11 millones y generamos un refuerzo con la Tarjeta Alimentar y distintos tipos de políticas.
Este año vamos a terminar más o menos con un presupuesto de 500 mil millones de pesos: no solo porque se amplía sino también porque se han incorporado otras áreas.
Este año, el 50 por ciento va a ser asistencia alimentaria y el 50 por ciento, trabajo. Estamos reconvirtiendo el presupuesto para que una parte importante tenga que ver con el trabajo.
En cuanto a ampliación, el eje central ha sido la Tarjeta Alimentar. Antes era para madres con chicos hasta seis años y ahora pasó a ser para madres con chicos hasta 14 años. Eso ha sido un gran avance. En todo el país, son 4 millones los chicos a cuyas madres el tercer viernes de cada mes se les carga la tarjeta. Ahí orientamos a la buena nutrición: consumo de carne, leche, frutas y verduras y, luego, ampliamos un conjunto de programas que tienen que ver con el trabajo.
¿La Tarjeta Alimentar hasta cuando se sostendría o la idea es que permanezca, como la Asignación Universal por Hijo (AUH)?
La Tarjeta Alimentar es una política de emergencia, mientras la AUH es un derecho. Las personas que tienen trabajo formal con recibo de sueldo y chicos menores de 18 años cobran salario familiar. Quienes no, AUH.
La Tarjeta Alimentar va a durar un tiempo más. Sin lugar a dudas, este año y el próximo va a continuar porque es clave el refuerzo y mejorar la calidad nutricional.
Hay una ley de emergencia alimentaria en la Argentina, de la cual soy uno de los autores, como diputado, durante el Gobierno anterior, que apuntaba a reforzar la asistencia alimentaria. Comenzamos con la Tarjeta Alimentar antes de la pandemia y luego reforzamos gran parte de esa tarea.
La Tarjeta Alimentar llega a 164 mil personas en la provincia de Salta: son más de 96 mil madres con hijos de hasta 14 años.
La tarjeta pasó a ser de 6 mil pesos para la madre que tiene un hijo, de 9 mil para quien tiene dos y de 12 mil para quien tiene tres o más.
Esto busca atender el problema del hambre en la Argentina, pero también el de la buena nutrición y ahí tenemos dificultades... El año pasado, el 62 por ciento de las compras con la tarjeta eran para leche, carne, frutas y verduras. En abril último, esto era el 50 por ciento. Estamos con problemas de calidad nutricional: se comen muchos fideos, harina y arroz. Eso tiene que ver con el precio de los alimentos, que es el problema más grave....
¿Cómo se podría resolver este problema?
Nosotros buscamos solucionarlo con la ampliación de la tarjeta, por un lado, y con mercados populares, por otro. Queremos llevar adelante 400 pequeños mercados donde los productores les vendan directo a los consumidores.
Generamos un sistema de crédito no bancario a una tasa del 3 por ciento anual para máquinas y herramientas e insumos para los pequeños productores.
Creamos una Canasta Ahorro: el objetivo es que la leche esté a 55 pesos; el puré de tomate, a 40 y el yogur, a 65.
Con la ley de góndolas, que se acaba de reglamentar, apuntamos a que los productores vendan bajo una misma marca colectiva para que tengan volumen para colocar el producto.
El Ministerio de Producción ha trabajado con la carne, separando los cortes populares, y hay 70 productos que van a tener el precio estampado en la etiqueta para que se mantengan los próximos meses.
¿En Salta también hay ese tipo de mercados populares?
Los próximos días voy a viajar a Salta. Vamos por la Tarjeta Alimentar y por el programa Potenciar Trabajo, por el que un millón de personas que cobran el 50 por ciento del salario mínimo tienen que trabajar en la construcción, en la actividad textil, en la producción de alimentos, en el cuidado de personas o en el reciclado.
En Salta, hay 32 mil personas que tienen Potenciar Trabajo.
Hacemos convenios con las cámaras empresariales y ellos tienen que trabajar en el sector privado o acceden a máquinas y herramientas para trabajar.
Hay una línea sobre la que hemos conversado mucho con el gobernador, Gustavo Sáenz, en relación con la urbanización de los barrios populares. Además del derecho al hábitat -poner agua, servicios básicos, mejorar las viviendas-, esto es un gran generador de trabajo.
Vamos a avanzar también en la construcción de jardines. El objetivo es crear 800 este año para que, cuando la mamá y el papá trabajan, tengan lugar en el jardín maternal, de 45 días a dos años, o en los jardines con salas de 3, 4 y 5 años.
Todo eso, más el tema de los mercados populares, es lo que encaramos con el Gobierno de la Provincia de Salta.
Uno de los temas que lo trajo a Salta fue la emergencia sociosanitaria por las muertes de niños wichi. ¿Hay novedades sobre las obras de agua que se harían allí?
Se avanzó con algunas obras, pero faltan más... En las comunidades, el problema del agua es central y de ahí se deriva la malnutrición, las diarreas y otras dificultades. Ha habido compromisos del sector privado y de otras áreas del Gobierno, como el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) y el Ejército, pero, sin dudas, falta más.
Una de las deudas que tenemos en la Argentina es con las comunidades indígenas en general. Trabajamos para que dentro del Potenciar Trabajo haya una línea específica para las comunidades indígenas. Eso me parece muy importante para mejorar viviendas, condiciones básicas, lograr cocina y baño: núcleos húmedos...
¿Como van a avanzar en esto con una mirada intercultural? ¿Las comunidades forman parte del diseño de estas políticas públicas?
Sí, es de abajo hacia arriba. No hay manera de avanzar con políticas públicas reales sin tener la mirada intercultural en el diseño y sin que las propias comunidades sean las que definan las prioridades.
Yo creo en el desarrollo local como regla: en cada lugar y comunidad la gente conoce la realidad, sabe lo que hay que hacer, lo que no ha funcionado y, en función de eso, tenemos que acompañar.
Potenciar Trabajo va a servir como una base de ingreso y el objetivo es generar condiciones de trabajo en las viviendas de acuerdo con las características y con lo que plantea cada comunidad.
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