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La marcha de las piedras

Domingo, 22 de agosto de 2021 00:00

Apacheta, del quechua y aimara: apachita, es un montículo de piedras colocadas en forma cónica una sobre otra, como ofrenda realizada por los pueblos indígenas de los Andes de América del Sur a la Pachamama y a otras deidades del lugar, en las cuestas difíciles de los caminos.

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Apacheta, del quechua y aimara: apachita, es un montículo de piedras colocadas en forma cónica una sobre otra, como ofrenda realizada por los pueblos indígenas de los Andes de América del Sur a la Pachamama y a otras deidades del lugar, en las cuestas difíciles de los caminos.

Se tratan de verdaderos monumentos indígenas de valor sagrado, los que se construyeron en diferentes puntos a orillas del camino del inca que se convertían con el paso del tiempo en marcas, a manera de hitos, que demarcaban estos caminos. Se los encuentra preferentemente en el noroeste argentino, Perú y Bolivia.

La práctica de poner piedras sobre las sepulturas está basada en una vieja tradición judía; no es un mandamiento.

La mayoría de las tumbas de los cementerios judíos tienen al menos unas pocas piedras encima, ya que los visitantes judíos dejan piedras cada vez que visitan el lugar de entierro de un ser querido.

Poner piedras sobre una tumba mantiene al alma abajo en este mundo y evitan que los demonios y los golems entren en las tumbas.

La piedra no muere y simboliza la permanencia de la memoria y el legado.

Al colocar la piedra demostramos que hemos estado allí y que la memoria del individuo continúa viviendo en y a través de nosotros.

La "Marcha de las Piedras" se realizó el 17 de agosto de 2021 en dos puntos al mismo tiempo: en la Plaza de Mayo y en Olivos.

En ambos lugares se dejaron miles de piedras con nombres de muertos por el coronavirus.

Es necesario construir un espacio para la memoria de estos miles de muertos y un recordatorio de la negligencia e ineptitud de un gobierno. El emplazamiento de una gran apacheta en Plaza de Mayo cuyo diseño y construcción conviene encargar a Marta Minujin por su talento y su compromiso con la realidad social a través del tiempo.

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