La minera de capitales franceses Eramet, con su subsidiaria sudamericana Eramine, pudieron recuperarse luego de los coletazos económicos y financieros que ocasionó el parate por la pandemia de coronavirus. Aseguran que la industria del litio fue una de las que más rápido se apuntaló, y proyectan que su demanda se triplicará en unos años. En este contexto, decidieron retomar su proyecto de la planta de producción de carbonato de litio en el Salar Centenario Ratones en la Puna salteña.
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La minera de capitales franceses Eramet, con su subsidiaria sudamericana Eramine, pudieron recuperarse luego de los coletazos económicos y financieros que ocasionó el parate por la pandemia de coronavirus. Aseguran que la industria del litio fue una de las que más rápido se apuntaló, y proyectan que su demanda se triplicará en unos años. En este contexto, decidieron retomar su proyecto de la planta de producción de carbonato de litio en el Salar Centenario Ratones en la Puna salteña.
¿Cuál es la situación actual de la actividad minera en Salta?
No tengo dudas que Salta tiene dos ejes estratégicos fundamentales para aumentar su producción industrial. En el caso de la industria del litio, mayoritariamente, lo que se hace es producción industrial, con plantas químicas, es muy diferente de la minería convencional. Nuestra provincia tiene una oportunidad inmensa con la minería. El hecho de que haya una cantidad importante de proyectos te da la pauta que esta es una posibilidad que se está dando ahora, independientemente de cualquier circunstancia política, incluso desde el punto de vista de las restricciones del tipo de cambio.
¿Retomarán el proyecto en Centenario o continuarán solo con la planta piloto?
Hoy creemos que sí, con una alta probabilidad de oficializarse a fin de año. Particularmente nosotros, en el Salar de Centenario Ratones, lo que hicimos fue empezar con mucha furia en 2019. Nuestro proyecto es de 600 millones de dólares, con el objetivo de construir una planta para un equivalente a 24 mil toneladas de carbonato de litio. Desafortunadamente, hacia fines del 2019, por circunstancias combinadas, al principio fue caída de los precios de nuestro grupo madre, que es un importante productor en el mundo de manganeso y niquel, empezamos a tener algunas dificultades financieras a nivel grupo. Eso nos llevó a tener que suspender el proyecto por un trimestre, y después, en abril del año 2020, decidimos pararlo al proyecto hasta nuevo aviso por una combinación de situaciones. Pero principalmente porque el grupo estaba en una situación que no le permitía, por el momento, pensar en hacer inversiones adicionales.
El año pasado dedicamos mucha energía a darle continuidad a la planta piloto, que la llamamos centro de entrenamiento. Es una planta piloto compleja, por la tecnología que encierra. Esa planta piloto cumplió con todo su cometido en el 2020 y lo sigue haciendo durante este año.
¿Qué cambió para que retomen el proyecto?
Creemos que por varios factores, primero la mejora sustancial de la situación financiera del grupo Eramet, fundamentalmente por cambios internos que se hicieron dentro del grupo y que están dando sus frutos. Esencialmente aumento de producción, aumento de productividad, una mejora en algunos precios de algunos de los productos del grupo, como por ejemplo las aleaciones de manganeso y algunas de niquel, y estabilidad de los precios de los minerales. Eso nos permitió, junto a un aumento increíble en la producción y la productividad, mejorar los resultados del grupo.
El segundo factor es que el mercado del litio es un mercado que se recuperó de una manera increíble, al punto que algunos analistas tienen temor de que la oferta no esté a la altura de la demanda. Esto tiene que ver, fundamentalmente, con cuestiones regulatorias de todo el mundo: en la Unión Europea, Estados Unidos y la misma China están poniendo objetivos de reducción de dióxido de carbono para el 2030. Y esto, por supuesto, viene acompañado por un importante incentivo hacia la electromovilidad. Esto implica que las automotrices ya no dudan que a partir de un cierto año tienen que tener un porcentaje importante de su fabricación de vehículos con reducción de carbono. Necesariamente van a pasar a la fabricación de autos eléctricos y esto trae como consecuencia, dentro de la cadena de valor del litio, que se estén instalando en todo el mundo fábricas de baterías secundarias de litio. Si a esto vos le sumás el hecho de que la demanda del litio no pasa solamente por las baterías secundarias, sino que además sigue manteniendo un mercado tradicional firme, más todo el mercado que tiene que ver con la electrónica; hace que las perspectivas de crecimiento de la demanda del litio sean extremadamente interesantes. El año pasado la demanda fue 373 mil toneladas de litio, y en este año se prevén 450 mil y el año que viene 530 mil y en el año 2025 980.000 y en el año 2030 están estimando 2.100.000 de carbonato de litio. Este es el segundo factor que posiciona nuestro proyecto y los demás que están en cartera.