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Lautaro Teruel dijo no saber “por qué” pasó lo del abuso

Una psicóloga dijo que el hijo del nochero reconoció el delito y trató de justificar el yerro.   “El plano psicosexual es un área conflictiva en la que el acusado puede actuar con disociación”.
Jueves, 30 de septiembre de 2021 02:12

La tercera audiencia del juicio contra Marcos Lautaro Teruel, de 30 años, acusado en dos causas diferentes por delitos de abuso sexual, incluyó las declaraciones de psicólogos y psiquiatras que evaluaron al imputado y a la víctima, menor de edad al momento de los hechos.
La psicóloga del Poder Judicial, María Elena Pastor, que evaluó a Teruel, con relación a la denuncia por abuso sexual en perjuicio de I.J.A., declaró que al momento de la entrevista el acusado se encontraba muy angustiado por su situación de detención y por sentirse observado por los demás. Además, indicó que presentaba mecanismos de defensa como la racionalización, la negación y la disociación. Los dichos se vertieron frente al tribunal compuesto por los jueces Carolina Sanguedolce (presidenta), María Gabriela González y Pablo Farah (vocales).
La perito señaló que Teruel le contó detalles del hecho por el cual había sido denunciado, reconoció el abuso y trató de justificar su “error” diciendo que “no sabía por qué había pasado eso”. Dijo que fue en un baño. La psicóloga indicó que en la personalidad del imputado sobresalían rasgos infantiles y dependientes, y que buscaba permanentemente la contención de sus padres.
También habló de características como impulsividad, baja tolerancia a la frustración y baja autoestima por determinadas situaciones a lo largo de su vida. “Dijo que se sentía mal por ser bajito, pero pudo aceptarlo”, sostuvo la profesional, y apuntó que “puede salirse de la norma”.
Indicó que el joven sabe lo que está mal, lo reconoce, pero también puede actuar sin tener en cuenta lo que causa con otras personas.
Sostuvo que el plano psicosexual es un área conflictiva en la que el acusado puede actuar con el mecanismo de disociación antes descripto.
Otra de las declaraciones fue la de una asistente social del Poder Judicial, de apellido Posse, que en 2019 entrevistó a Teruel, su familia y vecinos. El joven le contó que se dedicaba a la producción musical, tenía estudios terciarios y que era el menor de cuatro hermanos. Refirió un consumo no excesivo de alcohol y un uso recreativo de la marihuana, aceptado por su familia.
En ese momento el imputado se encontraba en pareja con una joven con quien llevaba seis años de relación: cuatro a la distancia, ya que ella vivió en Córdoba, y luego empezaron a convivir en un departamento que era propiedad de la familia.
Lautaro señaló que la supuesta víctima era nieta de una amiga de la infancia de su madre, que frecuentemente visitaba la casa.

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La tercera audiencia del juicio contra Marcos Lautaro Teruel, de 30 años, acusado en dos causas diferentes por delitos de abuso sexual, incluyó las declaraciones de psicólogos y psiquiatras que evaluaron al imputado y a la víctima, menor de edad al momento de los hechos.
La psicóloga del Poder Judicial, María Elena Pastor, que evaluó a Teruel, con relación a la denuncia por abuso sexual en perjuicio de I.J.A., declaró que al momento de la entrevista el acusado se encontraba muy angustiado por su situación de detención y por sentirse observado por los demás. Además, indicó que presentaba mecanismos de defensa como la racionalización, la negación y la disociación. Los dichos se vertieron frente al tribunal compuesto por los jueces Carolina Sanguedolce (presidenta), María Gabriela González y Pablo Farah (vocales).
La perito señaló que Teruel le contó detalles del hecho por el cual había sido denunciado, reconoció el abuso y trató de justificar su “error” diciendo que “no sabía por qué había pasado eso”. Dijo que fue en un baño. La psicóloga indicó que en la personalidad del imputado sobresalían rasgos infantiles y dependientes, y que buscaba permanentemente la contención de sus padres.
También habló de características como impulsividad, baja tolerancia a la frustración y baja autoestima por determinadas situaciones a lo largo de su vida. “Dijo que se sentía mal por ser bajito, pero pudo aceptarlo”, sostuvo la profesional, y apuntó que “puede salirse de la norma”.
Indicó que el joven sabe lo que está mal, lo reconoce, pero también puede actuar sin tener en cuenta lo que causa con otras personas.
Sostuvo que el plano psicosexual es un área conflictiva en la que el acusado puede actuar con el mecanismo de disociación antes descripto.
Otra de las declaraciones fue la de una asistente social del Poder Judicial, de apellido Posse, que en 2019 entrevistó a Teruel, su familia y vecinos. El joven le contó que se dedicaba a la producción musical, tenía estudios terciarios y que era el menor de cuatro hermanos. Refirió un consumo no excesivo de alcohol y un uso recreativo de la marihuana, aceptado por su familia.
En ese momento el imputado se encontraba en pareja con una joven con quien llevaba seis años de relación: cuatro a la distancia, ya que ella vivió en Córdoba, y luego empezaron a convivir en un departamento que era propiedad de la familia.
Lautaro señaló que la supuesta víctima era nieta de una amiga de la infancia de su madre, que frecuentemente visitaba la casa.

Autolesiones

El doctor Ángel Kasnato realizó un examen físico de la menor. Las fotos fueron expuestas durante la audiencia y evidenciaban lesiones cicatrizantes en los antebrazos y muslos de la joven, heridas que podían haber sido inferidas a través de un elemento con filo. No se pudo determinar la data, pero fueron lesiones autoinferidas por la chica. 
Otra de las testigos citadas fue la psicóloga Dantur Testa, quien realizó un informe de I.J.A. solicitado por la Asesoría de Incapaces en una oportunidad en que la adolescente se fugó de su casa. La profesional dijo que en ese momento la menor tenía 13 años y se había ido al inmueble de su papá porque ya no quería vivir con su mamá. Por entonces dijo tener problemas en el vínculo con su madre, que su “padrastro la miraba raro”. Por esa razón quería irse a vivir con su padre.
La testigo manifestó que la menor presentaba trastornos alimenticios, se autolesionaba y aludía malestar emocional, pero no profundizaba al respecto. Le contó que ese malestar había comenzado a manifestarse cuando ella tenía 10 años.
Ayer, en primer lugar habían declarado juntos tres psiquiatras: un perito de parte, de apellido Crespo, y dos profesionales del gabinete del CIF: las licenciadas Collivadino y Moyano, quienes tuvieron a su cargo la realización de una pericia a I.J.A., la víctima. La junta médica se efectuó el 11 de junio de 2019, cuando la adolescente tenía 17 años.
En el informe se concluye que la joven presentaba un discurso coherente, impreciso e inconsistente, con contenido depresivo. Los profesionales aclararon que la entrevistada se mostró puntualmente reticente a hablar de los hechos por los cuales estaba siendo periciada. No podía dar precisiones. En su relato se evidenciaban vivencias psicotraumatizantes que daban cuenta de un daño psíquico de origen multifactorial. En su historia vital aparecían situaciones que la habían ido marcando. Los peritos indicaron que, durante la entrevista, la joven no quiso hablar de los supuestos abusos padecidos, pero sí se refirió a su mala relación con su madre.
 
Las acusaciones
 
Lautaro Teruel se encuentra imputado, en un primer expediente por abuso sexual con acceso carnal continuado, agravado por el daño en la salud de la víctima, en concurso ideal con corrupción de menores, doblemente agravada por tratarse de menor de 13 años y por mediar engaño. En causa acumulada está acusado, junto a Silvio Rodríguez y Gonzalo Farfán, por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por dos o más personas.
 

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