En la octava audiencia del juicio por abuso sexual contra el sacerdote Agustín Rosa Torino, declaró J. M., un exmiembro del Instituto fundado por el cura. El hombre explicó por qué se quedó tan solo 6 meses en el Instituto, e indicó que comenzaron a "incomodarle" algunas situaciones. "En mi primera confesión, a los 19 años y me indagaron modos, métodos de masturbación, uso de elementos, lugares donde yo había estimulado mi cuerpo en cierto modo. Para mi a esa edad temprana desconocía muchas de esas situaciones o métodos que podían llevar a la estimulación", aseveró.
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En la octava audiencia del juicio por abuso sexual contra el sacerdote Agustín Rosa Torino, declaró J. M., un exmiembro del Instituto fundado por el cura. El hombre explicó por qué se quedó tan solo 6 meses en el Instituto, e indicó que comenzaron a "incomodarle" algunas situaciones. "En mi primera confesión, a los 19 años y me indagaron modos, métodos de masturbación, uso de elementos, lugares donde yo había estimulado mi cuerpo en cierto modo. Para mi a esa edad temprana desconocía muchas de esas situaciones o métodos que podían llevar a la estimulación", aseveró.
Otra de las cosas que "lo incomodaron", fue la "demonización del afuera como que querían destruir la obra" y el "hermetismo que aumentaba el misticismo", indicó en referencia al aislamiento de los miembros para con sus familias. "Un día escuché la voz de mi mamá que fue a buscarme y le dijeron que me habían trasladado", ejemplificó.
Esta es la última audiencia de debate, y Rosa Torino decidió declarar hoy. Hasta el momento había guardado silencio por lo que su testimonio es muy esperado.
El exmiembro, contó además que "habían muchos rumores de homosexualidad", pero indicó no darle importancia por los "votos de castidad" y que le propuso a las autoridades hacer deportes y se lo rechazaron: "Me dijeron que el espíritu estaba por sobre el cuerpo". En este sentido recordó que un miembro decía que "había pasado la noche con Rosa" por lo que un día el sacerdote hizo una reunión, contó un sueño en el que "iba acompañado de Jesús y el iba recogiendo a los jóvenes y que al recogerlos se le manchaban las vestiduras, pero que se las limpiaba el estar al lado de Jesús". Luego, aseveró, Rosa Torino apuntó contra el miembro de "los rumores" y le pidió que se jactara y pidiera perdón delante de todos, a lo que el joven accedió. "Pero luego le dijimos por qué hizo eso y dijo que era verdad que había pasado una noche con él, pero que se había metido con el cura", relató.
Ante sus "incomodidades", el hombre indicó que pidió salir del Instituto y lo enviaron a Payogasta donde había delegación. "Un día llegó el cura (Rosa Torino) y le pedí que me confiese, le conté que un miembro se me había insinuado y me preguntó si se me paraba, y me dijo que lo importante era que se parara cuando uno quisiera", contó. Posteriormente, indicó que luego del almuerzo y al ayudarlo a quitarse las vestiduras, el sacerdote, en remera y calzoncillo lo invitó a dormir la siesta con él, propuesta que rechazó. Ese día, indicó, decidió abandonar la Congregación a la madrugada e irse a la casa de un matrimonio llamado Tula en la calle Acevedo. Posteriormente, Sergio "Josue" Salas lo "recaptó", y le dijo que le darían sus documentos y le hizo jurar ante el santísimo que "nunca hablaría de lo que vio en la comunidad, pero yo no sabia que vi", destacó.
Además resaltó manipulaciones para evitar las desertaciones: "Nos decían frases bíblicas, éramos jóvenes de 18 a 20 años empezando a vivir, y siempre estaba el fantasma de ´el padre conoce tus secretos”; y recordó mensajes subliminales como caricaturas colgadas en paredes que apuntaban a ese mensaje de "el padre lo sabe todo".
La defensa cuestionó por qué continuo visitando el Instituto luego de todos estos hechos relatados. "Porque quería mostrarles que volví al mundo y no me volví adicto ni alcohólico ni era un delincuente como ellos decían que pasaría. Había vuelto al mundo y hoy con orgullo puedo decir que lo logré, me casé tengo 4 hijos y puedo afrontar mi vida , volví para mostrarles que no me perdí", aseveró quebrado en llanto el hombre que aseguro aún tener su "vocación sacerdotal".