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Lo que vendrá...

Martes, 21 de septiembre de 2021 02:19

El título corresponde al nombre de una pieza musical de Astor Piazzola, y parece adecuado para hacer referencia al interrogante acerca de los acontecimientos próximos hasta las elecciones de noviembre de 2021.

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El título corresponde al nombre de una pieza musical de Astor Piazzola, y parece adecuado para hacer referencia al interrogante acerca de los acontecimientos próximos hasta las elecciones de noviembre de 2021.

Por cierto, las dudas no tienen tanto que ver con los probables resultados -que no diferirían demasiado de los registrados el 12 de septiembre- sino con la performance de la economía, especialmente en cuanto a la cotización del dólar y la inflación, que son las variables estratégicas por antonomasia (y que además se relacionan entre sí), habida cuenta de que otras, sin duda no menos importantes, como el crecimiento de la economía y el desempleo, tienen una dinámica más extensa, vale decir, no registran cambios de significación que puedan apreciarse en grandes valores en este reducido tiempo.

Con respecto al dólar, tal vez su precio esté enfrentado a un "fuego cruzado" entre la posible tranquilidad de los mercados al considerar que, justamente, no es verosímil imaginar una modificación en los resultados electorales que representen un giro copernicano respecto a los ya registrados, esto es una modificación que suponga un triunfo del Frente de Todos (dicho de otra forma, el dólar no debería tal vez acusar alteraciones que se alimenten de las expectativas de un escenario electoral desconocido) y "el otro fuego", que estaría nutrido por una embestida atípica en cuanto a la, también esperada, expansión monetaria, generada por un aumento apreciable en las remuneraciones de jubilados, empleados públicos y otros ingresos que provee el Estado nacional, alimentados por "es la economía estúpido", esto es la necesidad de que los ansiados "giros copernicanos" que necesita el gobierno (cambio de signo en el voto) respondan a haber cumplido con el reclamo de la vicepresidenta de "poner dinero en el bolsillo de las personas".

Claramente, una expansión monetaria de proporciones impactaría en los precios, toda vez que la producción no puede satisfacer instantáneamente una mayor demanda, y en ausencia de más producción, la respuesta a la mayor demanda es una suba de precios, sostenida por la capacidad de las empresas de remarcación dado el esquema de economía cerrada ("protegida" de importaciones que complementen la producción doméstica), y a despecho de lo que proponen los economistas de la Escuela de Chicago, que sostienen que dicha expansión monetaria se traduce en inflación, pero luego de "muchos períodos".

Por supuesto, no todos quienes reciben más ingresos van a destinarlos en exclusiva a adquirir bienes y servicios, volcándose muchos de ellos a la compra de dólares. Conforme a lo expresado, aunque no por temor al resultado de las elecciones -ya descontado- pero sí como consecuencia de medidas (equivocadas) de política económica, es verosímil imaginar subas en los precios y en la cotización de la moneda extranjera.

A todo esto, lo que sí es muy claro es que, en tanto existan situaciones inconsistentes o contradictorias originadas por el accionar del gobierno, no se le escapa a los mercados que el Banco Central se encuentra en condiciones muy frágiles en cuanto a reservas internacionales, al mismo tiempo que los diseños de gobierno que podrían indicar que se encaran medidas que llevarían alivio a los fundados temores de debilidades extremas de la economía (léase, el acuerdo con el FMI) están ausentes o, peor aún, los planteamientos enfrentados entre el gobierno y la vicepresidenta dan lugar a considerar que, en el mejor de los casos, no se tomarán medidas estructurales, inimaginables en el tiempo hasta las elecciones de noviembre y muy probablemente ausentes también en los meses siguientes.

Es muy probable, por lo tanto, que este segundo escenario (dudas y temores de inacción, sumados a medidas pro-inflación) domine las decisiones de los agentes, con lo que parece verosímil esperar una etapa de suba del dólar y una inflación más elevada hasta noviembre.

 

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