Marcelo Lenes (51), criador de perros de pedigree y docente salteño, se volcó de llenó al diseño y fabricación de sombreros y máscaras de cuero.
Se trata de un hobby que nació de la mano de su pasión por las motocicletas. “Yo veía en los programas de televisión, sobre todo de Estados Unidos, los sombreros facheros de los motociclistas y quería comprarme uno. Pero busqué en vano durante mucho tiempo algo similar a lo que tenía en mente y no encontré”, recordó Lenes.
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Marcelo Lenes (51), criador de perros de pedigree y docente salteño, se volcó de llenó al diseño y fabricación de sombreros y máscaras de cuero.
Se trata de un hobby que nació de la mano de su pasión por las motocicletas. “Yo veía en los programas de televisión, sobre todo de Estados Unidos, los sombreros facheros de los motociclistas y quería comprarme uno. Pero busqué en vano durante mucho tiempo algo similar a lo que tenía en mente y no encontré”, recordó Lenes.
Con el tiempo, no vio más alternativa que fabricar sus propios atuendos si quería lucir como los barbudos motociclistas del país del norte. “Como todo motero de alma, me gustan las extravagancias y exclusividades, así que comencé a analizar videos, a dibujar moldes y a practicar. Fue así que surgieron las primeras creaciones”, detalló el exalumno del colegio José M. Estrada.
Aprendió rápidamente que había un tipo cuero para cada artículo, ya sea que se trate de billeteras, portafolios, sombreros o máscaras. “El cuero vaqueta, viene de diferentes grosores, desde las planchas más finas hasta los 5 mm para hacer lonjas para cintos, por ejemplo. Luego está el cuero engrasado y los hay de innumerables tipos. Yo trabajo por el momento con esos dos”, contó.
Cada trabajo dependiendo la complejidad, puede llevarle desde un día a una semana, dedicándole muchas horas por jornada.
Los modelos más trabajosos son las máscaras, sombreros o cascos formados por un gran número de piezas. “Es como armar un rompecabezas, pero de cuero y en vez de encastrar las piezas, muchas de ellas pequeñísimas, hay que coserlas o pegarlas. Todo es muy artesanal, es decir que hay que hacerlo a mano”, relató.
En el living de su casa cuenta con una serie de maniquíes en los que expone cascos del Capitán América, de aviadores, de Batman, sombreros americanos, chalecos y hasta caras de puercos. “También hice la cabeza de Anubis, el guardián de las tumbas egipcias. Se trata de un diseño que consumió mucho cuero. Es una inversión importante, hay que tener en cuenta que más o menos el metro cuadrado está alrededor de 8.000 pesos. Hay que agujerar, cortar, teñir, coser, etc”, recordó Lenes.
Sus propias creaciones no dejan de sorprenderlo y de sorprender a los demás. “Cada vez me salen más prolijos. Incluso el primer sombrero que diseñé me gustó mucho. Lo hice intuitivamente, viendo el modelo en televisión. Al patrón o molde lo hice yo y me salió bien”, aseguró.
Marcelo suele montar los fines de semana su chopper customizada, no sin antes calzar botas y pantalón de cuero, chaleco, guantes, gafas y sombrero de vaqueta al estilo americano, todo fabricado con sus propias manos, en el pequeño taller que montó en su casa, en Av. Belgrano al 2.200.
“Cada creación está pensada para hacer juego con la moto. Me siento Don Johnson en la película Harley Davidson & Marlboro Man. Es una sensación distinta. Lucir esas prendas con el viento chocándote en la cara es una experiencia única.”, destacó Lenes.
El motero y artesano salteño dice sentirse feliz de haber hallado a esta altura de su vida un hobby que lo completa. “Sueño en compartir mis creaciones con artesanos de distintas partes del mundo. Por el momento es una cuenta pendiente. Voy a continuar en esta aventura a la que me volqué de lleno junto a mi amor por las motocicletas”, concluyó el hombre de las máscaras de cuero.