La triste frase del exintendente de Pichanal Julio Jalit “hasta para robar hay que ser inteligente y yo me considero inteligente”, hoy lo pone entre las cuerdas y deberá explicar ante la Justicia su exorbitante crecimiento patrimonial.
El exfuncionario está denunciado por enriquecimiento ilícito, fraude a la administración pública y peculado, entre otros delitos.
A fines del año pasado la fiscal penal 3 y de Delitos Económicos Complejos de Orán, Mónica Viazzi, requirió juicio para Jalit. El pedido se fundamentó en una serie de medidas probatorias producidas durante una larga y minuciosa investigación, iniciada en 2019. A principios de este mes, Viazzi recibió una notificación que hizo lugar a su requerimiento.
Muchos de los problemas que existen en la localidad tendrían su raíz en el accionar negligente o deliberado del exintendente, tal como lo señalan desde el municipio. Por nombrar solo alguno, los reclamos de las comunidades originarias por la falta de agua potable ,a causa de un pozo que Jalit hizo figurar que perforó para abastecerlos y no lo hizo, hoy motivan cortes de ruta que mantienen en jaque al norte.
Más allá de las cuestiones económico administrativas, el costo social que dejó Jalit en su propia tierra es altísimo y lo sufren, sobre todo, los sectores más vulnerables.
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La triste frase del exintendente de Pichanal Julio Jalit “hasta para robar hay que ser inteligente y yo me considero inteligente”, hoy lo pone entre las cuerdas y deberá explicar ante la Justicia su exorbitante crecimiento patrimonial.
El exfuncionario está denunciado por enriquecimiento ilícito, fraude a la administración pública y peculado, entre otros delitos.
A fines del año pasado la fiscal penal 3 y de Delitos Económicos Complejos de Orán, Mónica Viazzi, requirió juicio para Jalit. El pedido se fundamentó en una serie de medidas probatorias producidas durante una larga y minuciosa investigación, iniciada en 2019. A principios de este mes, Viazzi recibió una notificación que hizo lugar a su requerimiento.
Muchos de los problemas que existen en la localidad tendrían su raíz en el accionar negligente o deliberado del exintendente, tal como lo señalan desde el municipio. Por nombrar solo alguno, los reclamos de las comunidades originarias por la falta de agua potable ,a causa de un pozo que Jalit hizo figurar que perforó para abastecerlos y no lo hizo, hoy motivan cortes de ruta que mantienen en jaque al norte.
Más allá de las cuestiones económico administrativas, el costo social que dejó Jalit en su propia tierra es altísimo y lo sufren, sobre todo, los sectores más vulnerables.
Un enorme crecimiento patrimonial
Jalit había adquirido 11 campos agrícolas entre 2005 y 2013 en los departamentos de Orán y San Martín, unas mil hectáreas que cotizaban en 2019 a 390 millones de pesos en el mercado inmobiliario rural. Uno de esos predios Jalit los adquirió para plantar soja, sobre la ruta 53, en Embarcación.
En el primer decreto de imputación contra Jalit se señaló que “tuvo un incremento significativo de bienes desde el inicio de su gestión hasta su cese, de los ingresos derivados de la inyección de fondos de origen ilegal”.
Entre otros hechos, de la investigación surgió que el ex jefe comunal emitió casi 1.400 cheques irregulares, que sumarían más de $23.000.000 aproximadamente.
Delitos en su contra
Los delitos que se le imputan son numerosos, entre ellos estafa por fraude a la administración pública, negociaciones incompatibles con la función pública; peculado de servicios, todos hechos de forma reiterada y enriquecimiento ilícito reiterado. También es señalado como responsable del uso de residuos peligrosos que contaminaron el suelo, el agua, la atmósfera y el ambiente en general; la omisión maliciosa de presentar y por falsear u omitir insertar datos en las declaraciones juradas patrimoniales y fraude a la administración pública por administración infiel, en concurso real.