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La importancia que tienen la correa y el collar para el perro

Que el animal acepte la correa y el collar para caminar junto a su amo como si estuviera ligado a él no es una aptitud que se pueda adquirir de manera espontánea.  
Sabado, 29 de enero de 2022 18:30

 La marcha con correa no se improvisa. El propietario del perro tiene que darse cuenta de que es indispensable enseñar a su acompañante y ser consciente de la relación que se establecerá entre ambos.
 Aceptar llevar la correa y el collar o marchar al lado de su amo sintiéndose ligado a él no son aptitudes que el perro adquiera espontáneamente. Sin embargo, hay muchos propietarios que aseguran que su perro “no sabe andar con correa”, como si este comportamiento formara parte integrante de la naturaleza del perro. Hay que dejar bien en claro que el cachorro debe aprender a aceptar el collar y conocer las reglas de la marcha con correa, y que el éxito de estos aprendizajes depende de la técnica de enseñanza y del material utilizado.

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 La marcha con correa no se improvisa. El propietario del perro tiene que darse cuenta de que es indispensable enseñar a su acompañante y ser consciente de la relación que se establecerá entre ambos.
 Aceptar llevar la correa y el collar o marchar al lado de su amo sintiéndose ligado a él no son aptitudes que el perro adquiera espontáneamente. Sin embargo, hay muchos propietarios que aseguran que su perro “no sabe andar con correa”, como si este comportamiento formara parte integrante de la naturaleza del perro. Hay que dejar bien en claro que el cachorro debe aprender a aceptar el collar y conocer las reglas de la marcha con correa, y que el éxito de estos aprendizajes depende de la técnica de enseñanza y del material utilizado.

Elección del collar
Al principio, el collar molestará y asustará al cachorro, el cual intentará deshacerse de él y, al no conseguirlo, se pondrá más y más nervioso. Por ello, el primer collar deberá ser liviano y no hacer ruido, hay que desechar colgantes, cascabeles y campanillas, lo mismo que el collar de metal cuyas estructuras que rodean el cuello son demasiado ruidosas y movibles. Lo mejor es utilizar un collar de cuero o polipropileno, plano o redondo. Para que el perro se acostumbre a llevarlo, conviene ponerle de a ratos, para impedir que se produzcan reacciones de pánico, hay que hacerlo jugar al perro, así asociará pronto el juego con el collar.
 Este objeto se convertirá después en un accesorio indispensable para el aprendizaje de la marcha con correa, ya que se convertirá en el elemento de contacto con el dueño y transmitirá materialmente los impulsos y las informaciones que este último envíe al perro. Para el collar constituya un buen sistema de materialización de la información, habrá de tener una cierta flexibilidad y no provocar dolor.

La correa
Una vez escogido el collar, habrá que ocuparse de la correa, hay que comprender lo que para el perro representa ese vínculo material que le mantendrá en relación permanente con su dueño.
La correa tiene dos efectos en el comportamiento del perro, por una parte podrá originar unas reacciones de miedo, pues le limita sus movimientos y le impide cualquier posibilidad de huida, por otra parte, el hecho de mantener una situación de proximidad favorecerá su manejo.
Las correas pueden ser cortas o muy largas, depende el uso que se le quiera dar y el tipo de animal que uno quiera sujetar, enseñar o llevar. Las cortas que constan de un mosquetón y un trozo de correa, generalmente se usa en perro de gran porte, para llevarlo más pegado a uno. Las largas se usa, generalmente en las razas de pequeño porte o para realizar aprendizajes, así el perro tiene más libertad de movimientos y aprende mejor las órdenes que se le imparte.
La correa ideal es de cuero, las de cadena, pueden llegar a dañar los dedos o manos cuando en animal tira. La medida que más se recomienda es de 1 metro o 1,20 metros, hay que llevarla de modo que no esté tensa y permita transmitir las órdenes.

Marcha con correa
El animal debe estar siempre a un lado del dueño, por lo general se recomienda del lado izquierdo para los diestros.
El dueño deberá tener conciencia de que el medio circundante es muy estimulante. Para mantener la atención del perro habrá que hablarle, darle ligeros golpes en los muslos como si se fuera a jugar, es decir, parecer más interesante que el entorno.
Cuando el perro tienda a pasar delante del dueño, detener el avance con una orden como “no” y una tracción brusca de la correa, tracción que inmediatamente se debe relajar. No hay que pelear con el perro, sino simplemente detener el movimiento de avance.
El perro que marcha bien con la correa, debe ser recompensado.

Otros accesorios
El arnés, que debe considerarse como un accesorio reservado para el trabajo, se utiliza con los perros de rastreo que, cuando se los lleva con la correa de trabajo, avanzan tirando de la correa o con perros nórdicos, en cuyo caso se trata de un arnés de tiro.
Los arneses de fantasía que se utilizan con los perros pequeños (caniches, pequineses, Shih tzu) son incompatibles con un buen aprendizaje de la marcha con correa.
Para un perro que sale a la calle a pasear o a aprender alguna lección, estos medios de sujeción evitan infinidad de accidentes, de cualquier índole, en donde está comprometida la seguridad del perro como del paseador o dueño.
 

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