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Quién fue Joseph Redhead, el médico de Belgrano y Güemes

Documentos prueban la loable tarea de consejero que cumplió.
Domingo, 08 de agosto de 2021 02:06

Cuando los salteños hablamos del Dr. Joseph Redhead, generalmente lo recordamos como el médico de Güemes y de Belgrano. Y, también, del reloj de oro que el creador de la Bandera le obsequió antes de morir como una forma de pago -repiten algunos- por los servicios prestados. Esto último se dice como para resaltar la pobreza de Belgrano, cosa muy cierta, pero que seguramente no fue esa su intención. La relación entre Belgrano y Redhead venía de lejos, es anterior a la de Güemes y, por lo tanto, la entrega del reloj más que saldar una cuenta fue un genuino gesto de afecto y amistad.
¿Pero quién fue este médico naturista -Joseph Redhead- que se aquerenció en Salta y que tuvo el privilegio de ocuparse de la salud de dos de los tres héroes más destacados de nuestro país?
Al principio los biógrafos de don Redhead no estuvieron de acuerdo sobre su lugar de nacimiento. Para unos era de EEUU y, para otros, inglés. En realidad era natural de Escocia. La confusión nace cuando al arribar al puerto de Buenos Aires, en 1803, declaró ser estadounidense para no ser sospechado de espía británico. De todos modos, tiempo después los españoles descubrieron la falsa declaración y por eso Pío Tristán lo persiguió.
Pero más allá si era o no espía, algo difícil de probar pues no al vicio los espías son espías, el Dr. Redhead nació en Edimburgo alrededor de 1765. Allí estudió ciencias médicas y se graduó en 1789 con una tesis sobre la gripe. Por entonces en esa universidad existían las cátedras de Historia Natural y Obstétrica, lo que explica los conocimientos que Redhead tenía de botánica y de partos. Otro dato a destacar es que fue discípulo de Francis Home, el médico escocés y profesor de la Universidad de Edimburgo que intentó por primera vez aplicar vacunas contra la viruela y el sarampión en 1758. Home fue también su profesor, el primero que aconsejó hervir el agua, dos hechos que Redhead replicó por estos lugares.
El clínico preferido que Redhead solía recordar que era el Dr. William Cullel (1710-1790), escocés y profesor de la Universidad de Edimburgo. Fue de los clínicos más importantes de Gran Bretaña, precursor de la neurología y quien acuñó el término neurosis. Conoció América y el Protomedicato de la Universidad de Buenos Aires aceptó sus libros en los planes de estudio. Fue este médico quien influyó para que Redhead viajara a Buenos Aires.

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Cuando los salteños hablamos del Dr. Joseph Redhead, generalmente lo recordamos como el médico de Güemes y de Belgrano. Y, también, del reloj de oro que el creador de la Bandera le obsequió antes de morir como una forma de pago -repiten algunos- por los servicios prestados. Esto último se dice como para resaltar la pobreza de Belgrano, cosa muy cierta, pero que seguramente no fue esa su intención. La relación entre Belgrano y Redhead venía de lejos, es anterior a la de Güemes y, por lo tanto, la entrega del reloj más que saldar una cuenta fue un genuino gesto de afecto y amistad.
¿Pero quién fue este médico naturista -Joseph Redhead- que se aquerenció en Salta y que tuvo el privilegio de ocuparse de la salud de dos de los tres héroes más destacados de nuestro país?
Al principio los biógrafos de don Redhead no estuvieron de acuerdo sobre su lugar de nacimiento. Para unos era de EEUU y, para otros, inglés. En realidad era natural de Escocia. La confusión nace cuando al arribar al puerto de Buenos Aires, en 1803, declaró ser estadounidense para no ser sospechado de espía británico. De todos modos, tiempo después los españoles descubrieron la falsa declaración y por eso Pío Tristán lo persiguió.
Pero más allá si era o no espía, algo difícil de probar pues no al vicio los espías son espías, el Dr. Redhead nació en Edimburgo alrededor de 1765. Allí estudió ciencias médicas y se graduó en 1789 con una tesis sobre la gripe. Por entonces en esa universidad existían las cátedras de Historia Natural y Obstétrica, lo que explica los conocimientos que Redhead tenía de botánica y de partos. Otro dato a destacar es que fue discípulo de Francis Home, el médico escocés y profesor de la Universidad de Edimburgo que intentó por primera vez aplicar vacunas contra la viruela y el sarampión en 1758. Home fue también su profesor, el primero que aconsejó hervir el agua, dos hechos que Redhead replicó por estos lugares.
El clínico preferido que Redhead solía recordar que era el Dr. William Cullel (1710-1790), escocés y profesor de la Universidad de Edimburgo. Fue de los clínicos más importantes de Gran Bretaña, precursor de la neurología y quien acuñó el término neurosis. Conoció América y el Protomedicato de la Universidad de Buenos Aires aceptó sus libros en los planes de estudio. Fue este médico quien influyó para que Redhead viajara a Buenos Aires.

Igual que Luis Güemes

Luego que Redhead se recibiera en la Universidad de Edimburgo viajó a Alemania donde nuevamente se graduó de médico, esta vez en la Universidad de Gotinga, en la Baja Sajonia. Fue el único caso que setenta años después repitió un médico salteño. La casualidad quiso que sea el Dr. Luis Güemes.
Por esos años Alemania mantenía muy buenas relaciones científicas con Inglaterra y por 1790 se destacaba en la Baja Sajonia el doctor Augusto Richter, fundador de la cirugía moderna y profesor de Gotinga. Fue donde Redhead tuvo un ilustre compañero, Guillermo IV, duque de Clarenza.
De Alemania, Redhead pasó a Italia donde se relacionó con quienes rechazaban la “generación espontánea”. Se vinculó especialmente con los trabajos del abate Lazzaro Spallanzani, biólogo, precursor de Pasteur y profesor de historia natural, matemática, latín, griego y metafísica en las universidades de Reggio y Modena. En Italia dominaba por entonces la enseñanza clínica sobre la base de comprobaciones en mesas de autopsias.
De Italia, Redhead pasó a Francia. En París asistió a las prácticas del Dr. Jean Louis Baudelocque, obstetra que estudió y practicó medicina en esa ciudad. También asistió a las clases de Jean Nicolás Corvisart, quien además de ser médico de Napoleón le transmitió el interés por la técnica de la percusión del tórax para diagnosticar enfermedades. Finalmente, en su rodar por el mundo, Joseph Redhead pasó a Rusia a fines del siglo XVIII donde permaneció un breve tiempo antes regresar a Escocia.

 En América

Ya de vuelta a su pago chico, Redhead fue comisionado por el gobierno de Escocia para estudiar las hierbas en el Virreinato del Río de la Plata. Se sabe que llegó al puerto de Buenos Aires en 1803, porque a partir de este año, siendo virrey Del Pino y Rojas, el Dr. Redhead figura en la lista de médicos habilitados para ejercer sus profesiones, según nómina publicada por el Real Tribunal del Protomedicato.
En 1806, Redhead viajó a Potosí con el fin de inocular la vacuna antivariólica a solo diez años que Edward Jenner -considerado el padre de la inmunología- había dado a conocer su descubrimiento de dicha vacuna.

En el Valle de Lerma

De vuelta del Alto Perú, entre 1808 y 1809, Redhead resolvió quedarse en Salta y para ello escogió Rosario de los Cerrillos (Rosario de Lerma) donde cultivó un herbario para aprovechar la gran variedad de hierbas que ofrecía el Valle de Lerma. Y allí volcó todos sus conocimientos botánicos adquiridos en su Edimburgo. Observó y estudió las propiedades de cada planta que pasaba por sus manos y de esta forma llegó a clasificar varios vegetales autóctonos. Por entonces la medicina se reducía a hierbas: ají del campo para el dolor de oídos, chamico para el asma y berro para el escorbuto, por ejemplo. En ese medio, Redhead practicaba percutir un tórax para diagnosticar enfermedades y aconsejaba hervir el agua de beber o de higiene.
Fruto de sus investigaciones y estudios, Redhead dejó varios escritos, entre ellos los de la quina y sus aplicaciones en el paludismo; sobre la carqueja y las cáscaras de granadas. Inspiró a Gorriti para que como gobernador legislara sobre medicina. Colaboró con Belgrano en la traducción de “Farewell Address” de Washingtong. Escribió un sistema de cálculos para usar tablas barométricas que Alejandro Humboldt elogió. Redactó un informes sobre las montañas más altas de los Andes, entre ellas el Nevado de Cachi, Ojo del Salado, Incahuasi y el Illimani en Bolivia. 
Redactó la primera biografía de Belgrano y en 1824, a pedido del general Arenales, escribió el único informe sobre la sanidad de Salta. Coleccionó los primeros documentos sobre Güemes, que luego utilizaría el general Dionisio Puch, primer biógrafo del Héroe Gaucho. Asimismo, publicó una semblanza del general Arenales. Y en 1819 publico “Memoria sobre la dilatación progresiva del aire”, un libro sobre sus estudios atmosféricos dedicados al general Belgrano.

Guerra de la Independencia

En los inicios de la guerra de la Independencia, Redhead no tomó partido en el conflicto. Así fue que en 1810 atendió la salud del gobernador, don Severo de Isasmendi. Luego, a pedido de este, informó sobre la salud de los cabildantes apresados por estar a favor de la causa de Mayo: Antonio Cornejo, Gómez Zorrilla, Calixto Ruiz Gauna, José Francisco Boedo y Arias Rangel.
Pero a poco de la Revolución, Redhead comenzó a ser perseguido por Pío Tristán al tenerlo por espía inglés. Quizás eso lo llevó a unir su suerte a la de Belgrano primero y a Güemes después.
Atendió heridos en Suipacha, Río Piedras, Tucumán y Salta. Fue testigo del juramento de lealtad a la Asamblea del Año 13, a orillas del río Pasaje. Acompañó a Belgrano en Vilcapugio y Ayohuma, y estuvo en Yatasto en el encuentro de San Martín con el creador de la Bandera en 1814.
Años después, cuando la asonada de Bernabé Aráoz en Tucumán intentó engrillar las doloridas y tumefactas piernas de Belgrano, Redhead impidió que se consumara semejante atropello. Luego lo acompañó en su atormentado viaje a Buenos Aires y así hasta el momento de la muerte.
Finalmente, bueno es recordar que cuando aquí en Salta, en Jujuy y en Tucumán se tejían intrigas entre Belgrano y Güemes, Redhead siempre se apresuró a acercar a los próceres.
 Hay documentos que prueban esta loable tarea de consejero que cumplió con abnegación, desinterés y patriotismo.

Cómo fueron los últimos años 

Luego de la muerte del general Manuel Belgrano, Redhead regresó a Salta donde ejerció su profesión hasta su ancianidad, siendo su médico personal el Dr. Vicente Arias. 

Falleció en Rosario de Lerma el 28 de junio de 1847 y fue sepultado en la bóveda por él mismo erigida en su herbario. Tiempo después, quizás por influencia de “Macacha” Güemes de Tejada, sus restos fueron sepultados en el cementerio de la vieja iglesia de Cerrillos.

 

 

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