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El desguace del PAMI, un problema de vieja data

En seis años se sumaron 50 trabajadores y ningún médico.Advierten que se reemplazan profesionales y técnicos por militantes.
Viernes, 06 de agosto de 2021 01:26

La declaración de los gerentes de sucursales del interior del PAMI, que contaron que se les retenía el 20% del sueldo "para La Cámpora", le sacó el velo a un problema de penosa larga data: el desmantelamiento del organismo que debe velar por la salud de los jubilados. El gremio de los trabajadores del organismo, Sutepa, difundió un comunicado de "alerta y movilización" en el que advirtieron una "desprofesionalización" de la obra social. También aprovecharon la situación para denunciar que la mala administración del organismo atraviesa los diferentes gobiernos y que se traduce en una "deplorable atención".

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La declaración de los gerentes de sucursales del interior del PAMI, que contaron que se les retenía el 20% del sueldo "para La Cámpora", le sacó el velo a un problema de penosa larga data: el desmantelamiento del organismo que debe velar por la salud de los jubilados. El gremio de los trabajadores del organismo, Sutepa, difundió un comunicado de "alerta y movilización" en el que advirtieron una "desprofesionalización" de la obra social. También aprovecharon la situación para denunciar que la mala administración del organismo atraviesa los diferentes gobiernos y que se traduce en una "deplorable atención".

Las últimas tres gestiones del organismo nacional estuvieron a cargo de Gladys "Pichona" Moisés, que asumió en 2016; Nicolás Sivila, que la reemplazó, y Verónica Molina, que llegó con el último cambio gobierno nacional.

Durante estos seis años, indicaron desde el gremio, se sumaron a la sede del PAMI 50 trabajadores, de los cuales ninguno era médico, y tan solo tres eran asistentes sociales. A la última asistente social que ingresó no se le renovó el contrato este año. "Pero sí en ese momento entró la hermana de Molina y otros militantes. Somos 11 trabajadores sociales para toda la provincia, siendo que ir a ver a los afiliados más vulnerables a lugares como Rivadavia Banda Sur y Norte o San Antonio de los Cobres es una de las patas del organismo", resaltó el trabajador social Matías Scalabrini, secretario de Sutepa.

En este orden de cosas, para los 70 mil afiliados que tiene el PAMI en capital hay tan solo cinco médicos auditores. "La atención es deplorable", calificó Scalabrini. "Esos cinco médicos autorizan prestaciones y hacen derivaciones, pero no están pudiendo salir porque no les da el tiempo. Se perdió toda la capacidad de controlar la prestación porque no hay médicos", agregó el trabajador.

El interior no está mejor. Para las 13 sucursales hay tres médicos auditores y no se incluye al Valle de Lerma, que es absorbido por la capital. En el comunicado que difundieron los trabajadores indicaron además que hay "una crisis prestacional" porque el PAMI no cuenta con especialidades específicas de la tercera edad. "No se consigue reumatólogo, neurólogo o flebólogo", repasó Scalabrini.

La desprofesionalización se relaciona también con los convenios que se firmaron con clínicas y sanatorios que no cumplen con las normativas del PAMI.

Señalan que se ocupan de los convenios personas que no están calificadas y la precariedad se traduce en prestaciones insuficientes o inexistentes. Entre los últimos convenios cuestionados está el que se firmó con un sanatorio privado de la capital salteña al que se le asignaron 6 mil afiliados.

Señalan que no brinda ninguna prestación y rechaza las atenciones.

Durante la pandemia, diferentes familias advirtieron sobre la mala atención en esta institución privada, al punto que incluso se denunció maltrato a los jubilados, como el caso de Esther Moya de 86 años, que falleció. En una manifestación en las puertas del sanatorio, familiares de Moya aseguraron que recibió golpes durante la internación.

Desde Sutepa sostienen que la situación empeora desde hace tiempo. "Durante el gobierno macrista el PAMI sufrió un desguace muy importante del trabajo territorial que tenía. Cuando asumió la gestión nueva, veíamos bueno que se vuelva a retomar el camino para un trabajo sanitario, que es el fin de la obra social", señaló Scalabrini.

Para explicar que solo quieren que mejore la atención y que no están del lado de ningún sector político, Scalabrini indicó: "Durante la gestión macrista nos decían que éramos K, ahora nos dicen que somos oposición".

 

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