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24 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Rinden homenaje a un joven abogado desaparecido

Victor Noé tenía 28 años cuando fue secuestrado el 26 de octubre de 1976 por la dictadura. Hoy será recordado.
Miércoles, 26 de octubre de 2022 02:29

En la Plaza de la Democracia, detrás de la Legislatura, se inaugurará hoy a las 18 una placa en homenaje a Víctor Jacobo Noé. En el acto, acompañará a la intendenta de Salta, Bettina Romero, un hermano del abogado salteño que fue secuestrado y desaparecido por la dictadura en los años setenta, Alberto Noé. Ambos evocarán a un joven que con su vida, truncada por bestias, confirmó aquella estrofa de un viejo poema de Octavio Paz que dice: "Quién ha visto la esperanza, no la olvida, la busca, bajo todos los cielos y en todas las gentes".

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En la Plaza de la Democracia, detrás de la Legislatura, se inaugurará hoy a las 18 una placa en homenaje a Víctor Jacobo Noé. En el acto, acompañará a la intendenta de Salta, Bettina Romero, un hermano del abogado salteño que fue secuestrado y desaparecido por la dictadura en los años setenta, Alberto Noé. Ambos evocarán a un joven que con su vida, truncada por bestias, confirmó aquella estrofa de un viejo poema de Octavio Paz que dice: "Quién ha visto la esperanza, no la olvida, la busca, bajo todos los cielos y en todas las gentes".

Por eso, frente a los Tribunales de Buenos Aires, un memorial lo recuerda. En la esquina de Coronel Suárez y Ameghino, una plaza de villa Luján tiene su nombre desde 2002 en la zona suroeste de la capital salteña.

Cuando era niño, Víctor también se reunía con sus amigos en una plaza de calle Alvarado, cerca de la vieja Biblioteca Provincial, donde los libros acompañaban los juegos. Así transcurrió su niñez entre la Escuela Zorrilla y la Biblioteca. "Siempre nos decía que era feliz jugando en medio de los libros, pero muchas veces lo encontraba triste porque muchos niños pobres estaban excluidos de las aventuras del conocimiento", contó su hermano Alberto en uno de los tantos escritos con los que lo recordó. Su hermano completó la secundaria como uno de los mejores alumnos del Colegio Nacional. Casi al final de la década del 60 ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán, donde conoció la injusticia y la explotación de los obreros azucareros. En esa unidad académica presidió el Centro de Estudiantes y se graduó de abogado con medalla de oro. A la cabeza del Comedor Universitario, abrió sus puertas a los obreros en huelga de la FOTIA. En esa Federación gremial azucarera, como también en muchas villas, dio clases de apoyo que le valieron gran admiración y estima.

De vuelta en Salta, con su título de abogado, comenzó a atender casos de presos políticos.

Amenazado por la Triple A, y sin poder ejercer públicamente su profesión, terminó trabajando en Buenos Aires como profesor.

Cuando lo secuestraron, el 26 de octubre de 1976, en la esquina de la vieja Confitería del Molino, en Buenos Aires, tenía 28 años. Su hermano estaba exiliado en México cuando recibió la aciaga noticia. Le había insistido muchas veces que se fuera con él, pero no lo escuchó. Lleno de angustia, Alberto viajó a París, donde Julio Cortázar integraba un comité de solidaridad con exiliados argentinos. El escritor convocó entonces una conferencia de prensa en la que denunció que Víctor había desaparecido en Buenos Aires.

La agencia France Press cubrió aquella conferencia y al día siguiente la noticia salió en La Nación. Durante muchos años Cortázar siguió denunciando en los foros internacionales su caso. "Lo adoptó como si fuese un hijo que nunca tuvo", resaltó Alberto, quien definió a Víctor como "un ser humano siempre abierto al dolor de los desposeídos, generoso con su conocimiento, culto e inteligente; su ética judía siempre lo impulsó a luchar por la paz entre árabes y judíos, ya que pensaba que la guerra era la peor de las soluciones. Por otra parte, siempre se manifestaba por la democratización de la Justicia, su sueño eran poner su bufete de abogado al servicio de los humildes; por eso lo mataron".

 

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