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Grecia, la goleadora salteña que va a la conquista de Europa

Con tesón y sacrificio, la joven futbolista pegará el salto desde su humilde San Rafael hasta LaLiga española.
Viernes, 07 de octubre de 2022 02:45

Grecia Ledesma, como tantas otras jóvenes salteñas que sueñan a lo grande con el fútbol, pegó el salto soñado, y lo hizo por su talento, por su amor a la pelota, por su familia, por su barrio, por su orgullo, y también por todas aquellas chicas que no se animaron, y por las que no llegaron.

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Grecia Ledesma, como tantas otras jóvenes salteñas que sueñan a lo grande con el fútbol, pegó el salto soñado, y lo hizo por su talento, por su amor a la pelota, por su familia, por su barrio, por su orgullo, y también por todas aquellas chicas que no se animaron, y por las que no llegaron.

Y es que esta delantera que se mueve por todo el frente de ataque, con sus jóvenes 19 años, quien hace dos impulsó su trampolín de la sana ambición desde Popeye hasta River, en los próximos días viajará a la coqueta ciudad de Marbella, en España, para sumarse a la profesionalizada Liga Española, en el club Paraíso, que juega en la segunda división de uno de los tres países de excelencia del fútbol femenino en el mundo.

Pero para llegar desde su humilde y entrañable barrio San Rafael, en la zona oeste de Salta, hasta la paradisíaca Marbella y su fútbol de elite, Grecia tuvo que remarla en el seno de una familia, como tantas otras, donde nunca sobró el "mango".

Esta joven goleadora, quien es hincha fanática de River, y de Pellegrini en su Salta natal, quien sueña con jugar en el Real Madrid, adora a Lionel Messi y admira el juego de Robert Lewandowski, Karim Benzema y de la brasileña Marta Silva, no solo tuvo que sortear estoicamente desde pequeña los "bombazos" cuando la mandaban al arco en el fondo de su casa, con los que su hermano Leonel, clave en su carrera, y sus primos, comenzaban a entrenarla y a prepararla para el rigor del fútbol. También tuvo que soportar el estigma de quienes miraban con desconfianza. Debió bancarse el desarraigo, cuando a sus 17 años dejó su casa para mudarse a Buenos Aires para jugar nada menos que en River, desapegándose de los "mimos" de su madre, lo que ella misma reconoce que es lo que más suele echar de menos, emocionándose hasta las lágrimas cada vez que menciona a su mamá, su otro gran puntal, aquella que la acompañó a todas las canchas, incluso los días de lluvia.

Grecia, la primera joven salteña que representará a nuestra provincia en el fútbol femenino europeo y es el orgullo de mamá Reina y papá Santiago, ya había descubierto su amor por el fútbol desde los 5 años, cuando su hermano Leonel, exfutbolista de Juventud, la entrenaba. Y ese amor se acrecentó cuando representó a su San Rafael natal en el torneo Cebollitas, y hasta cuando se dio el lujo de jugar las infantiles con los varones del santo de la categoría 2003 hasta los 13 años, en los torneos de la AFIN. También jugó en San Francisco a nivel Liga, y en Jogo Bonito, donde ganó dos campeonatos. Hasta que desembarcó en Popeye, donde tuvo su primera experiencia internacional bajo la órbita de Conmebol, en San Luis, donde enfrentó a Racing.

A los 17 años le surgió la oportunidad en River, donde arribó gracias a la prueba de un cazatalentos que la seleccionó solo a ella entre cinco chicas. Allí hizo Reserva y Primera hasta conseguir su pase al exterior, luego de que los agentes del Paraíso Marbella la vieran en videos, que editó ella misma, junto a su representante. Ahora solo espera la confirmación del hospedaje (en Marbella hay habitualmente colapso de capacidad hotelera al ser una plaza turística) para poder viajar y sumarse a su flamante club en LaLiga española.

"Lo que más me va a costar es estar lejos de mi familia. Viviendo en Buenos Aires me esforzaba pensando que no podía estar deprimida sabiendo que mis viejos se estaban rompiendo el lomo para que yo esté ahí", le contó Grecia a El Tribuno antes de partir a la Madre Patria.

El padre de Grecia, la menor de cuatro hermanos, es capataz y trabaja en la construcción. Y se esforzó demasiado, junto a su madre, para financiar el sueño de quien no puede concebir su vida sin fútbol. Y a ese sostén familiar, sobre todo en la preparación y el espaldarazo anímico, lo encontró también en su único hermano varón. "Fue mi técnico en Cebollitas, siempre me dijo que hay que enojarse de no tener la pelota y así me mentalizó. Hoy le agradezco eso", valoró la ahora exatacante de River, quien se prometió: "No voy a parar hasta llegar al Real Madrid. Ahora voy a estar cerca, y por lo menos con pisar la cancha soy feliz".

En el final, la joven le dejó un noble mensaje a las chicas que, como ella, ansían llegar lejos con el fútbol: "Les digo que persigan su sueño y que no lo dejen, porque todo es posible. Tienen que sacrificarse, y también es fundamental el apoyo de los padres. Y para llegar hay que dejar cosas de lado, cuidarse con las comidas, tener disciplina", aconsejó.

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