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28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
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De estudiar filosofía en el Congo a vivir del turismo en Iruya

Didier llegó a Salta en el 2008 y desde ese momento se enamoró de la provincia.
Sabado, 11 de septiembre de 2021 09:41

A 320 kilómetros de la ciudad de Salta y a 2.780 metros sobre el nivel del mar se encuentra uno lugares más emblemáticos y pintorescos de Salta. Iruya, sin duda es una joya perdida entre los cerros salteños. Rodeada de una exótica y magnífica belleza forma parte de nuestra provincia que alberga en sus espacios más recónditos. 

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A 320 kilómetros de la ciudad de Salta y a 2.780 metros sobre el nivel del mar se encuentra uno lugares más emblemáticos y pintorescos de Salta. Iruya, sin duda es una joya perdida entre los cerros salteños. Rodeada de una exótica y magnífica belleza forma parte de nuestra provincia que alberga en sus espacios más recónditos. 

Todo salteño debería visitar por lo menos una vez en su vida este pedazo de cielo escondido entre los cerros, un pueblo que prácticamente se descuelga de la montaña. Su pueblo, rodeado por los ríos Colanzulí y Milmahuasi, tiene callecitas y un pintoresco estilo colonial que se entremezclan con paisajes solemnes.

Más allá de su belleza natural, Iruya también esconde historias maravillosas entre sus habitantes. Una de ellas es la de Didier Mombilo Ebongeza. Oriundo de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, decidió radicarse en Iruya para comenzar un emprendimiento turístico. Su principal actividad es realizar actividades al aire libre.

Las ansias de conocer otros países y el amor que lo unió con una salteña que había conocido en Camerún, allí Didier estudiaba filosofía, lo hicieron peregrinar hasta un lugar que nunca antes se hubiese imaginado llegar.

Fue por el 2008 que arribó a la provincia y en esa oportunidad se casó con la salteña que conoció en el país africano. En Salta, fue profesor de francés dando clases particulares hasta que en 2015 hasta su espíritu emprendedor lo llevó a empezar su propio emprendimiento hotelero y ser guía.

Didier, apenas aterrizó en Argentina no sabía pronunciar ni una palabra de español. Esa incapacidad para comunicarse lo llevó a ponerse a estudiar y cargar a todas partes un diccionario. Sin embargo, con su amabilidad y su actitud extrovertida, Didier fue encontrando su camino.

En Iruya

Didier Mombilo Ebongeza resalta en el paisaje de Iruya, las alturas de esos cerros que se vuelven azules. Tiene un hotel y es guía de trekking. En una charla con este medio, invita todos los que se animan a conocer estar perla salteña ofrece circuitos que incluyen las localidades de Iruya, San Isidro, San Juan y Chiyayoc.

“El paisaje de Iruya es alucinante. Yo creo que no hay palabras para describir ese paisaje, yo no encuentro la palabra justa. La sensación que tengo cuando camino por los caminos de montaña es la inmensidad que hay un ser que es superior, es la primer sensación que tengo y la paz que hubo puede llegar a tener solo se puede conocer eta sensación es experimentando esa experiencia”, comentó a El Tribuno.

El experimentado guía contó que para realizar esos circuitos de caminatas hay que tener preparación para realizar un trayecto tan largo con cumbres que llegan a los 3500 metros sobre el nivel del mar. Hay descensos y asensos continuos, “pero los lugares tan mágicos, tantos colores y formas que te dan la energía necesaria para completar el recorrido”, agrega.

El circuito que propone Didier es extenuante. Los más experimentados lo pueden hacer en día, tal vez en un poco más de diez horas, ya que son aproximadamente 28 km de cerros y montañas.

A Iruya se puede llegar en auto, el camino está en buenas condiciones pero solo en la época que no llueve. Para llegar a esa localidad se debe acceder por la Quebrada de Humahuaca, Jujuy. Iruya es un departamento formado por dos municipios el de Isla de Caña e Iruya. 

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