Su nombre es simplemente Santiago Ángel Martín, el paisaje, las costumbres y las tradiciones, le sirvieron de inspiración para adentrarse en el folclore. Con solo 19 años ya tiene varios escenarios recorridos y solo aspira a “seguir aprendiendo para llegar a las convocatorias más importantes del país”, aseguró el joven salteño, que actúa con el nombre de Santy Martín.
“Para mí la música es mi modo de expresar mi vida, mis alegrías, mis tristezas. Quiero forjar mi carrera dentro de los escenarios, y desde ese lugar poder ver a mis abuelos y mis padres orgullosos de mi. Pretendo que la música marque mi vida, sueño con cantar en un escenario grande, como Jesús María, o Cosquín. Pero mi mayor anhelo es poder retribuir a todos aquellos que me brindaron su amistad y su apoyo en mi andar artístico”, agregó Santy.
Salta es una fuente inagotable de cantores, una cantera donde se forman y se potencian abundantes individuos dentro del canto popular. Hoy, la realidad sigue intacta, las nuevas generaciones no ceden y ya empiezan a desparramar su talento en cuanto escenario requiere de su presencia. Salta, bendita tierra de cantores, músicos y poetas, es una combinación perfecta para el folclore.
“Vivo en San Lorenzo con mis abuelos paternos, que más que abuelos fueron mis educadores, mis guías, mi ejemplo a seguir. Trabajo en la Municipalidad de San Lorenzo, como guía de sitio en la reserva Yungas de San Lorenzo. La pasión por la música me llegó a los 4 años, empecé tocando el bombo con mi papá (Adrián Martín), en encuentros familiares y escenarios pequeños y cálidos. Tiempo después, cuando ya mi niñez se alejaba; el folclore volvió a entrar en mi vida pero desde la danza; aprendí a bailar y a expresar con mi cuerpo, una experiencia sumamente enriquecedora. Entrados ya mis 15 años, la guitarra fue mí mejor aliada en mis tardes, internet y muchísimos tutoriales hicieron que pueda tocar. Al principio cantar en público me parecía casi imposible, tenía vergüenza, hasta que en mi cumpleaños número 16 canté por primera vez en frente de amigos y familia: la mejor actuación de todas”, enfatizó Martín.
“Con el tiempo, fuí incursionando más en la música, me focalicé en aprender más guitarra, perdí el miedo. Armé mi primer repertorio folclórico tradicional y me largué para los escenarios de peñas y festividades, como La Pachamama, en la plaza de San Lorenzo. También estuve en un teatro de la capital salteña, con los profesores de folclore de la academia Misterio de Zamba. Fue espectacular, una noche inolvidable, con un público cálido y respetuoso. Viví una experiencia única durante mi participación en los concursos de canto: La Yapa, en Canal 2; y la Voz del Parque”, acotó el sanlorenceño.
Finalmente el joven cantor expresó “Tuve la gran suerte de conocer a Fabián Salazar y a su esposa Camila Urbano, quienes me brindaron una ayuda increíble para expandir mi propuesta musical. Así llegué a la casa de Marcos Tames “El Chañarcito”, el Patio del Chaqueño Palavecino, y otros tantos lugares donde se respira el folclore. En los últimos días, compartí escenario con grandes promesas del folclore, como La Sele Vera y Los Pampas, las chicas de Alma Carpera, y Lázaro Caballero. La vida es un constante aprendizaje y la profesión que elegí no es la excepción. Hoy, respeto a los grandes compositores de nuestro folclore, pero en un futuro no muy lejano, voy a empezar a sumar mis propias canciones, siento la necesidad de ofrecer mi mensaje”.
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Su nombre es simplemente Santiago Ángel Martín, el paisaje, las costumbres y las tradiciones, le sirvieron de inspiración para adentrarse en el folclore. Con solo 19 años ya tiene varios escenarios recorridos y solo aspira a “seguir aprendiendo para llegar a las convocatorias más importantes del país”, aseguró el joven salteño, que actúa con el nombre de Santy Martín.
“Para mí la música es mi modo de expresar mi vida, mis alegrías, mis tristezas. Quiero forjar mi carrera dentro de los escenarios, y desde ese lugar poder ver a mis abuelos y mis padres orgullosos de mi. Pretendo que la música marque mi vida, sueño con cantar en un escenario grande, como Jesús María, o Cosquín. Pero mi mayor anhelo es poder retribuir a todos aquellos que me brindaron su amistad y su apoyo en mi andar artístico”, agregó Santy.
Salta es una fuente inagotable de cantores, una cantera donde se forman y se potencian abundantes individuos dentro del canto popular. Hoy, la realidad sigue intacta, las nuevas generaciones no ceden y ya empiezan a desparramar su talento en cuanto escenario requiere de su presencia. Salta, bendita tierra de cantores, músicos y poetas, es una combinación perfecta para el folclore.
“Vivo en San Lorenzo con mis abuelos paternos, que más que abuelos fueron mis educadores, mis guías, mi ejemplo a seguir. Trabajo en la Municipalidad de San Lorenzo, como guía de sitio en la reserva Yungas de San Lorenzo. La pasión por la música me llegó a los 4 años, empecé tocando el bombo con mi papá (Adrián Martín), en encuentros familiares y escenarios pequeños y cálidos. Tiempo después, cuando ya mi niñez se alejaba; el folclore volvió a entrar en mi vida pero desde la danza; aprendí a bailar y a expresar con mi cuerpo, una experiencia sumamente enriquecedora. Entrados ya mis 15 años, la guitarra fue mí mejor aliada en mis tardes, internet y muchísimos tutoriales hicieron que pueda tocar. Al principio cantar en público me parecía casi imposible, tenía vergüenza, hasta que en mi cumpleaños número 16 canté por primera vez en frente de amigos y familia: la mejor actuación de todas”, enfatizó Martín.
“Con el tiempo, fuí incursionando más en la música, me focalicé en aprender más guitarra, perdí el miedo. Armé mi primer repertorio folclórico tradicional y me largué para los escenarios de peñas y festividades, como La Pachamama, en la plaza de San Lorenzo. También estuve en un teatro de la capital salteña, con los profesores de folclore de la academia Misterio de Zamba. Fue espectacular, una noche inolvidable, con un público cálido y respetuoso. Viví una experiencia única durante mi participación en los concursos de canto: La Yapa, en Canal 2; y la Voz del Parque”, acotó el sanlorenceño.
Finalmente el joven cantor expresó “Tuve la gran suerte de conocer a Fabián Salazar y a su esposa Camila Urbano, quienes me brindaron una ayuda increíble para expandir mi propuesta musical. Así llegué a la casa de Marcos Tames “El Chañarcito”, el Patio del Chaqueño Palavecino, y otros tantos lugares donde se respira el folclore. En los últimos días, compartí escenario con grandes promesas del folclore, como La Sele Vera y Los Pampas, las chicas de Alma Carpera, y Lázaro Caballero. La vida es un constante aprendizaje y la profesión que elegí no es la excepción. Hoy, respeto a los grandes compositores de nuestro folclore, pero en un futuro no muy lejano, voy a empezar a sumar mis propias canciones, siento la necesidad de ofrecer mi mensaje”.