Vecinos y comerciantes de Av. San Martín (tramo urbano de la ruta 23) y alrededores dicen sentirse rehenes de los malvivientes. Los robos son constantes y lejos de cesar, se han incrementado en los últimos tiempos, pese a que la situación ha tomado estado público. “No se puede dejar sola la casa un minuto, que los delincuentes aprovechan para llevarse lo que encuentran a mano, desde garrafas hasta herramientas y electrodomésticos”, contó una vecina que pidió reserva de nombre.
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Vecinos y comerciantes de Av. San Martín (tramo urbano de la ruta 23) y alrededores dicen sentirse rehenes de los malvivientes. Los robos son constantes y lejos de cesar, se han incrementado en los últimos tiempos, pese a que la situación ha tomado estado público. “No se puede dejar sola la casa un minuto, que los delincuentes aprovechan para llevarse lo que encuentran a mano, desde garrafas hasta herramientas y electrodomésticos”, contó una vecina que pidió reserva de nombre.
Aseguran que nadie los para. Rompieron vidrieras y saqueado algunos comercios. Actúan con total impunidad. Sospechan de “bandas” de la zona, por lo que piden que la Policía tome cartas en el asunto y haga tareas de inteligencia, para desbaratar su accionar. “Nosotros tenemos miedo de salir de casa, los comerciantes de abrir sus locales, especialmente en horario nocturno. Es increíble que tengamos que vivir así. Se trata de una zona muy transitada”, contaron.
En los últimos años, junto a las viviendas familiares se han multiplicado los emprendimientos comerciales en la Av. San Martín. Además, allí comenzó a funcionar plenamente la estación ferroviaria con el servicio del tren urbano de pasajeros. Sin embargo, los cerrillanos aseguran que por estos días no pueden vivir tranquilos.
Han robado desde tijeras de pulir el cabello, hasta prendas de vestir, dinero, consolas de videojuegos, inodoros y bidets. En no pocas oportunidades, destrozaron vidrieras causando cuantiosos daños a los emprendedores locales. Algunos, hasta temen abrir por las tardes por miedo a los robos.