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Siete décadas al servicio de la industria sucroalcoholera

Sabado, 28 de agosto de 2021 18:24

La Chacra Experimental Agrícola Santa Rosa celebró el 24 de agosto 70 años de su fundación. Ubicada en la localidad de Colonia Santa Rosa, Salta, cerca de Orán y del límite con la provincia de Jujuy, desde su creación realiza investigación aplicada para producir nuevas y mejores variedades de caña de azúcar que acompañan e impulsan la competitividad de la actividad sucroalcoholera, la primera industria pesada que tuvo la Argentina.

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La Chacra Experimental Agrícola Santa Rosa celebró el 24 de agosto 70 años de su fundación. Ubicada en la localidad de Colonia Santa Rosa, Salta, cerca de Orán y del límite con la provincia de Jujuy, desde su creación realiza investigación aplicada para producir nuevas y mejores variedades de caña de azúcar que acompañan e impulsan la competitividad de la actividad sucroalcoholera, la primera industria pesada que tuvo la Argentina.

En 1951, los ingenios Ledesma, Tabacal (hoy Seaboard Energías Renovables y Alimentos), La Esperanza, Río Grande y San Isidro crearon la Chacra Santa Rosa con el objetivo de investigar y desarrollar las variedades de caña de azúcar del noroeste argentino. El 24 de agosto de ese año, se adquirieron los primeros lotes de tierra ubicados en el departamento de Orán, provincia de Salta, denominados “Santa Rosa” y “La Toma”, para la instalación de la Chacra Experimental. 

La Chacra, que antes de fin de 2021 llegará a tener 40 profesionales y en 2018 incorporó una sede en la ciudad de Salta, es la primera y única institución privada de investigación aplicada y desarrollo de la caña de azúcar, financiada a través del aporte de sus socios, que en la actualidad son Ledesma, Seaboard y Río Grande. Ha cosechado reconocimiento nacional e internacional por su trabajo de alto valor científico y sus resultados en la producción industrial.

Gracias al trabajo de la Chacra, y a las constantes inversiones de ingenios y productores cañeros, la producción de azúcar por hectárea cosechada de caña en Salta y Jujuy se encuentra en los niveles más altos del mundo. Esta ventaja asegura la optimización en el uso de la tierra y el agua, y permitió importantes avances en el desarrollo de los combustibles renovables a través del bioetanol de caña.

Ya en 1965, la Chacra creó la variedad NA56-79, originalmente conocida como “línea 17001” o simplemente como la “miluno”. Esta variedad, individualmente considerada, fue posiblemente la más extensivamente cultivada en toda la historia cañera mundial: cubrió un 55 % de la superficie implantada de Tucumán y más de un millón de hectáreas en el Estado de San Pablo, Brasil. A pesar de su susceptibilidad al “carbón”, es una de las variedades que más azúcar por hectárea ha producido en áreas subtropicales. 

De allí en adelante se sucedieron distintos hitos en el mejoramiento de la caña, como por ejemplo en 1996, con el inicio de un proyecto destinado a obtener la primera caña de azúcar genéticamente modificada con biotecnología, lo que se produjo en 2003. En todos ellos, la Chacra mantuvo la sostenibilidad ambiental, social y económica como marco necesario de gestión. 

En sus primeros años, la Chacra tuvo como director al ingeniero Roberto Fernández de Ullivarri, quien además había elegido los terrenos donde funcionaría. Entre 1956 y 1975, el director de la Chacra fue Fanor Guillermo López. Ullivarri volvió a asumir el cargo hasta 1985, año en el que lo sucedió su hijo Ricardo, que dirigió la institución hasta 2015, cuando lo siguió Germán Serino, actual director. 

A través de la ciencia aplicada, la Chacra desarrolla variedades de caña con atributos como la resistencia a enfermedades y plagas, y la aptitud para la cosecha mecanizada. Para ello, sus técnicos aplican tecnología de última generación y conocimientos en biotecnología molecular vegetal, que se encauzan agronómicamente a través de la ingeniería genética.

Hoy, la Chacra encara una nueva etapa con una estructura organizada de investigación aplicada sobre patologías, cruzamiento y biotecnología, siempre con el objetivo de lograr la innovación genética en caña de azúcar para el futuro. Con la visión de ser mundialmente reconocidos por los resultados alcanzados en investigación y desarrollo de variedades comerciales de caña de azúcar para el norte argentino y la misión de desarrollar y transferir tecnología e innovación genética en caña de azúcar, focalizadas en los objetivos de los ingenios accionistas, de manera económica, ambiental y socialmente sostenible.

Las principales áreas de trabajo

La Chacra trabaja en mejoramiento, biotecnología, patología y cuarentena.

La Chacra es una herramienta fundamental para mejorar la rentabilidad de la actividad azucarera en el norte argentino. Su objetivo principal es el de producir nuevas variedades y aumentar los conocimientos sobre la caña de azúcar para lograr mejores resultados. Para ello desarrolla su Programa de Mejoramiento Genético de Caña de Azúcar, compuesto por las áreas principales de mejoramiento, biotecnología, patología y cuarentena.

Biotecnología

El laboratorio de biotecnología de La Chacra comenzó sus actividades a principios de 1999, teniendo como objetivo principal el estudio de las técnicas y métodos utilizados y de las posibles aplicaciones futuras en el ámbito de la caña de azúcar. El procedimiento de transformación directa más conocido es el desarrollado por el grupo de Stanford en EE. UU., y es el que se estudia en el laboratorio de La Chacra. 

Otro de los objetivos del Laboratorio de Biotecnología es el estudio de la técnica de micropropagación para lograr la capacidad de obtener plantas libres de enfermedades sistémicas para el establecimiento de semilleros saneados y de mayor velocidad de multiplicación de variedades comerciales de reciente liberación. 

Mejoramiento

La Chacra es el primer y único programa de mejoramiento privado de caña de azúcar en Argentina, y tiene como objetivo principal la obtención de variedades adaptadas a las condiciones ecológicas del norte argentino. 

Para esto desarrolla un Programa de Mejoramiento Genético tradicional. El objetivo es crear variedades de caña que tengan determinados atributos, tales como alto tonelaje y elevado contenido de azúcar (%), resistencia a enfermedades y plagas, y aptitud a cosecha mecanizada. Para lograrlo, lo que se hace es cruzar variedades que tengan estos atributos, esperando que los descendientes expresen los mejores atributos de sus progenitores. 

Este programa consta de tres etapas básicas, una de cruzamientos, otra de selección, y la última de ensayos comparativos de variedades. 

Patologías

En el norte argentino, como en todas las regiones productoras de caña del mundo, el cultivo es afectado por numerosas enfermedades, causadas principalmente por bacterias, hongos y virus. Hay enfermedades denominadas principales, y otras menores o secundarias, según la incidencia y severidad con la que afectan el cultivo. 

La Chacra incluye dentro de sus actividades anuales el relevamiento del comportamiento de los clones en selección frente a las enfermedades sintomáticas de mayor importancia. Actualmente se han incorporado inoculaciones inducidas con la bacteria causal del “raquitismo de las socas” con la finalidad de caracterizar la susceptibilidad de los clones promisorios (variedades precomerciales) frente a la enfermedad.

Para el diagnóstico de enfermedades sistémicas se recurre a la técnica serológica de “Tissue Blot Immunoassay” (TBIA) para la determinación de la incidencia y severidad del “raquitismo de las socas”, “escaldadura de las hojas” y “síndrome del amarillamiento”. Esta técnica es económica y de fácil implementación, y ofrece un rápido diagnóstico, determinando el número de haces vasculares colonizados en la porción de tejido en estudio. La Chacra, además de utilizar esta metodología dentro del Programa de Mejoramiento, la utiliza como servicio de diagnóstico a los ingenios asociados, para diagnosticar el estado sanitario, del cañaveral comercial y de los lotes semilleros. 

Actualmente se está incorporando la técnica de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), metodología de base molecular que se utilizará para el diagnóstico de “raquitismo”, “escaldadura“, “mosaico” y “síndrome del amarillamiento” en situaciones donde no se pueda recurrir a TBIA.

 

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