¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El extraño parangón entre el FdT y la casa de "Gran Cuñado"

Las críticas de Alfa desataron un incidente tragicómico con el Gobierno. La feroz interna oficialista contrasta con el drama de pobreza e inflación en el país.
Domingo, 23 de octubre de 2022 01:51

Qué puede ser más valioso que el tiempo para un Gobierno como el que lidera Alberto Fernández, que corre contrarreloj para evitar que su gestión sea vista como un fracaso al final del mandato y que hoy debería sentirse apremiado en la búsqueda de soluciones para las demandas más acuciantes de la población.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Qué puede ser más valioso que el tiempo para un Gobierno como el que lidera Alberto Fernández, que corre contrarreloj para evitar que su gestión sea vista como un fracaso al final del mandato y que hoy debería sentirse apremiado en la búsqueda de soluciones para las demandas más acuciantes de la población.

Qué más necesario que el tiempo para Fernández y su equipo de colaboradores en momentos en los que la administración nacional solo atina a cruzar los dedos esperando que las medidas económicas que impulsa el Palacio de Hacienda rindan frutos -incipientes al menos- justo antes de que los argentinos sean convocados una vez más a las urnas, el año que viene.

El oficialismo procura llegar a los próximos comicios presidenciales con una propuesta lo más competitiva posible, sabiendo que sus chances de rivalizar con Juntos por el Cambio (JxC) dependerán de la capacidad que muestren el jefe de Estado y compañía para generar esperanza de un futuro mejor, comenzando por íbajar la inflación!

En un contexto de crisis que no admite, justamente, malgastar el tiempo ni las energías, el Gobierno acaba de destinar largas horas de su agenda diaria a involucrarse en una disputa primordialmente mediática con un participante del reality show de televisión "Gran Hermano".

En un acontecimiento institucional sin precedentes, e insólito por donde se lo mire, la Casa Rosada salió a responder comentarios filtrados aparentemente desde ese programa de TV: primero por intermedio de la portavoz Gabriela Cerruti y más tarde del propio Fernández, herido en su buen nombre y honor por declaraciones injuriosas por parte de "Alfa" (Walter Santiago, su verdadero nombre).

En medio de una coyuntura nacional que encuentra al Gobierno aún tratando de ahuyentar fantasmas de fin de ciclo y evitar un destino de Titanic viendo cómo se aproxima el iceberg de las elecciones 2023, el incidente desatado a partir del audio de "Alfa" y la posterior réplica oficial adquirió ribetes tragicómicos en los últimos días.

"No me voy a quedar callado cuando me agreden", sostuvo Fernández, al desmentir los comentarios del participante de "Gran Hermano".

Un sketch en continuado

Cuestionada incluso por militantes kirchneristas en redes sociales, la reacción del Gobierno tras los supuestos comentarios de Walter Santiago casi termina de convertir al Frente de Todos (FdT) en aquella casa de "Gran Cuñado" con la que años atrás se parodiaba en clave política al reality show más famoso de la televisión desde la pantalla de Showmatch, el programa que conducía Marcelo Tinelli.

Es decir, un espacio -el oficialismo- en el que conviven a regañadientes funcionarios y dirigentes de distintas vertientes del peronismo que pugnan por cuotas de poder e incluso por su supervivencia: el albertismo, el massismo, el kirchnerismo, la agrupación ultra-K La Cámpora, los movimientos sociales, el sindicalismo justicialista, sectores del PJ más tradicional y/o afines a gobernadores, etcétera. Todos juntos en medio de un escenario siderúrgico en el que no parece posible prevenir fricciones ni chispazos al por mayor: cualquier coincidencia con la otrora casa de "Gran Cuñado" es pura casualidad...

Las disputas viscerales dentro del FdT convierten hoy a la coalición oficialista en un sketch permanente que, además, supone un final incierto y hasta risueño por momentos, si no fuera porque el destino de un país está en juego, nada más ni nada menos.

Antes de concluir otra semana agitada, Fernández sí encontró algo de protagonismo en un acto en Hurlingham, en lo que fue un gesto de respaldo hacia el saliente ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta: "Juanchi" busca retener el poder en un distrito al que La Cámpora pretende alambrar como propio.

Además, el mandatario volvió a mostrarse -y a elogiar- a Daniel Scioli en un acto en Pilar. El ex gobernador bonaerense estrechó su relación con Fernández y en filas albertistas no descartan que el jefe de Estado -en caso de desistir de competir él- lo erija como pre-candidato presidencial en representación de ese espacio en una eventual PASO del oficialismo. A esa contienda podrían confluir, siempre dentro de un terreno hipotético, postulantes de las distintas vertientes del FdT y por el lado del cristinismo, comenzó a tomar fuerza la probabilidad de que el "elegido" sea el ministro del Interior, "Wado" de Pedro.

"Si querés ser..."

En el entorno del jefe de Estado existen también quienes consideran que fracasó el formato de toma de decisiones entre los tres sectores primordiales que integran el FdT y, en este contexto, los ascensos que se avecinan en la Policía Federal Argentina (PFA) podrían desencadenar otra ola de tensiones entre albertistas y kirchneristas.

¿Por qué? Porque el superintendente de Investigaciones de la Fuerza, Alejandro Ñamandú, sería promovido a comisario general y quedaría en condiciones de reemplazar a Juan Carlos Hernández como jefe de la PFA. Pero al igual que Hernández, Ñamandú es cuestionado por La Cámpora por su participación en el tramo inicial de la investigación por el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, cuando se perdieron datos del celular de Fernando Sabag Montiel, detenido tras jalar del gatillo de un arma frente a la vicepresidenta.

Salvando las distancias, un escenario similar se presenta por estos días en la principal coalición opositora, JxC, donde las constantes ráfagas de fuego amigo y disputas por grajeas de protagonismo mediático llevaron al exsenador Esteban Bullrich a publicar un encendido mensaje en redes sociales: "Necesitamos parar la pelota por un momento y hacerlo ya. Todos: PRO, radicalismo, Coalición Cívica. Ninguno se salva. Llevamos meses cascoteándonos el rancho entre nosotros", enfatizó.

"Llegó la hora de escuchar más, dejar los egos de lado y entender que la política es representar. Es ser la voz de los que no la tienen. Demostremos que estamos a la altura", agregó Bullrich.

A propósito de la contienda electoral de 2023, Mauricio Macri otorgó su bendición a la jefa de PRO, Patricia Bullrich, en su pulseada contra el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta: "Me la imagino presidenta", aseguró, mientras sigue jugando a las escondidas con respecto al papel que planea desempeñar de cara a esos comicios.

Rodríguez Larreta, por su parte, montó en Buenos Aires un mini G-20 porteño y se mostró como un robusto dirigente político regional al encabezar la cumbre de alcaldes C-40, mientras procura restarle importancia a las chicanas proselitistas que ensaya Macr: "Si querés ser presidente, tenés que ganarle a todos", aseguran en su entorno.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD