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"Pepe" Fernández llegó como servidor de la Catedral hace más de 40 años. Por aquellas épocas, su servicio estaba más relacionado con al Guardia de la imágenes que con el campanario. Un día, luego de una larga jornada de misas, se animó y cambió su ofrenda al Señor y la Virgen del Milagro. Preguntó quién se estaba a cargo de los campaneros, subió los 80 escalones que llegan a la cima de la torre y se ofreció de campanero.
"Primero estuve sentado esperando que me den permiso. Venía todas las veces que había que venir, hasta que un día comencé a tocar las campanas", contó Pepe que hoy es el veterano del grupo y quién dirige a los campaneros.
En la actualidad, el grupo de los campaneros de la Catedral está integrado por 15 personas, que se turnan para los toques y conciertos. Pero las mejores épocas para los campaneros es, sin dudas, la Pascual y el Milagro. Esta noche, se celebra la Noche del Peregrino y a las 21,45, los campaneros en pleno ofrecerán un concierto de 45 minutos.
"Este es el único campanario de Sudamérica que tiene ritmo", destacó Pepe, que dirige a los compañeros y se encarga, entra otras de ser el "señor de los pétalos de rosas".
Cada año, cuando termina la procesión y las imágenes vuelven a ingresar a la Catedral, desde la cima de la torre llueven pétalos rosas, y es Pepe Fernández quien se encarga de ir lanzádolas.
"Esta noche ya vamos a subir las bolsas con los pétalos. Son varias bolsas de consorcio, donde se guarda los pétalos mojados, así que son más pesados. Los chicos del campanario me ayudan a subirlos y esparcirlos en el piso. Llega un momento en que los pétalos llegan a mis rodillas, Y cuando veo que la gente ya saluda con sus pañuelos, comienzo a tirarlos", contó Pepe en detalle, una de las tareas que más le regocija hacer en los tiempos del Milagro.
Entre risas y con un poco de humor, Pepe contó que muchas veces se queda mirando como algunas personas se pelean por los pétalos. "Sé que los llevan a sus casas, de recuerdo, pero algunos se enoja si otro le gana el recuerdito", agregó.
Junto a Pepe, existe un grupo de "veteranos" que son llamados la "selección del 86", en referencia al fútbol, y luego están los novatos. En este grupo se encuentra Fabrizzio, uno de los campaneros más jóvenes del grupo pero no por eso con menos experiencia. Fabrizzio se sumó al campanario a los 13 años. "Estuve un mes sentado en el banquito de madera, viendo cómo se tocaban las campanas, hasta que un día me tocó", recuerda el joven que transcurre sus 20 y que hace 7 que toca las campanas de la Catedral.
Este domingo, la fiesta en el campanario se volverá a sentir con una fuerza incomparable. "El año pasado estábamos acá, y veíamos la calle vacía, las plaza entre rejas. No había más que policía.La gente llena de miedos. Esto hace que hoy valoremos más este momento y vivamos con más alegría el poder esta acá", expresó el hombre de los pétalos de rosas.