Aún no se conocen los motivos por los que se desató un voraz incendio con llamas que llegaron a los 15 metros de altura. Fue en horas de la tarde del miércoles en Tartagal, en un aserradero, en el momento de más intenso calor, cuando la temperatura -según los termómetros de los vehículos que circulaban por la ciudad entre las 15 y las 16 horas- marcaban 50§ C.
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Aún no se conocen los motivos por los que se desató un voraz incendio con llamas que llegaron a los 15 metros de altura. Fue en horas de la tarde del miércoles en Tartagal, en un aserradero, en el momento de más intenso calor, cuando la temperatura -según los termómetros de los vehículos que circulaban por la ciudad entre las 15 y las 16 horas- marcaban 50§ C.
Las llamas hacían que en los barrios del sudeste de Tartagal -Tomás Sánchez, Tomás Ryan, Radio Nacional- se registraran temperaturas aún más elevadas y un humo persistente que invadía las viviendas, ya que además de la madera acopiada que se incendiaba, las llamas tomaron los montículos de aserrín que superan los tres metros de altura y que están desde hace años en las márgenes del río Tartagal, lo que hacía que la situación por el humo y la temperatura en el lugar fueran insoportables.
Pero aun así los Bomberos Voluntarios de Tartagal, junto a los Bomberos de la Policía de la Provincia, con la ayuda de los bomberos de General Mosconi y varias dotaciones de vehículos pertenecientes al municipio que aprovisionaban de agua a las autobombas, lograron sofocar el fuego que amenazaba no solo con tomar todo el aserradero, sino las viviendas colindantes, lo que generaba un gran temor en toda esa zona de Tartagal.
El más grande de los últimos años
Rolando Álvarez, a cargo de la Dirección de Defensa Civil del municipio, precisó que "dada lo delicado de la situación los camiones cisterna de la Municipalidad que estaban haciendo el reparto de agua en los barrios debieron ir a aprovisionar las autobombas porque la situación se tornaba muy peligrosa y compleja; lo mismo hizo la empresa Aguas del Norte. Esto facilitó mucho combatir el fuego porque de otra manera no hubiera sido posible controlar las llamas", acotó.
El hecho de que las llamas hayan llegado a los montículos de aserrín fue uno de los aspectos más peligrosos porque el fuego puede albergarse en la parte interior de estos montículos y ante una mínima ventisca puede volver a avivarse.
Entrega de los bomberos
“En el lugar la temperatura que se registró era muy elevada, pero de todos modos el trabajo del personal ha sido de un compromiso y un valor dignos de destacar. Las pérdidas para el propietario de aserradero han sido muchas porque se perdió madera que estaba acopiada de alta calidad, quedó destruido un tinglado donde estaban las maquinarias industriales que sufrieron daños totales. Si bien la acción de sofocar el fuego se hizo en cuestión de minutos, el tipo de elementos que allí se acopian, las condiciones climáticas reinantes, la brisa que corría, no hacían más que avivar las llamas y en cuestión de minutos la situación se tornó incontrolable”, describió con lujo de detalle Álvarez tras concluir la faena.