¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

21°
29 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Recurrieron a sus “plumas” para una creación de alto vuelo literario

Escritores salteños y tucumanos participaron de la atrayente obra “La Certeza del Búho”.
Martes, 06 de julio de 2021 15:21

Este libro propone una mirada de escritores y poetas de Salta y Tucumán. Y desde la perspectiva de su creación tienen La Certeza del Búho. Estos demiurgos abren el territorio extenso y comprometido desde sus cicatrices familiares y sociales en la secuencia de la pluralidad de sus voces.
Recurrieron a su “pluma” los salteños: Gustavo Rubens Agüero, Sergio José López Torino, Liliana Gabriela Yáñez, y Mauro Martina; y los tucumanos: Candelaria Rojas Paz y Mirta Elda Sema.
Cada poeta inicia bajo la sagaz escritura de sus textos poéticos, un encuentro para compartir las historias de sus ficciones.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Este libro propone una mirada de escritores y poetas de Salta y Tucumán. Y desde la perspectiva de su creación tienen La Certeza del Búho. Estos demiurgos abren el territorio extenso y comprometido desde sus cicatrices familiares y sociales en la secuencia de la pluralidad de sus voces.
Recurrieron a su “pluma” los salteños: Gustavo Rubens Agüero, Sergio José López Torino, Liliana Gabriela Yáñez, y Mauro Martina; y los tucumanos: Candelaria Rojas Paz y Mirta Elda Sema.
Cada poeta inicia bajo la sagaz escritura de sus textos poéticos, un encuentro para compartir las historias de sus ficciones.

Lenguaje

Existe un acercamiento de situaciones existenciales. Hay un manejo del lenguaje desde la amplitud de vivencias y sentimientos heterogéneos que enriquecen los textos y su lectura.
Con la complicidad de la luna este libro es un testimonio de hermanad y de fascinación compartida.
Entonces que la noche se haga tanta en esta celebración. La pandemia con el tiempo será tapada por el olvido, pero estos textos quedarán en la biblioteca de la vida.
“La Linda y el Jardín de la República siempre estuvieron hermanadas desde la región, la plástica y los poemas”, resaltó Rubens Agüero.

Perfume de azhares

“Crecieron en el mismo pueblo al salir las aulas los encontraron los similares patios, los abrazaron idénticos inviernos. Lloraron sobre tumbas diferentes en el mismo cementerio. Los envolvió el perfume de aquellos azahares. Se arrodillaron en los altares de la única iglesia. Les creció la adolescencia en esa postura de orquídeas que vive más en el aire que en la tierra”, escribió Elda Sema en una parte de la obra.
“Abrazados con la noche salimos huyendo del gentío. Perfume tu amor que me acompaña hasta el viejo algarrobo cómplice, guarida de nuestro secreto de carnaval. Préstame tus días de Pachamama, sólo guiado por la aloja y el acullico en su largo esperar. Déjame las caricias en tus manos de pan casero. Déjame ser el originario con el maíz que siembra tu abuelo. Fuiste la mujer inquebrantable con la fidelidad de la lluvia nacida de los cerros”, se inspiró José López Torino.

Regazo tibio

“Estoy segura que tu regresaste a tu niñez y vuelves a tu espíritu donde eras el niño que jugaba al trompo con tu cabellera engominada, que corre abriendo sus brazos percibiendo al viento mientras llevas tus historietas para leer en la galería de tu infancia, allá en Pampa Blanca del alisal y el frío. Hasta que la voz de tu madre Margarita te llame para que vuelvas al regazo tibio. Prepara tu corazón el olor de mate cocido con el pan amasado de cada día”, puso en página Liliana Gabriela Yáñez.

Cruz del Sur

El abogado salteño Mauro Martina también le puso su sello personal al libro “El invierno carga monotonía, leña y un azul ligado a vuelo de céfiros y gorriones. Las huellas del humo, marchan hacia la Cruz del Sur. En desguarnecido retrato, el amor impenetrable al olvido, colgó su sonrisa amordazando mis ilusiones a miradas lejanas. ¿Su voz? ¡Ay del tiempo! Ojalá se ocupara de esas cosas. Una espiral de noches repite afanes y sueños, maldiciendo cada zumbido del juicio. Ella acudirá desde el cañaveral estrujada en bruma por ahí, por donde se escapan todos los caminantes de mi nocturnidad”.
“El Níspero llega en un beso de cuatro lenguas. Sólo nosotros lo sabemos. El pájaro que lastimó lleva pico que no sabe amar. La hoja áspera es para los ciegos que no conocen tonos naranjas y se conforman con el crujir del verde desmoronándose en sus manos. En mi niñez trepábamos fugitivos al amor de pelusa y tierra seca, con la manga cortita limpiábamos el majano, no importaba el raspón con la corteza. La herida aún me trae recuerdos de carne en rojo vivo y una sonrisa que levantaba bandera del ¿vale la pena?. Esta vez han picoteado en estampida, el aroma dulce me retuerce de saliva en la boca. El Níspero está sangrando lágrimas amarillas de olvido reciente y despechado”, contó Candelaria Rojas Paz.

Cuerpo cansado

“Y no me reconoces por mi cara pintada, ni siquiera sospechas que sólo bailo para que me veas. Para que sientas mi fervor que silba entre tus pechos prohibidos. Hasta que se caiga mi cuerpo cansado. ¿Y qué otra oración a los dioses que andar a cuesta con la vida? Los perros se persiguen por las huellas de las bicicletas cuando regresamos. Luz de vela la pieza donde llego amanecido. Toda la diableada somos nosotros. Y el almacén que fía el vino de la discordia. Dientes de ajo para la descompostura. La última luz que se apaga y un chicotazo de miedo saber que has ido”, acotó finalmente Gustavo Rubens Agüero.
Sin dudas, un trabajo entre tucumanos y salteños que recurrieron a sus “plumas” para una creación de alto vuelo literario.
 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD